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Al día siguiente.

Abro el local de la florería, estoy cansada, siento mi cuerpo desganado y juro que mi cabeza va a explotar si Iris no se calla.

—Evelyn Rochester, soy tu mejor amiga, dime que carajos te dijo el doctor— ruedo los ojos —Merezco saberlo.

No es que no quiera decirle, de echo siento la necesidad de desahogarme, y sé que ella es mi refugio, la amo tanto como ella me ama a mi, y por esa razón no quiero romper su corazón contándole mis pésimas noticias.

Muerdo mi labio inferior, y ese nudo tan familiar vuelve a molestarme.

—Te lo diré cuando sea hora de comer, ahora hay que trabajar.

Ella parece que va a protestar, pero al ver mi rostro creo que logra comprender que necesito pensar como soltarle la bomba, así que asiente.

El tiempo pasa demasiado rápido, veo a las personas pensando cómo serán las vidas de ellos. Se que todos tenemos problemas, pero ¿tendrán uno tan grande como el mío?.

Inhalo profundamente, veo las flores, veo el cielo, veo el sol, todo es tan hermoso.

No quiero dejar esto, no estoy lista.

***

—Bien, estamos en la mesa más alejada como querías. Los nervios me están matando, dime ya, por favor, por favor Eve— Iris me ve directo a los ojos.

Esta ansiosa y preocupada, lo sé.

No sé qué decirle, no sé por dónde empezar.

Niego con la cabeza.

—No hay solución, Iris— digo y ella frunce el ceño.

Cubro mi rostro con las palmas de mis manos, siento que voy a llorar en cualquier momento.

—No hay remedio, ni siquiera una operación, y para terminar de cagarla el Cancer se expandió incluso hasta mi cerebro— veo a Iris, quien está atónita y niega con la cabeza —Voy a morir.

Una lagrima cae por mi mejilla, seguida de otra, y otra, y otra más.

Iris sigue sería, parece procesar lo que acabo de decirle. Vuelve a negar con la cabeza.

—No es cierto, estas de broma.

—Desearía que fuera una broma.

—No seas una perra, no puedes jugar con eso.—Su labio tiembla, y sus ojos empiezan a llenarse.

Lo eh hecho. Eh roto su corazón.

—No es posible— no termina su oración por qué rompe a llorar.

La atraigo hacia mí y la abrazo con fuerza.

—Lo siento, amiga.




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Ni se imaginan las ganas de llorar que me dan escribiendo esto.

Pero no se supone que este deba ser el capítulo que rompa sus corazones así que no lloren tanto jajaja:(

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Hasta pronto,❤️

EveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora