Capítulo 13- Enfermero personal.

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Un martes por la mañana esperaba a que Jason me recogiera por mi departamento. Podía notarse que el invierno había llegado a la ciudad, ya que vestía un saco bastante abrigado y un gorro de lana; y por el simple hecho de que estaba nevando. Las mañanas por lo general eran heladas y húmedas; la peor combinación que puede llegar a existir.

Después de unos veinte minutos de espera llegó Jason con su auto. Inmediatamente subí al vehículo para no congelarme más de lo que ya estaba; el aire caliente de la calefacción me golpeó agradablemente en el rostro quitándome un suspiro de alivio.

-¿Has estudiado?- inquirió sin siquiera molestarse en saludar.

Rodé los ojos de manera cansina para luego sonreír y mostrarle el resumen de lo que debíamos aprendernos para hoy. En verdad tendría que estar mal de la cabeza para no haber estudiado y, además, dignarme a ir a la universidad sin haberlo hecho. Solo con el hecho de imaginarlo me da escalofríos.

Jason me devuelve la sonrisa. Dentadura blanca como la nieve, simplemente perfecta. Soy tan tonta que me sonrojo; genial, creerá que soy una idiota.

-¿Estás bien?- bien... Eso no era lo que me esperaba. Lo normal es que Jason se riera y dijera algo fuera de lugar. Pero en lugar de esto su mano estaba tocando mi frente- no tendrás fiebre ¿verdad? Lamento haberte hecho esperar tanto tiempo bajo la nieve, soy un tonto- esto es cada vez más extraño. Lo peor de la situación es que me he sonrojado más de lo que ya estaba. ¿Por qué demonios mi cerebro no le ordenaba a mi voz que diera un rastro de vida? ¿Por qué cada vez que tenía contacto con Jason sentía un gran nudo en el estómago? ¿Serán esas mariposas de las que tanto se presumen en los libros que leo? No, debe ser otra cosa. Porque si es cierto lo que suponía significaría que estoy enamorada de Jason Blace. Y eso no puede ser. Es un simple gusto hacia un hombre. No es que me quitara el aliento ni nada por el estilo. Esperen... no estoy respirando ¿Desde cuándo estoy así? Debo de estar púrpura de tanto contener la respiración. Si tan solo Jason se alejara de mí treinta kilómetros hacia atrás, podría recuperar el aliento.

Esperen... ¿Me acabo de contradecir? ¿Será cierto que de verdad estoy enamorada de Jason Blace?

-Eso no puede ser- susurre inconscientemente.

-Emma, estás ardiendo; está más que claro que no estás bien- perfecto. No ha comprendido lo que he querido decir; o más bien lo ha entendido de otra manera.

-Y yo estoy bien- dije a la vez que quitaba su mano de mi rostro- debe ser solo un resfriado, tranquilízate- intenté no darle tanta importancia. Creía que el calor era por el estúpido sonrojo que me causó Jason, pero al parecer me equivoqué- solo arranca el auto, no quiero llegar tarde al examen.

-Oh no, Tú no irás a ningún lado en ese estado- me contradijo al mismo tiempo que apagaba el motor del auto.

-¿Qué? Jason no estoy jugando, vamos a perdernos el examen por culpa tuya.

-No es un juego Emma, tienes fiebre y ha sido culpa mía. Así que...-bajó del auto y caminó hacia mi lado para abrir la puerta- te cuidaré hasta que te recuperes- finalizó y me tomó en volandas. Al no esperarme esto de parte suya grité y me abracé a su cuello.

-¡¿Acaso has perdido la cabeza?!- chillé.

-No, solo me preocupo por ti- dijo mirándome a los ojos.

Solo me preocupo por ti.

Mierda, el nudo ha vuelto y ha traído a su amigo el sonrojo.

-P pero el examen...- las murallas estaban cayendo poco a poco.

Just a BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora