•2•

515 32 4
                                    


1988

ⵈ━═══════════╗◊╔═══════════━ⵈ

Con el pasar de los años las cosas fueron acomodándose en su lugar.

Una pequeña niña se encontraba observando tras la ventana de la habitación del lujoso hotel donde se hospedaba con su padre.

Observaba el gentío con carteles en sus manos. Le parecían demasiado ruidoso, pero le era entretenido verlos desde la ventana, cubriendo su cuerpo con las cortinas imitando a un fantasma.

- Aléjate de la ventana- dijo su padre sin mirarla. Estaba bastante centrado en los papeles que su mánager le había llevado esa tarde.

-Está bien- se alejó con decepción para ir directo a abrazar a su padre.

-Sabes que no debes mirar por la ventana a estas horas- dejó su el papeleo para corresponder el abrazo.

- ¿Por qué hay mucha gente allá afuera? - Michael levanto a la niña dejandola sentada sobre sus piernas.-

-Esas personas son mis fans, y ellos me apoyan mucho- Le dedicó una cálida sonrisa.

- Pero llevan mucho tiempo allá afuera ¿no tendrán frio?- la pequeña dirigió su mirada a la ventana con la preocupación reflejada en sus ojos.

-Tal vez. No me gustaría que alguno de ellos enfermase-. Le dedicó la atención necesaria.

-¿Algún día conoceré a tus fans?- regreso a mirarlo- Se nota que son buenas personas.

- Quizá a unos pocos. No olvides que ya conoces al número uno.

- Pensé que yo era la numero uno- Diana miró a su padre fingiendo decepción.

Michael abrió a más no poder los ojos. Estaba a punto de presenciar un drama de su hija y era lo que menos quería.

-¿Me acompañas a saludar a los fans?-

-¡Sí!- salto de golpe hacia la ventana para poder ver la gente.

Michael abrió la ventana y saco una mano en señal de saludo, de inmediato la gente comenzó a gritar con furor. Michael tomo la pequeña mano de su hija sin dejar al descubierto el cuerpo completo de la menor para poder saludar juntos.

- Escucha están gritando tu nombre.- menciono el mayor a su pequeña hija, quien estaba emocionada.

Poco tiempo después, ambos se alejaron de la ventana.

- Bien. pequeña, es hora de ir a la cama.-

- ¿Puedo dormir contigo?- Le miro con temor, esperando que su padre no se molestara.

- Claro que puedes. Ve a ponerte el pijama.- le indico con ternura en la mirada.

La pequeña asintió y fue corriendo hasta la que era su habitación para ponerse el pijama. Desde que había descubierto la identidad de su padre no había querido estar despegada de él, además de que comenzaba a sentir celos cuando su padre estaba en convivencia con otros niños como ella.

Para Michael aquellos días eran un dolor de cabeza o como los llamaba él "Infernales".
Desde temprano había tenido diferentes eventos, conferencias, visitas a hospitales, ensayos.
Estaba agotado y harto de revisar el papeleo. La vida de una super estrella era toda una montaña rusa, por otra parte el rol de padre de era más difícil en esa ocasión.

Era la primera vez que salía fuera del país con su hija sin alguna nana acompañándolo mientras el estaba ocupado.
La decisión de comenzar la gira fuera del país comenzó a pesarle.
Con ciertos pensamientos en su mente el resto de la tarde la paso junto a la pequeña infanta viendo películas, jugando algún juego de mesa o simplemente siguiéndole la corriente al jugar roles de compraventa.

Entro a su habitación y se colocó el pijama, y por primera vez en el día se recostó rendido sobre la suave cama, soltando un suspiro agotador y cerró sus ojos un instante para relajarse.
Pero su momento de relajación fue interrumpido al sentir pequeños dedos picándole los párpados. Decidió abrirlos y se encontró a su hija con una mirada angustiada.

- ¿Qué sucede?- pregunto incorporándose sobre la cama

- No cierres tus ojos- bajó la mirada- Todavía no nos vamos a dormir.

-Lo siento. Me siento agotado, es todo- acunó entre sus manos el pequeño rostro de la pequeña.

- Por un momento me sentí triste.- bajo la mirada jugando con sus manitas.

- Solo cerré los ojos un momento. No tienes porque preocuparte.

-¿Prometes que vas a estar conmigo siempre?- sus ojos dulces mostraban aquella inocencia. Michael tardo en comprender a qué se refería su hija.

Hace poco tiempo que había tenido una cruda experiencia con la muerte de un pequeño conejo. El pequeño animalito había muerto en los brazos de Diana y por lo tanto había creado una relación entre ambas cosas.

- Te lo prometo. - besé su frente.

- Yo también te lo prometo- se acurrucó en el pecho de su padre.

A sus casi 8 años, Diana había crecido con gracia y belleza. Además de ser una niña con aprecio por la vida y juguetona. Con un amor único hacia su padre como su adoración. Y Michael quien estaba dispuesto a cumplir cada uno de sus caprichos, aquella niña era una luz en aquellos momentos tan obscuros. Aunque había sido difícil, el estaba consiente de que su trabaja como padre iba más allá de los regalos, él estaba criando una bella niña con valores para algún día dejarla libre en aquel mundo que consideraba podría destruir su más grande tesoro, y como padre el estaba dispuesto a proteger su más bella luz de aquella que quisieran apagarla.


ⵈ━═══════════╗◊╔═══════════━ⵈ


-EDITADO- 16/01/22

Agradezco a las nuevas lectoras.

Dejen sus Comentarios ♥

ꕥ 𝔼𝕟 𝔹𝕦𝕤𝕔𝕒 𝕕𝕖 𝕝𝕒 𝔽𝕖𝕝𝕚𝕔𝕚𝕕𝕒𝕕  ꕥ~~M J  ●●Editando●●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora