36 | visita

6.6K 458 62
                                    

¿saben? La vida en la cárcel no es tan mala después de todo, digo, al menos para mi que vendría siendo la segunda al mando en este lugar, claro porque la reina aquí es madre, pero no tengo problema en eso, porque de igual forma todas me respetan y temen. Madre y yo traficamos cocaína y marihuana aquí vendiéndosela a las demás reclusas, tenemos bastante dinero hasta ahora muy bien guardado ¿como conseguimos la droga? Muy fácil, Helga tiene muchos contactos fuera de aquí y de la droga que decomisan los policías o cualquier mierda institución de los narcos, ella logra conseguir un buen cargamento y lo ingresa al plantel por las noches y no las entrega para que nosotras la vendamos.

Todo genial. Cuando madre me tomo confianza, que fue muy rápido debo decir, me contó lo que hacia y me sugirió que la imite, al principio tenia mis dudas pero luego mandé todo al diablo, no me sirve de nada la moral si siendo honesta me mandaron aquí y el dinero me sirve muy bien para vivir mucho mejor que las otras.

Verán, aquí es como un mall reducido, pueden encontrar diversos negocios pequeños manejados por reclusas, ejemplo de ello es la cocina de Nina, una madre de cuatro que vende comida deliciosa, vende tan bueno que ya las reclusas no comen la porquería de la cafetería, solo las que no tienen dinero para compra; la peluquería de Jean o los tatuajes de Nash en su celda. Todas ellas consiguen su propio dinero del cual deben darle algo de las ganancias a Helga y a nosotras para cuidar que nadie se quiera pasar de listos o intenten poner un negocio igual, solo debe haber un puesto de cada cosa.

Me he metido en cientos de peleas y la mayor parte ha sido con Kloe, la pelirroja maldita que quiso saltarme encima el día que llegué porque la miré mucho, pero madre y yo somos quienes controlamos y decidimos cuales entran al salón de castigo o a la cámara de gas. Incluso Helga nos sorprendió soltándole los perros rabiosos a un par de chicas que hicieron una revuelca en la lavandería, claro que no tuvimos nada que ver en eso. El resultado fue desastroso.

Y ahora estoy aquí, de nuevo en el patio recostada con mi espalda entre las piernas de madre mientras fumo un cigarro sin importarme que me vean. Es temprano en la mañana y lo peor, es navidad, otra fría y blanca navidad aquí en prisión. ¿saben que es lo mas triste? Que otra vez tampoco han venido los hijos verdaderos de madre y aunque aparente frente a los demás se que se siente muy mal. En los cuatro años que llevo aquí, jamas la han venido a visitar, ni siquiera a los hijos que ella le dio la vida. Helga me ha dicho que Ana me venia a visitar un par de veces pero luego de tiempo yo sin recibirla dejó de venir, hace tres años que no recibo a nadie, siquiera a mis padres en navidad para ver si estoy muerta, pero sinceramente me vale menos de un pedo eso. Incluso siento que los odio, odio a Kathe y odio a Marcus.

Pero la persona que mas detesto incluso mas que a Kloe o a Jaxon por no confiar en mi es a Kendall Lorens, mi querida hermanita y le sigue Heder Brown. El único motivo por el que deseo salir de aquí es para hacer un poco de justicia apuñalándola muy dolorosamente o mejor aun, desfigurando sus lindos rostros de puta barata escribiendo una K en toda su cara con mi navaja.

- bruja.. - miro a Helga que viene caminando hacia mi. Tiro la colilla de cigarro a un lado y expulso el humo lentamente - tienes visita.

La miro incrédula - ¿de quien se trata?

- es una chica de algunos veintitantos, creo que se llama Kendall y dice ser tu hermana.

- oh, pero que lindo regalo de navidad - mi sonrisa es épica muy interesada me acerco a Helga - ¿no crees que halla manera de que pueda hablar con ella cara a cara? Tu sabes... para abrazarla y todo eso.

Helga me mira desconfiada - ¿que estas planeando, bruja maldita?

- quiero felicitar a mi hermana por las navidades - intento sonreír con inocencia pero se me sale una con maldad.

CASADA CON EL ENEMIGO  *{EDITANDO}*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora