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—Esta interesante— dice mirando la pantalla.

—¿Interesante? Es lo mejor que puede haber en la televisión— dice Lion y Connor ríe.

Seguimos mirando la serie por más tiempo. Se empieza hacer tarde y veo a Laila bostezar y acomodarse en una almohada sin dejar de ver la serie.

Ya es tarde para Lion, el pobre cayó rendido y duerme tranquilamente.

Recuesto mi cabeza en el hombro de Connor y el recuesta su cabeza en mi cabeza. Siento su mano moverse por debajo de la cobija y toma por sorpresa la mía.

Siento mi cuello y mis orejas calientes, y siento ese cosquilleo en el estomago que hace años no sentía ¿son las dichosas mariposas?.

No lo sé, pero sonrío.

Me siento feliz.

Mis dos diablillos están bien y un fantástico amigo está a mi lado. Quiero paralizar el tiempo, que no corra más, que se quede aquí y capturar para siempre este momento.

Volteo a ver a Laila y también está dormida. Sonrío, se ve tan tierna.

Veo a Connor y come un pedazo de durazno, me ofrece pero niego con la cabeza.

—¿Por qué tomas mi mano?— pregunto curiosa.

—Por qué tengo miedo— río.

—Tonto— ahora el ríe.

Me quedo mirándole a los ojos, ¿son tan grises como se ven o yo los alucino? Parecen perfectos, él es perfecto. Parece sacado de alguna película o algún libro. No me creo que exista, y no me creo que esté tomando mi mano.

Yo sí tengo miedo, y no miedo a la serie, tengo miedo de verdad, me gusta Connor, y lo quiero, pero no quiero romper su corazón, no quiero imaginar cómo será el día que yo muera y él se quede solo, ya no podré verlo más, pero lo quiero conmigo.

¿Y si él no me quiere? ¿Entonces por qué tomó mi mano? ¿Habrá sentido mariposas también?

—Quisiera saber qué pasa por esa cabecita tuya— su voz me saca de mi divagación de pensamientos y sonrío.

—Créeme, no quieres saber eso.

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Lo siento si es sábado pasado no subí, se me fue totalmente de las manos. Tengan lindo fin de semana.

EveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora