ꕥ 𝔼𝕟 𝔹𝕦𝕤𝕔𝕒 𝕕𝕖 𝕝𝕒 𝔽𝕖𝕝𝕚𝕔𝕚𝕕𝕒𝕕 ꕥ~~M J ●●Editando●●

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El par de chicas, comenzarón el recorrido. La pequeña llevaba a rastras a la oji-verde de aquí para allá.
Diana se detuvo a ver algunos animales que se encontraban allí. Navier se colocó a su lado.

Diana, miraba atenta a los elefantes, de momento apareció un pequeño al lado de su madre. Diana miró cómo el pequeño gris caminaba al lado de su enorme madre y una enorme sonrisa se plasmó en su rostro, pero desvaneció en pocos segundos, a causa del sentimiento que venía guardando desde hace poco tiempo.

<< Si ese elefante tiene mamá... ¿Yo también?>>

Navier notó la expresión que tenía, estaba apunto de hablar pero la pequeña artículo antes.

-- ¿Es normal no tener mamá? --.

¿Cómo decirle a una niña, la realidad de la situación?

Tomó un suspiro y decidió hablar.

--Sí, es normal. Pero, ¿Sabes?...- llamó la atención de la menor-- tú madre tuvo sus razones para dejarte con tu padre. Sé que anhelas verla y algún día así será-- le sonrió -- Sólo debes esperar a que algún día puedas comprender mejor las cosas.

La menor hizo una mueca, para un ser en pleno desarrollo, no todas las incógnitas tenían respuesta y el laberinto que había creado en su mente se volvía más frondoso e imposible de escapar del mismo hacia la respuesta.

Siguieron recorriendo por el parque, hasta que Diana se sintió agotada. Tomó en sus brazos a Diana y se dirigieron a la salida.

--¿Navi?--

Una voz femenina la llamó, esa voz la conocía.

¿Qué hacía Marian aquí?

Giró sobre sus talones y miró a la castaña.

--Hola ¿Qué haces aquí? -- dijo sorprendida la oji-olivo.

--¡Ah, si claro!,¡me da gusto verte a ti tambien!-- contestó fingiendo estar molesta.

-Rió- Tonta-.

- ¿Quién es? - dijo la castaña tratando de ver el rostro de la pequeña quien ya se encontraba dormida. Pero la misma Navier se lo impidió al cubrir con la manta en rostro de la pequeña.

--No molestes, no ves que está dormida-- Excusó con diversión -.

--Está bien--.

En ese momento, Diana, despertó y miró a Marian. Esta quedó impacta, era muy parecida a su hermana.
Algo en su interior le causó afligió. No podía, no a ésta niña, no podría hacerle daño a ese bello ángel.

-- Hola ¿Quién eres?- dijo la pequeña--

--Hola-- Marian le sonrió --Me llamó Marian, ¿Cual es tu nombre, dulzura?--

La pequeña miro a Navier, esperando su consentimiento para decir su nombre. Ella entendió el gesto y asintió.

--Me llamó Diana- sonrió a la castaña-- Eres muy bonita, Marian ¿Son amigas?-- miró a quien aún la sostenía.

-- Así es, desde hace mucho tiempo--.

Marian trago saliva.
"Espero que algún día, puedas perdonar lo que sucederá."

--Bueno chicas, nos veremos después -- miro a ambas con una sonrisa --Adiós, Diana. Me dió gusto conocerte-- le extendió la mano.
--Cuidate mucho, Marian-- dijo la pequeña amable dándole un pequeño beso en la mejilla.

Ambas chicas se despidieron.

Marian, bajo la mirada al ver como su amiga y su sobrina se alejaban. Debía hablar con su hermana para negarse a seguir con su plan.
Muy en lo profundo de su ser, al ver a esa niña, le causó lastima. Lastima, por saber que los días al lado de la persona que ella llamaba su hogar y estaba tan familiarizada, dejaría de formar parte de su vida.

En cuanto a Diana y Navier, ambas terminaron volviendo con el equipo de seguridad, hasta donde estaba su padre.
Para la pequeña Jackson, era normal que alguien del equipo o la misma nana en turno, bajaste con ella del auto en alguna atracción o parque para que la pequeña disfrutará de los pocos momentos en los que ella podía ser una niña ordinaria al resto.
Mientras, si joven padre, se quedaba en el auto esperando a su hija.

Como lo había sido desde hace 4 años.

Uno de ellos, tomó en brazos a la pequeña procurando ocultar el rostro de la misma, colocándole un par de gafas y una gorra.
Michael recibió a la niña, comenzando una amena conversación sobre cómo había pasado el día.

Una sensación extraña invadió a Navier, en los pocos años que había sido niñera.
En el viejo continente, la mayoría de los padres eran poco interesados con sus hijos, se enfocaban tanto en el trabajo que la sonrisa de los niños, al querer conversar con sus padres, terminaba desvaneciéndose por las crueles palabras "Estoy cansado".

A diferencia de Michael, a pesar de no dormir ciertos días, tener una agenda apretada entre conciertos, entrevistas, conferencias, asistir a eventos, ir a la disquera, etc. Él siempre trataba de darle tiempo de calidad a su hija. A cualquier persona, le daba la seguridad de que él estaría para ti.

A pesar de dar tanto y recibir tan poco.

Después del largo trayecto, finalizaron yendo a una habitación privada para poder descansar ya que estaban lejos de la casa de los padres de Michael.
Mientras la pequeña yacía dormida en la respectiva habitación, el par de adultos estaba en la sala de la habitación de hotel, tomando té.