22. La luna nueva

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Los Ángeles, California.  1994

Habían pasado casi 5 años.
Todo parecía ser normal, pero aún había heridas abiertas. Tanto como nuevas.

Aquel hombre siguió con su carrera artística, como si el pasado jamás hubiese existido. Y las puertas de su corazón se abrieron hacía otro amor.

Aquella chica de ojos verdes había regresado hace 2 años. Había conseguido ser una excelente educadora. Pronto sería transferida a un Instituto privado para ocupar el lugar de un profesor retirado.
Era una escuela por parte del Royal Academy of music, de Londres.

Aquella niña, bueno, había crecido, ahora con 14 años. Por ciertas circunstancias, el destino le había deparado regresar a la ciudad que la vió nacer.

-♡-

Diana.

No sé cuanto tiempo ha pasado, sólo quiero que termine.
Era de mañana y me preparaba para ir a la escuela.
Ya con el uniforme puesto, y con mi bolso en mano. Baje las escaleras, rezando por no encontrarme con Harry.

Pero era tarde.  Harry apareció con su bata y una bandeja con el desayuno, podía percibir que había fumado hierba.

-Buenos días- saludo seco.

-Ya me voy- ignore aquel saludo.

-No se te olvide pasar por la medicina de tú madre.-

Asentí,  gire sobre mis talones y salí de la casa.

Me esperaba una larga caminata.
A los pocos metros un auto paró cerca de mi asustandome.

Era Bella.

Ella era mí mejor amiga, era un año mayor que yo. La conocí el año pasado, y se ganó mi confianza y mi cariño.

-¡Hey, sube!- asomó su cabeza por la ventana del auto. Su padre me saludo con un movimiento de muñeca.
Subí al auto, dije un "buenos días" al señor Rusbell. En verdad, me daba pena que su padre al encontrarme camino a la escuela tuvieran que llevarme allá. Bella no vivía por estos rumbos, más bien, obligaba a su padre pasar por aquí.

Bella me abrazo al instante, se alejó y sonrió.
Cuando finalmente llegamos a la entrada, bajamos y nos despedimos de su padre. Cada vez que veía a mi mejor amiga despedirse de su padre, aquel recuerdo invadía mí alma.
Ya a mi lado, caminamos juntas hasta el interior del edificio.

Para ser sincera, odiaba a todo el mundo aquí, la mayoría eran hijos de papi. Yo había logrado entrar a éste colegio por medio de una beca.
Tome mis libros de mi casillero y al cerrar la puertita, el estúpido de Ronald apareció.

Él era nuestro amigo. Más bien, Bella y Ronald eran Ene-Amigos, y yo era 'La niña que le gustaba', pero para mi, era solo mí amigo.

-Ahg- dijo Bella con una expresión de fastidio- Llegó el cabeza de brócoli.

-¡Oye, Isabella¿No tienes algo mejor qué hacer?-

-Sí. Recordarte que ella no estará  contigo¡Superalo!-.

-Oigan,¡Ya!- dije molesta. Era lo mismo todos los días.

-Diana, la Directora y el Profesor Freeman te estaban buscando- aviso Ronald.

-Saben mí hora de entrada- dije.

-No pregunté que era, pero no creo que sea malo.

-No lo sé, está mañana no amanecí bien.- los mire-.

-Ese tipo...- suspiro bella.

-¿Por qué no hablas?- sugirió Ronald.

-No puedo, si digo una palabra podrían dejar de depositar el dinero que he estado recibiendo-.

ꕥ 𝔼𝕟 𝔹𝕦𝕤𝕔𝕒 𝕕𝕖 𝕝𝕒 𝔽𝕖𝕝𝕚𝕔𝕚𝕕𝕒𝕕  ꕥ~~M J  ●●Editando●●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora