Maldiciendo por lo bajo abrí la puerta de mi hogar.
-¿Qué demonios haces aquí Zac?- le pregunté consternado a mi mejor amigo.
Zacary Anders. Pasé casi toda mi vida jugando y peleando con el sobrino de mi vecina que venía muy a menudo de visita. Podíamos estar horas y horas jugando a los piratas cuando teníamos cinco años. Aún conservo las fotos en el cajón más escondido de mi escritorio. Ya, al tener unos doce años, comenzamos a madurar; obviamente yo lo hice primero. Arreglábamos las bicicletas de toda la cuadra y sin cobrarles nada. Bueno... lo que teníamos de maduros también lo teníamos de tontos. Podríamos habernos ido de vacaciones unas seis veces con el dinero.
-¿Tú qué crees?- respondió mi pregunta con otra, ofendido- te he conseguido lo que me has pedido- mi cara se iluminó al verlo sacar un pequeño paquete- no fue fácil.
-Me debías el favor, Zac.
-Ya no te quedan muchos...- contestó con molestia.
-Usaré todos los necesarios. Y ahora... debes irte- dije empujándolo hacia la puerta.
-¡Hey! ¿Por qué? Esta casa es más mía que tuya ¡Tengo derechos!- se quejó, pero al instante su cara se transformó- Oh Dios mío... ella está aquí ¿verdad?
-Oh no, no lo sueñes- le advertí.
-¿Por qué no?- hizo un berrinche- no es justo que no conozca a la chica que me quitó a mi mejor amigo.
-Ay, ya bájale. No seas exagerado.
-Solo digo que has estado muy pendiente de ella...
-¿Crees que le gustará el regalo?- dije, ignorando completamente sus palabras; sabía que eso lo enfurecía. Sonreí al escuchar su gruñido.
-Es uno de los mejores regalos que me has pedido conseguir- sonrió- de nada, por cierto- pronto comenzó a reírse a carcajadas. Me quedé mirándolo como si estuviera loco... no estaba muy lejos de la realidad- hombre, sí que te ha atado con una correa esa chica ¡Mírate! Todo elegante e inseguro "¿crees que le gustará?"- se burló. Aventé un almohadón del sofá y él lo esquivó por los pelos.
-Gracioso...- me quejé.
-Te estoy ayudando y me reclamas... ¿Cuándo se lo piensas dar?
-Mañana- susurré sonriendo, viendo el paquete en las manos de mi amigo- luego de la última clase que tendremos este semestre... las vacaciones ya casi comienzan y es el momento perfecto para ese regalo.
-Vale... eso es amigo- sonrió Zac. Comencé a ponerme nervioso, mis manos sudaban y me desaté la corbata- cálmate Jason... apuesto que le encantará.
-¿Seguro? ¿O solo lo dices para calmarme? Porque créeme que eres pésimo intentando calmar a las personas...
-Lo digo de verdad, cálmate. Le gustarán a ella... solo dáselo... ¿De acuerdo?- dijo mirándome. Cerré los ojos y asentí, llevándome las manos al cabello corto.
-Solo se lo... doy. Así sin más...- susurré como un mantra. Zac asintió sonriendo y se quedó mirando el paquete un poco.
En ese momento la puerta de la sala de estar se abrió y Emma entró de improviso, haciendo que tanto Zac como yo gritásemos.
-Jason...- dijo Emma frenándose de inmediato al escuchar el grito que pegamos. Zac me pasó el paquete rápidamente, y yo lo aventé como un freesbe con dirección al hall, totalmente asustado. Zac puso los ojos en blanco y suspiró negando con la cabeza. Emma frunció el ceño y trató de asomarse para ver qué había aventado, pero yo me acerqué y le tapé la vista.
-Hey Emma... - intenté parecer lo más normal posible- en un segundo estoy contigo ¿si?
-Amm, yo... ¿Quién es Él?- dijo señalando a Zac.
- Zacary Anders, un placer conocerte al fin Emma- dijo haciéndose el caballero y tomando su mano para besarla. Cosa que no pudo ya que lo tomé desde la frente y lo eché hacia atrás- oh vamos. No me dejas tener buenos modales. Mi madre tenía razón al decir que eras mala influencia para mí.
-Eso lo decía mi madre, no la tuya, quien estaba encantada de que tuvieses a un amigo como yo, zopenco.
Emma rió por lo bajo- un gusto Zac... Jason nunca me había hablado de ti- dijo mirándome con reproche.
-¡¿QUÉ?! ¿Nunca?- ahora era él quien me clavaba cuchillas imaginarias con los ojos- sé que no soy la mejor persona del mundo pero... ¡Soy tu amigo!
-Y por eso quería que la conocieras en persona- intenté zafarme del problema.
-Bueno...- dijo rendido Zac.
No le di importancia a lo que quería decir. Me voltee hacia Emma- espérame arriba, ¿vale?
-Amm, yo... ¿Qué es eso que aventaste?- dijo señalando el lugar donde fue a parar el paquete.
-Nada que te importe...- dijimos al mismo tiempo con mi amigo.
-Bien, ustedes dos son muy raros... pero bueno, te veo arriba...- dijo tratando de estirar el cuello para ver tras de mí, pero era muy alto para ella, así que no vio nada. Una vez que se fue y la escuchamos subir por las escaleras y cerrar la puerta, Zac y yo respiramos aliviados.
-¿No era más fácil esconderla detrás de ti, Jason?- dijo él, mientras yo me inclinaba para recoger el paquete y mirarlo con frustración- ¿Para qué aventarla como si fuera un proyectil?
-Me entró el pánico. Diablos, ahora que lo pienso no puedo darle un paquete así sin más... debería de comprarle un caja... ya sabes con algún listón y esas cosas...- susurré, revisando el objeto entre mis manos, se lo pasé a mi amigo que lo miró y suspiró.
-Tienes razón. Pero descuida, yo mañana temprano consigo todo, ¿vale?
-¿Desde cuándo tú te levantas temprano?
-¡Hey! Podría sorprenderte el esmero con el que cumplo mis favores.
-¿De verdad lo harás?- me sorprendí.
-Todo para que no te acobardes y mañana mismo se lo des a Emma.
-Vale...- aprobé. Esa noche me recosté junto con Emma que se había quedado dormida esperándome, pero no pude dormir por nervios.
¿Querrá irse de vacaciones conmigo?
Notas de Autora:
¡Hey!
¿Cómo les va? Acá les traigo otro capítulo de esta hermosa historia.
¿Y si les digo que estamos muuuy cerca del final?
¿Y si les digo que va a haber una segunda temporada?
No voy a entrar en detalles.
Recuerden que si comentan, comparten y votan se agradece.
¡Nos vemos!
Maia.
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Just a Boy
RomanceEn realidad el problema no radica en lo bonito de sus ojos. Más bien en lo expresivo de su mirada. Y vaya que sus ojos son hermosos.