11 | fantasias mortales.

10.3K 701 69
                                    

Kylie

Mierda, son las cinco y cincuenta, y el ultimo autobús hasta la casa sale en diez minutos. No pienso irme caminando, lo que significa que debo correr.

Ordeno rápido los papeles guardándolos en mi archivero, meto todas mis cosas en mi bolso y me pongo muy rápido de pie, camino rápido hasta el elevador y maldigo mientras me devuelvo para apagar la computadora y bloquear toda la información privada del presidente de la empresa. Información que solo comparte conmigo y seria una catástrofe si alguien mas la sabe, principalmente la competencia.

Al terminar, me giro de nuevo para irme y gruño regresando por mi bolsa, salgo corriendo esta vez utilizando el elevador ejecutivo, salgo directo al living y casi corro a la calle.

Genial, está lloviendo.

Maldigo internamente mientras cubro mi cabeza con mi bolsa y camino apresuradamente por las transitadas aceras repletas de personas caminando de un lado a otro con paraguas saliendo de sus trabajos y yo soy la única patética que me estoy mojando.

Bravo, Kylie.

Nota mental: necesito comprar un paraguas.

Logro llegar a la estación de autobuses pero el ultimo esta completamente lleno de personas haciendo imposible que quepa otra alma mas allí, resoplo dándome por vencida y me siento en el mojado asiento de metal debajo de un toldo donde esperan los autobuses.

El autobús acelera y toda el agua del charco en la calle cae sobre mi y únicamente sobre mi.

Jaxon tiene toda la razón... soy patética.

Resignada y completamente empapada, exprimo mi pelo eliminando el exceso de agua de este mientras empiezo a sentir frío inhumano. Fijo mi vista en mis zapatos completamente empapados de agua deseando teletransportarme hasta alguna de mis dos cómodas camas - la de mi casa o la de la mansión - pero eso es imposible. Y aquí estoy, sentada en una banca de metal completamente empapada de agua con procedencia desconocida y completamente hambrienta con solo los cuatro dolares del autobús que no me alcanza para un taxi.

Escucho el claxon de un auto, levanto mi vista y el lujoso Porshe caymán plateado de Jaxon se estaciona frente a mi, el baja la ventanilla del copiloto con una sonrisa arrogante que me hace enojar.

- sube - me dice y se que se está conteniendo para no reírse de lo patética que debo estar en estos momentos.

Niego con orgullo - no te necesito.

El se encoje de hombros, sube la ventanilla y acelera salpicandome de nuevo de la misma manera que el autobús lo hizo, suelto un grito frustrada mientras veo su auto desaparecer en la lluvia.

¿no podía insistir un poco mas?

Es un desgraciado.

¡atchus! Estornudo como por quinta vez mientras mi cuerpo empieza a tiritera y mis dientes a castañear, llevo aquí sentada media hora y empiezo a sentir que me congestioné, la lluvia no ha parado y ya las farolas de las calles empiezan a iluminar en la oscuridad formada por las grises nubes y yo le rezo mentalmente a los dioses porque no empiece a tronar.

Unas luces de un auto me iluminan, levanto mi vista Encontrándome de nuevo con el auto de Jaxon, esta vez no pienso hacerme rogar. Me pongo de pie sintiendo todo mi cuerpo entumecido y camino hasta el auto, abro la puerta del copiloto y Jaxon me mira divertido.

- dices una sola palabra y te juro que te castro - advierto.

El sonríe y cuando intento entrar al auto me detiene - ¿no estas pensando que te voy a dejar entrar a mi precioso auto así? ¿verdad?

CASADA CON EL ENEMIGO  *{EDITANDO}*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora