51 | ¿estas...?

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Kylie

Jaxon estaciona el auto frente a la tétrica clínica donde pasaré los siguiente seis meses de mi vida. Muerdo mi labio temerosa y me giro a mira a Jaxon queriendo hacerle entrar en razón, el solo me dedica una pequeña sonrisa y sale del auto para rodearlo y abrir mi puerta. Salgo y sigo mirandolo de esa manera que se que nunca se ha podido resistir conmigo.

- no me mires así, Kylie, no pienso cambiar de opinión.

Totalmente enojada le doy la espalda y entro a la maldita clínica sin esperarlo mientras el me sigue con mis maletas. Miro con odio a la mujer que me recibe y la ignoro mientras ella habla con Jaxon dandome la bienvenida. Esto es demasiado humillante.

Ella se ofrece a darnos un tour por las instalaciones pero rechazo su oferta de inmediato pidiéndole que me lleve a la que será mi habitación. Ella me guía por los pasillos del segundo piso hasta detenerse frente a la puerta 306 de color beige. Entro y le arrebato las maletas a Jaxon para que se largue de una buena vez, o por lo menos intento hacerlo, ya que el las sostiene con fuerza mirandome fijamente con reproche.

- dejanos solos - le exige a la mujer de pelo corto y rubio. Ella sale cerrando la puerta - ¿se puede saber que diablos te pasa?

- no se a que te refieres, dame las maletas.

- ¿por que estas de mal humor, Kylie?

Me rio con sarcasmo - oh, señor, lamento no estar feliz por estar internada en una maldita clínica de drogadictos.

El mira hacia la puerta como asegurandose de que nadie nos escuche mientras deja las maletas en la puerta - no quiero que te enojes conmigo por esto, Alexandra.... - lo interrumpo.

- si, si, ya me sé el discurso de "esto es por tu bien, Ky" - trato de imitar su voz pero me sale horrible - ahora si no te importa quiero que te largues de aquí para empezar de una buena vez con esto.

Su ceño se frunce - no me hables así, Kylie.

Señalo la puerta - ¡largate!

El bufa intentando acercarse a mi para besarme, pero me aparto cruzandome de brazos - Kylie...

- que te vayas, Frederick

- vale - se acerca a la puerta y la abre - te amo.

Le muestro mi dedo del medio - y yo te detesto y que ni se te ocurra venir a visitarme porque no pienso verte.

Veo dolor en sus ojos y aunque me duela finjo que no me importa apartando la mirada. Escucho la puerta cerrarse y luego murmullos por parte de los dos alejandose. Dejo caer mis barreras y con ellas mis lágrimas de tristeza. Se que no debí hablarle así, pero me duele que me halla metido contra mi voluntad en este lugar.

Los días pasan hasta convertirse en semanas y en meses. Cada día es mas difícil que el anterior, cada vez la ansiedad de consumir drogas es mas fuerte y cada vez odio mas las malditas charlas de grupos a las que nos obligan a contar nuestras historias, pero yo siempre me niego a hablar. La comida aquí es un asco, pero a mi por algún extraño motivo - mas bien por influencias y por todo el dinero de Jaxon - me sirven un plato especial de comida china, pizza o alitas picantes cada día. Llevo cuatro meses ya aquí y ese mismo tiempo sin ver a Jaxon desde que salió de mi habitación. ¿por que? Porque me he negado rotundamente a verlo aunque me muera de ganas, se que si veo su rostro me voy a hechar a llorar queriendo que se quede conmigo aqui.

He conocido a una chica y por primera vez puedo decir sin tapujos que tengo una verdadera amiga. Se llama Sol, y como su nombre lo dice es todo un amor, pero aveces me irrita demasiado por tantas muestras de cariño hacia mi. Me ha contado todo de su vida y soporta todos mis berrinches. Es una interna igual que yo, vino aqui por adiccion al crack. Al igual que yo, tiene apariencia de asesina serial, pero es solo la fachada.

CASADA CON EL ENEMIGO  *{EDITANDO}*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora