¿Nunca han sentido esa sensación de estar en casa? No necesariamente debe ser tu hogar verdadero, ni mucho menos un lugar físico. Un ejemplo claro es el mío. Luego del sorprendente e inigualable reencuentro con Jason, pasé la mayor parte de ese día en su casa. Él aún vivía con su madre y hermano, pero, al preguntarle sobre su ubicación, alegó que se encontraban en la casa de una tía celebrando su cumpleaños número cuarenta y siete. Se le notaba algo nervioso, comencé a dudar un poco de sus palabras, pero, cuando tomó mis manos entre las suyas, fue difícil no centrarse en otra cosa que no fuesen sus ojos.
Segundos después, ya nos estábamos besando.
¡Dios Santo! Sus labios eran tan exquisitos. Podía estar así todo el día. Paso una mano por mi nuca, enredando sus dedos entre mi sedoso cabello. Al separarnos, alzó mi mentón para poder mirarme a los ojos. Esa paz que emanaban sus pupilas llagaban hasta mí, relajándome. No dudé ni un solo segundo para volver a besarlo. Esta vez cargado con algo más que cariño; algo llamado pasión.
Pude sentir una humedad contra mis labios, su lengua furtiva me pedía permiso tímidamente para entrar a mi boca. Estaba más que claro que yo no sería quien para negarle tan agradable petición. Sin perder el tiempo, su lengua se adentró a mi cavidad con tal frenesí que tuve que hacer uso de mis brazos colocándolos en su cuello para no deslizarme por el sillón. Nuestras respiraciones se mezclaban irregulares, Jason se apretó más hacia mí, cuerpo con cuerpo, hasta recostarme poco a poco en el mullido sofá. Comenzó a regar pequeños y húmedos besos desde la comisura de mis labios hasta mi cuello, una de sus manos levantó un poco mi blusa, rozando mis costillas más altas.
Al sentir un ligero punzado, una alarma sonó en mi mente. Recuerdos de aquellos días en que mi libertad le pertenecía a mi captor y no a mí, golpearon mi corazón, haciendo que este se comprima.
Intenté llamarle.
-Jason...- dije suavemente para no romper tan bruscamente la situación, pero Él parecía no escucharme ya que seguía con su labor de besar mi cuello. Fue en ese momento en que puse mis manos en su pecho cuando por fin se detuvo.
Me miró entre confundido y preocupado, con los ojos nublados de pasión.
-Lo lamento ¿Quieres que me detenga? - preguntó en un susurro.
-No...- comencé avergonzada- Pero no quiero... no quiero que veas esto...- intenté explicarle.
- ¿Qué cosa?
-Las... las marcas del incidente- bajé la cabeza, sin apartar mis brazos de mi estómago algo descubierto.
Jason me observó con dulzura.
-Déjame ver, Emma- pidió suavemente.
Negué con la cabeza. Se tiró con cuidado sobre mí, dejándome bajo su cuerpo. Me quitó mis manos, agarrándome con firmeza por las muñecas con una mano y elevándolas sobre mi cabeza, todo eso sin hacerme daño. Con un cuidado que nadie había tenido en mí. Chillé de sorpresa, pero no hice nada para volver a cubrirme. No sé en qué momento había cerrado mis ojos, pero, al no oír ningún sonido por parte de Jason, me obligué a abrirlos para encontrarme con su mirada sorprendida.
-Emma... ¿Qué...
-Fue Él- lo interrumpí en un sollozo- Él... Él me hizo esto- dije liberando una mano para levantar un poco más mi blusa- Yo... Jason... no toques allí- le pedí. Al instante dejó de hacerlo. Besó mi frente, mis mejillas, mis párpados, mis labios, mi barbilla y cuello. Todo esto suave y dulcemente. Se quitó la camisa y la arrojó a un lado del sofá, antes de abrazarme.
-Te haré olvidar.... Si me lo permites- susurró a mi oído.
-Jason... Tengo miedo- y era verdad. Estaba aterrada.
Se separó un poco de mí y miró mis ojos. Eran tan hermosos. Desde la distancia en que me encontraba lograba distinguir todas sus formas y líneas desiguales. Iba a besar aquellos deliciosos labios, pero un ruido nos interrumpió.
Llamaban a la puerta principal.
Suspiró derrotado. Besó mi cuello, antes de volver a separarse de mi cuerpo. Se colocó la camisa que se había quitado.
-Iré a atender... quédate aquí- pidió. Antes de darme un fugaz beso en los labios.
Notas de Autora:
Bueno acá otro capítulo. Sé que está muy corto, pero me presionaban para actualizar.
¿Ustedes que prefieren? ¿Que suba con más frecuencia pero que los capítulos sean cortos, o que me tarde más y sean extensos?
¡Díganme en los comentarios!
Recuerden que, si comentan, comparten y votan me animan a seguir escribiendo. Esto demuestra que les está gustando y no estoy escribiendo al aire.
Nos vemos en el próximo capítulo.
Maia.
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Just a Boy
RomanceEn realidad el problema no radica en lo bonito de sus ojos. Más bien en lo expresivo de su mirada. Y vaya que sus ojos son hermosos.