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Dylan.

-¡Maldita niña que todo lo ve!- exclamó Javier dramatizando exageradamente- ¡¿Seguro que es humana?!- todos comenzamos a reír y el timbre sonó.

-¡Mami, mami, debe ser Amy!- chilló mientras saltaba de nuevo en la mesa- ¡Voy a abrir!- saltó y salió a correr.

-¿Quién es Amy?- pregunté confuso.

-Su mejor amiga, hoy viene a dormir a casa aprovechando que mañana no hay colegio- asentí sonriendo tontamente. Salió de la cocina con la pequeña Sophie en brazos.

-¡Mira, Amy. Ellos son mis abuelos John, Saul, Alejandra y Elisa!- ella los llamaba así porque el término bisabuelo no le agradaba mucho, ya que el aspecto de ellos eran de jóvenes de treinta años- Mis más abuelos Daemon y Eider, mi tío Daemon J, mi tía Layla, su novio Javier- hizo una pausa para respirar- Falta otro abuelo y su novia, y también mi tío Alejandro- también le llamaba así- A mi hermano ya lo conoces, él es mi papá Tony y él es un amigo de la familia, Dylan.

-Soy Amy- susurró la chica mirándonos, bueno más bien mirándome- El chico que se llama Dylan es muy guapo- La cara de Abigail pasó de felicidad a una que nunca le había visto, la verdad. Cruzó sus brazos y echó su peso sobre su pierna derecha.

-Ya tiene novia- le susurró y yo comencé a toser desesperadamente- ¡¿Quieres que te enseñe a Hades?! ¡Vamos!- la cogió por el brazo y la arrastró al jardín.

-Y esa es la lección más importante de una niña de cinco años que protege lo que es suyo- dijo Tony burlón mientras palmeaba mi espalda. Escuché el silbido de Javier y las risas de los demás.

-¡Menuda gatita!- gritó Daemon. Alexia entró con sus ojos aguados.

-Antes de que os pongáis como locos, estoy así porque he escuchado como te dejaba fuera del mercado- me dijo riendo- Es muy muy muy verdadero eso de que te has llevado a la mejor.

-¡Ya estamos aquí!- chilló arrastrando a Amy- ¡Hades casi le arranca la mano pero yo lo he evitado! ¡Vamos a mi habitación!

-Cariño- le reprendió Alexia tiernamente- Relájate un poquito, ¿si?- asintió enérgicamente- Amy ya viene arreglada, pero tú tienes que ducharte todavía y es casi de noche, así que mientras Amy hace lo que quiera, tú te ducharás- asintió obedientemente.

-¿Os quedáis a cenar?- preguntó Tony sirviéndome el vaso de agua que hace mil años le había pedido- Total pasáis más tiempo en mi casa que en la vuestra- Todos asintieron- Bien pues ayudadme, no váis a comer por el morro- todos reímos.

-¿Qué quieres hacer mientras Abigail se ducha?- le preguntó Alexia tiernamente.

-¿Puedo quedarme con Dylan?- le preguntó avergonzada. ¿Qué tenía esta chica conmigo?

-Le has gustado- me susurró Javier en mi oído, llevándose una hostia en el pecho de mi parte.

-No puedes- dijo rápidamente Abigail- Él me baña, porque mi mamá no puede ya que tiene que atender a Sophie y mi papá tiene que hacer la cena- escupí todo el agua que estaba bebiendo. Eso era una total y completa mentira. Nunca la había bañado- ¡Vamos a preparar mi baño!- chilló corriendo hacia mí. Agarró mi mano y comenzó a tirar de mí para salir de la cocina.

-Sabes que mentir está mal, ¿verdad?- pregunté riendo mientras la cogía en mis brazos y subía las escaleras.

-¿Y una chiquitina?- susurró avergonzada.

-También- besé su cuello y la dejé en el suelo- ¿Y ahora qué?

-Yo puedo ducharme solita mientras que tú te quedas aquí- susurró aún más avergonzada.

-¿Tu plan es mantenerme encerrado mientras no puedas controlarme?- pregunté divertido y ella asintió enérgicamente- Me gusta el plan, así que aquí te espero- me tiré en su cama y escuché como reía por lo bajo.

-Gracias- vino hacia mí, besó mi mejilla y salió a correr hacia el baño. Entre tanto entró Alexia.

-¿Encerrado?- preguntó divertida mientras iba al baño.

-Me he portado mal- conté con desdén y escuché su risa. Minutos después volvió a aparecer.

-Ya se está duchando, vigila por si tienes que ir a su rescate- asentí enérgicamente- Escoge la ropa que quieras, tengo que ir a ver a los demás pequeños- salió de la habitación, no sin antes darme un guiñó y lanzar un beso al aire.

Fui hacia el armario y cogí el primer pijama que ví, mientras escuchaba como cantaba.

-Pero que braguitas más monas- susurré mirando unas braguitas de color azul con un osito blanco que tenía un corazón en el que había escrito I love you.

Después de cantar todo un repertorio variado, al fin salió del baño envuelta en una toalla para nada pequeña.

-Pero que bien cantas- le lanzé un beso provocando que se sonrojara- Aquí tienes tu ropa- se la tendí y ella la aceptó de buen agrado. Me di la vuelta para darle privacidad.

-Primero la cabeza- susurró cantando- Después una manita- mi sonrisa me hacía parecer drogado- Después la otra manita. Ahora una pierna y ahora la otra- se terminó de vestir- ¿Me ayudas con los calcetines?- mientras yo le colocaba sus calcetines, ella se peinaba.

-Ya estás lista, hermosa- besó castamente mis labios y salió a correr fuera de la habitación avergonzada- Me ha tocado la mejor- susurré sonriendo como idiota.

Durante la cena, fui el centro de todos los chistes y risas, sin embargo yo sólo pensaba en mi Abigail por lo que no di mucho juego, y por lo tanto, decidieron joder a Layla.

-Mañana vienen Darío y Carolina con la niña- dejó caer Daemon- Y eso significa que hoy nos quedaremos todos aquí.

-¡¿Pero que es esto?! ¡¿Un hotel de cinco estrellas o qué?!- gritó Tony con frustración- Voy a comenzar a daros pan con agua, a ver si así os quedáis en vuestra casa- se giró para mirarme- A tí te permito quedarte todo el tiempo que quieras, sólo por mi hija- le miré incrédulo.

-Yo sé que me amas- espetó divertido Daemon, ganándose la hermosa vista del dedo corazón de Tony.

-¿Cómo? ¿No que me ibas a hacerme la vida imposible?- pregunté todavía soprendido.

-Mi hija ha marcado su territorio con sólo cinco años, eso significa que eres muy importante para ella- hizo una pausa- Las personas importantes para ella lo son para mí, además somos mejores amigos desde hace muuuuucho tiempo, por lo que ahora eres un poquito más importante.

-¡Película de miedo! ¡Película de miedo!- chillaron Daemon J y Abigail desde el salón- ¡Queremos una película de miedo!

-Esta noche dormirá abrazada a tí- comentó John riendo- Ah, no que ya lo hace- bufé divertido y le mostré la hermosa vista de mi dedo corazón.

Ven a mis brazos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora