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Dylan.

-Hace mucho calor- se quejó Abigail, por lo que quité mi brazo de su abdomen- Sigo teniendo calor- se quejó.

-Sh, estoy intentado dormir- se quejó Tony. Rápidamente abrí mis ojos, encontrándome con Tony desarropado completamente y con su cabeza debajo de la almohada.

-¿Papi?- susurró ella abriendo sus hermosos ojos- ¿Qué haces tú aquí?- el sacó su cabeza de debajo de la almohada.

-Daemon es un acaparador y ronca mucho- chasqueó su lengua. Con razón Abigail tenía calor, estaba entre nosotros dos, dos hombres lobo emanando calor de su cuerpo.

-Lárgate de aquí- espeté divertido empujándolo, haciendo que se cayera al suelo- Abigail tiene calor por tu culpa.

-¡¿Por mi culpa, maldito desgraciado?!- bramó furioso acostándose de nuevo en la cama- ¡Duerme tú en el suelo y yo duermo con mi hija, que para algo es mía!

-Es mía- gruñí con voz ronca, sin poder evitarlo- Lo siento- éste comenzó a reír fuertemente.

-¡Callaos ya!- escuché el grito de Eider mientras daba fuertes golpes en la pared- ¡Hay gente que quiere dormir!

-Sh, a dormir- susurró volviendo a enterrar su cabeza bajo la almohada.

-Será desgraciado- bufé divertido mientras volvía a tumbarme en la cama. Ví como el me mostró su dedo corazón.

-Dylan, tengo calor- se quejó Abigail y nuevamente reí, pero esta vez con ternura, algo que solo me provoca ella. Me levanté de la cama y de un tirón quité la sábana, para acto seguido tirarla al suelo.

-Ven aquí, hermosa- me tumbé en ella y Abigail se tumbó a mi lado, utilizando mi brazo como almohada.

Una hora más tarde en la que yo me dediqué a mirar a Abigail, se comenzó a escuchar el revuelo que las chicas causaban en el piso de abajo.

Edgar y Daemon Junior entraron en la habitación sigilosamente, por lo que yo me hice el dormido.

-Dylan se va a despertar y nos va a matar- susurró Daemon J. nervioso.

-Sh- replicó Edgar- como sigas hablando si que se va a despertar y entonces si es verdad que estamos muertos.

-Sigo pensado que es mala idea- Edgar bufó molesto y caminó hacia nosotros. Abrí mis ojos cuidadosamente pero él no se dio cuenta, porque estaba concentrado en Abigail.

-Cállate y vigila que no se despierten- escuché el suspiró de resignación por parte de Daemon J.    Edgar se dirigió hasta el lado de mi mesilla donde estaba la jaula de Marroncita, con ella dentro.

-Date prisa- susurró desesperado y Edgar abrió la puerta de la jaula, sacando a Marroncita- Vamos- ambos salieron corriendo de la habitación.

Quité con cuidado la cabeza de Abigail de mi brazo y la coloqué en el suelo. Acto seguido me levanté y caminé hacia la cama, quitándole a Tony la almohada.

-Sh- me apresuré en decir antes de que comenzara a chillar- Levántate ya, las chicas ya están despiertas- éste asintió, todavía dormido, y se levantó como un zombi. Fui otra vez hasta donde estaba Abigail y coloqué su cabeza en la almohada que anteriormente había puesto en el suelo.

Salí de la habitación y vi como Tony se dirigía a las escaleras todavía con paso de zombi.

-Cuidado con las escale...- antes de terminar mi frase, el zombi mañanero ya estaba rodando por las escaleras- Ni siquera sé para qué me molesto en avisar- bufé divertido.

-¡Estoy bien!- gritó una vez cesó el ruido que provocaban sus huesos contra el suelo. Riendo, casi al borde del llanto, me dirigí a la habitación de Edgar. Cuando entré, ellos escondieron a Marroncita detrás de la almohada, como si nunca hubiera visto nada.

-¿Por qué habéis robado a Marroncita?- espeté molesto mirándolos.

-¡Te dije que era mala idea!- gritó nervioso Daemon J.

-No sé de qué hablas- contraatacó Edgar.

-No te hagas el estúpido conmigo- gruñí- Te llevo cien años de ventaja como hombre lobo, así que deja de desafiarme- quité con furia la almohada y cogí a Marroncita- No sé qué coño te pasa últimamente con tu hermana, pero no te pases ni un pelo con ella- salí dando un portazo.

-Dylan- escuché la voz de Alexia- ¿Qué pasa?

-Han robado a Marroncita- se la mostré- No sé qué coño le pasa a ese niño últimamente.

-Está celoso- me reprendió cariñosamente- Antes solo eran Edgar y Abigail. Ahora sois Edgar, Abigail y tú- Entonces comprendí.

-¿Sólo intenta llamar la atención de su hermana?- ella asintió.

-Recuerda que él puede sentir lo que ella siente, antes era él quien la protegía de estupideces como las peleas de su padre y de su abuelo- asentí con comprensión- Y ahora sabe que también estás tú, dale algo de tiempo y se acostumbrará.

-Bien- caminé de nuevo a la habitación de Edgar- Yo me encargo de llamarlos, tú ve abajo- ella me guiñó un ojo y se marchó de nuevo.

Entré en la habitación encontrándome con un nervioso Daemon J.  y un molesto Edgar.

-Toma- le tendí a Marroncita a Edgar- Ponla en su sitio y de paso despierta a Abigail- Aunque quería seguir manteniendo su expresión de molestia, claramente se le veía feliz.

-Bien- tomó a Marroncita en sus brazos y salió de la habitación acompañado de Daemon J.

Bajé al piso de abajo, encontrándome con un dormido Daemon mientras era dibujado por el ya no zombie Tony. Me dirigí a la cocina mientras reía.

-Buenos días- dije y ellas correspondieron mi saludo de igual forma- Menudo look más sexy- revolví aún más el cabello de Layla.

-Cállate- gruñó molesta.

-Menudo humor mañanero que tenemos, ¿Eh?- espeté divertido y ella gruñó de nuevo- ¿Es que no te ha divertido la escena de Tony?- ahora rió- Mucho mejor así, mujer- sonreí divertido- Por cierto, deberías ir a ver la obra de arte que Tony le está haciendo a Daemon. Preparaos para una pelea matutina post- coito salvaje en el fregadero- todos reímos.

-Eso no me lo pierdo- susurró Layla saliendo de la cocina.

-¿Ya has hablado con Edgar?- preguntó tiernamente Alexia.

-Algo así- susurré guiñándole mi ojo. El timbre sonó- Ese debe ser Javier.

-¡Javier!- chilló Abigail bajando las escaleras- ¡Es Javier!

Ven a mis brazos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora