-¿Mejor?- preguntó dándome una taza de té.
Luego de la pelea con mi madre, Jason me acompañó hasta mi departamento; claramente lo hice pasar. Teníamos muchas cosas de que hablar.
-Sí, gracias- le respondí con una sonrisa un poco forzada.
-Hey- me dijo a la vez que tomaba mi mentón para que lo viera a los ojos- no tienes que fingir conmigo, puedes confiar en mí.
Nuevas lágrimas amenazaron con salir. Él era tan comprensivo. No pude resistirme a apoyar nuevamente mi frente en su pecho.
-Shhh, tranquila; todo estará bien- decía a la vez que acariciaba mi cabello y espalda suavemente, haciendo pequeños círculos.
Mientras era consolada por Jason, mi cabeza estaba en otro lugar pensado en cómo afectaría todo lo que había ocurrido esa mañana en un futuro cercano. Lo más probable es que mañana tenga unas veinte llamadas de mi padre exigiéndome una explicación de por qué me fui de casa. Como dije anteriormente, nadie conoce la relación que tenía con mi madre... bueno ahora Jason lo sabe; a lo que me lleva a preguntarme el por qué de su apoyo. Me refiero a que Él podría haberse retirado de la incómoda escena si se le apetecía, pero en lugar de eso se quedó defendiéndome. Nuevas preguntas surgieron en mi mente ¿Quién es Jason Blace? Sí, se que parece una pregunta muy ilógica, pero si se toman un minuto para pensarlo pueden reconocer que conozco muy poco a Jason. Creía saber qué tipo de chico era, pero he de reconocer que lo he juzgado mal. No es engreído, ni mucho menos mala persona. Cada vez me da más curiosidad saber acerca de su vida y de lo que piensa. Pero era obvio que no se lo preguntaría directamente, "Oh Jason me gustas y quisiera saber más acerca de ti", ni aunque estuviera loca.
-¿Quieres hablar de ello?- preguntó en un tono suave, música para mis oídos.
Un largo suspiro emergió desde mis pulmones hasta escaparse de mis labios, a la vez que me separaba de mi interlocutor. Supongo que ya era hora de descargar todo lo que sentía y pensaba, en vez de seguir guardándome todos mis pensamientos en una pequeña parte de mi cabeza y corazón. Sin dudar ni un momento más, hablé.
-Nunca me he llevado bien con mi madre- comencé... no de la mejor manera, pero al menos había dejado de llorar- hace un par de meses me corrió de la casa y...- no pude continuar ya que Jason me interrumpió.
-Aguarda ¿Qué?- preguntó indignado- ¿Tu propia madre te corrió de tu hogar? ¿Y tu padre?
-No lo sabe- contesté a la vez que apartaba mi mirada de Él- viaja mucho y nunca está en casa. Por eso ha venido hoy mi madre; para volver a casa y para que mi padre no se entere de lo ocurrido y que todo parezca como si nunca hubiera sucedido y ella luzca como la madre perfecta. Obviamente, una vez mi padre vuelva a estar fuera del país, me echaría de nuevo de casa. De todos modos, es inútil- dije más desalentada- mi madre le dirá que yo me quise independizar y mi padre se enfadará conmigo por no informarle.
-Emma...- me llamó tomando mis mejillas delicadamente con sus manos- debes decirle a tu padre lo que ocurre.
-Yo... no puedo- ¿Por qué no podía terminar una frase sin llorar? Era tan frustrante. Jason creerá que son una tonta.
-Claro que puedes- dijo limpiando las pequeñas gotas que surgían de mis ojos- eres Emily Hazon, la chica más fuerte que he conocido; Tú puedes hacer lo que quieras si en verdad te lo propones- terminó mirándome a los ojos.
-Es que... de verdad... ¿De qué serviría? Sólo sería una carga más de trabajo para mi padre, no tiene sentido Jason, entiéndeme- pedí.
Por un momento pude ver algo en sus ojos; algo que no pude descifrar. Una mirada de completa comprensión hacia mí.
-Te entiendo Emma- solo fue un susurro por parte suya.
Era un momento tan delicado, podía apreciar dolor en sus palabras. La pregunta de hace unos momentos acerca de quién era Jason volvió a mi mente. Pero antes de que pudiera decir siquiera algo, Él habló.
-Mi padre se fue de casa cuando tenía dieciséis años- confesó de un momento a otro, lo que me dejó sin habla; al no obtener algún comentario por parte mía continuó- nos abandonó... a mí, a mi madre y a mi hermano más pequeño. Nos dejó solos y desde ese entonces cada vez que puedo ayudo a un amigo en su taller de autos y llevo dinero a casa para poder ayudar a mi madre. Sé que suena patético pero ugh...- lo silencié dándole un abrazo. No sé exactamente por qué lo hice. Quizás porque había sufrido demasiado, o porque en el momento en que dijo que era patético trabajar para ayudar a su madre quería que cerrara la boca, o tal vez porque me sentía mal al haber estado lloriqueando por algo que se convierte en nada en comparación a la situación de Jason. Seguramente fueron las tres razones por las cuales lo abracé; solo sé que tenía la necesidad de darle apoyo así como Él me lo dio en el momento en que yo me sentía destrozada. Sabía que no causaría el mismo efecto pero no perdía nada con intentarlo.
Al instante mis dudas se esfumaron al sentir sus manos rodeándome la cintura. Una culpa inmensa me golpea de repente.
-Jason...- me separo lo suficiente para verlo a los ojos- perdóname- pareciera que no comprendió mis palabras, así que continué- por haberte juzgado sin conocerte y decir todas esas cosas de ti.
-Tranquila, no es nada- dijo con una sonrisa de lado- ¿Qué dices si comenzamos de nuevo?- preguntó a la vez que extendía su mano hacia mí- ¿Amigos?
Miré su mano por unos pequeños segundos para luego sonreír y tomarla.
-Amigos.
Notas de Autora:
Hey!!! ¿Cómo están? Espero que muy bien. No le digan a nadie pero en estos momentos debería estar estudiando jajaja
En fin, este capítulo es corto lo sé lo sé. Peeeeeeero, será una maratón de dos capítulos. Quiere decir que cuando estén leyendo esto, habrá otro capítulo esperándolos abajo!
Un saludito a Delfina que poco más tengo un cuchillo en el cuello para que actualice n.n
Por cierto que no me olvido... LLEGAMOS A LAS 700 VISUALIZACIONES!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! muchísimas gracias a todos los que están leyendo esto!
No olviden que si votan, comentan y comparten se agradece muchísimo y eso me motiva más a seguir!
Un saludo y nos vemos abajo!
Maia.
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Just a Boy
RomanceEn realidad el problema no radica en lo bonito de sus ojos. Más bien en lo expresivo de su mirada. Y vaya que sus ojos son hermosos.