¿Qué me estás haciendo, Charlie?

Capítulo 43: Tenemos que hablar.

N/A: Hey, sí, soy yo. Ale, la autora irresponsable, ¿me recuerdan? ¿no? vale :c 

No diré nada... sólo que espero me perdonen :c 

Si no recuerdan nada recomiendo repasar un poco la historia. 

Los leo abajito.

Danielle.

Sí, esa noche me quedé en su casa.

Y no, no tuvimos sexo.

Ambas habíamos decidido que mejor esa noche no. Emma había matado la pasión repentina que había surgido, y entonces ambas estábamos mucho mejor abrazándonos.

Hablamos hasta muy tarde. Yo le conté casi todo lo que había hecho esos días en los que no nos vimos, y ella por su parte lo hizo también. A la final no fue nada importante.

Aquel tema, había quedado pospuesto de momento.

Ya en la madrugada, Charlie cayó dormida mientras me rogaba que no me fuera, que la siguiera abrazando por el resto de la noche. Y la verdad es que yo no tenía ganas de separarme de ella. Así que no me fui.

Intenté dormir, pero cuando ya ella no me distraía, mis pensamientos acerca de lo ocurrido esa tarde inundaron mi cabeza y me mantuvieron despierta. Recordarlo me asustaba mucho, hacía que me abrazara mucho más fuerte a la pequeña chica entre mis brazos.

Fue un largo rato de silencio, hasta que...

— ¿Danielle? —aquel susurro me hizo sobresaltar, pues no me di cuenta del momento en que la puerta de la habitación se abrió, ni mucho menos cuando la madre de Charlie se asomó—. ¿Qué haces aquí?

No se veía molesta, lo cual debo admitir que me sorprendió, pero si se le notaba lo cansada.

—Señora Evans... h-hola —la situación era incómoda—. ¿Qué tal está?

Me miró por unos segundos, como si estuviera loca.

—Considerando que mi hija tuvo un supuesto ataque en el que pudo haber ocurrido una desgracia, y del cual no tengo mucha información, no muy bien... pero la que debería responder una pregunta en este caso deberías ser tú, la verdad.

Hablábamos en susurros para no despertar a Charlie.

— ¿Así que Emma le dijo, eh-h? Lo siento —bajé la mirada—. Yo sólo vine aquí a hablar con su hija... llegué justo en el momento de su ataque, me quedé porque me preocupó mucho. Si quiere que me vaya, yo...

—Oh, cállate, Williams —me cortó, mientras miraba a su hija muy preocupada—. Mañana quiero que hablemos de lo de esta tarde.

Y así como entró, se fue, dejándome realmente confundida.

Sin embargo, entendí la indirecta después de repasar mentalmente sus palabras.

La señora Evans, la misma mujer que me odia por salir con su hija, me había dado permiso para quedarme a dormir esa noche.

Fue extraño, y genial. Pero de igual forma no dormí. Mis pensamientos no me dejaron hacerlo.

[* * *]

A la mañana siguiente, cuando Charlie despertó, tuvimos una pequeña charla matutina antes de cualquier otra cosa.

Estaba abrazada a mí, recostando su cabeza en mi pecho, y yo la sostenía entre mis brazos, encantada de volver a estar así con ella. La extrañaba, joder.