Nunca imaginé conocer a la familia de Jason como la conocí. Cuando fantaseaba con eso, lo pensaba en una cena tranquila; obviamente me encontraba nerviosa tanto en mi imaginación como en el preciso momento que su madre apareció por la puerta. Su primera reacción fue abrazarme, casi se me agota el aire; aún no estaba recuperada del todo, pero era agradable y sorprendente el ver que, aunque no me conociera, se preocupara tanto por mí. Hace mucho que no sentía un abrazo tan maternal, recuerdo que cuando mi madre me vio luego del secuestro me abrazó, pero... no se sentía como el de la de Jason. Se sentía... falso. Sin cariño.
Por esas razones le correspondí con gran agrado. Al separarnos me tomó de las mejillas y comenzó la bombardeada de preguntas.
-¿Cómo estás? ¿Te hicieron daño? ¿Tienes hambre? Te haré algo de cenar en este instante- Jason la frenó divertido.
-Ya mamá, la estás atosigando- dijo a la vez que se ubicaba junto a mí y pasaba su brazo por mis hombros.
Me sonrojé al instante ¿Cómo podía estar tan tranquilo frente a su madre? ¿Esto significaba que éramos algo más que amigos? Me golpeé mentalmente. Claro que sí, nos besamos. Es solo que... no lo sé. Estaba demasiado nerviosa como para pensar en una respuesta lógica.
-E Estoy bien Señora Blace... no es necesario que haga nada- intenté decir lo más educada posible.
-Oh por favor, dime Amanda- me animó- si necesitan algo estaré en la cocina preparando la cena- dijo a la vez que salía por una puerta de la izquierda que imaginé que sería dicha habitación.
Me volteé hacia Jason y me sorprendí con lo que vi.
No parecía el chico presumido, irritante ni tampoco el que descubrí hacia unas horas, el amoroso. Se lo veía... preocupado, nervioso. Nunca lo había visto de esa manera. Mi curiosidad me obligó a preguntar.
-¿Está todo bien?
Este no respondió nada, solo se limitó a tomarme de las manos y guiarme hasta el sillón para sentarse junto a mí.
-Hay... Hay algo que debo decirte Emma- comenzó de manera lenta- no es fácil explicarlo y estás en todo derecho al molestarte conmigo por no habértelo mencionado antes.
Estreché sus manos entre las mías. Era algo gracioso ya que las suyas eran inmensas a comparación de mis pequeñas manitas. Intentaba transmitirle mi apoyo a que continuara.
Antes de que siquiera abriera la boca, nos interrumpió una voz de un niño.
-Hey Jason, ¿has visto mi gameboy? No lo encuentro en mi habita... oh... ¿Ella es Emma?
Mi primera impresión fue asombro. Nunca he juzgado a la gente por cómo es o por el estado en que se encuentra. Un claro ejemplo fue el caso del hermano de Jason, desde que lo conocí que lo trate como una persona completamente normal, lo sigo haciendo aún con el paso del tiempo.
Lo que me molestó un poco de todo esto fue el hecho de que Jason nunca lo había mencionado. No era nada del otro mundo pero, habíamos tenido momentos de desahogo que, en uno de los cuales, me había confesado que su padre los abandonó.
Nunca dijo el por qué. Y en esos momentos estaba comenzando a entender todo.
-Hola emmm...- dudé un poco, ni siquiera sabía su nombre.
-Alex- me contestó mi pregunta sin haberla formulado.
-Encantada- sonreí y le extendí la mano- hace mucho que quería conocerte.
-¡Y yo! – contestó entusiasmado- Eres más bonita de lo que imaginaba- ahora sé que Él y Jason eran hermanos. La sonrisa socarrona de Jason se reflejaba en la de Alex y también tenía el poder de sonrojarme como su hermano.
-G Gracias
-Muy bien enano, creo que ya es hora de irte- bromeó, aun nervioso, Jason- no es de buena educación de que le robes la chica a tu propio hermano.
La reacción de Alex fue muy divertida al verlo cruzarse de brazos y frunciendo el ceño. Jason empujó un poco la silla de ruedas para darle ánimos a irse. El pequeño bufó para luego marcharse, dejándonos solos con un incómodo silencio.
-Emma... lo siento.
Lo volteé a ver confundida.
-¿Por qué?
-Nunca mencioné el problema de mi hermano, sé que es importante y debería habértelo dicho. Además... hmmm- lo callé con un pequeño beso, algo avergonzada. No acostumbraba a ser la que da el primer paso pero sentí la necesidad de que se callara.
-Está bien, Jason- le aseguré al separarnos- no estoy enfadada. Solo... no me lo esperaba.
-Yo... no quise mencionarlo- comenzó a la vez que acariciaba mi mejilla- supongo que... no quería que me vieras diferente ¿sabes?
Nunca vi tanta inseguridad y nerviosismo en sus ojos como en ese momento, me hizo sonreír.
-Claro que te veo diferente- puse ambas manos alrededor de su cuello, su rostro detonaba pánico- ahora puedo ver el gran hermano que eres y cuánto te preocupas por tu familia.
Sonrió - Mi imagen de chico rudo se ha dañado por completo. Creo que debería comenzar a reinar esta casa con puño de hierro- reí ante su comentario.
-¿Puedo pedirte algo antes de que empieces tu era del terror?- al asentir continué- ¿Me llevarías a casa?
-¿No te quedarás a comer?
-No lo sé... no quiero molestar- dudé.
Se acercó peligrosamente a mis labios, tomándome del mentón.
-Molestarías si te fueras- dijo para luego besarme.
Notas de Autora:
Buenaaas. Es raro verme actualizar tan seguido ¿no?
Como ya terminé las clases y todo lo que tenía pendiente podré actualizar más seguido.
Este capítulo está recién salido del horno, así como lo escribí, así lo publico.
Esta vez lo digo enserio.
Nos vemos en la próxima.
Recuerden que si comentan, comparten y votan me dan una gran motivación para continuar escribiendo.
Maia.
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Just a Boy
RomantikEn realidad el problema no radica en lo bonito de sus ojos. Más bien en lo expresivo de su mirada. Y vaya que sus ojos son hermosos.