CASADA CON EL ENEMIGO *{EDITANDO}*

27 | ¿enojado?.

Los siguientes días pasaron demasiado lentos. Aun me encuentro tan perturbada que mi cuerpo a convulsionado dejándome prácticamente inmóvil y ajena a todo. Ni siquiera me dan ganas de vomitar. Aun no puedo sacar la imagen de mi Jaxon apuñalando a otra persona ni mucho menos sus palabras de asesino en serie. Jamas me imaginé a mi dulce Jaxon siendo capaz de hacer algo parecido.

Y aquí estoy, desplomada en la cama con mis extremidades abiertas mirando el techo derramando lágrimas que mis ojos duelen y mi pecho arde. Por las noches he tenido pesadillas en las que mentalizo una y otra vez la misma escena y el hecho de haber decidido dormir lejos de Jaxon no me ayuda en nada. Tengo casi cuatro días en los que no salgo de esta habitación y ni siquiera tomo una gota de agua y se que eso es muy malo para mis niños, pero mi cuerpo no reacciona a las ordenes de mi cerebro. De Jaxon no he sabido nada solo lo escucho caminar de un lado a otro sin siquiera entrar a la habitación a mirar como estoy y en cierto punto eso también me tiene deprimida.

Mis tripas gruñen por millonésima vez y mi garganta arde como lija. Obligo a mi cuerpo a ponerse de pie y lo consigo. Camino hasta la puerta con suma lentitud debido a la debilidad de mi cuerpo, salgo de la habitación sintiendo mi estomago contraerse por el hambre, llego a la cocina y me tenso de inmediato al verlo comer tranquilamente su desayuno mientras mira su teléfono. Levanta la vista del aparato para mirar mi cuerpo y luego fija toda su atención en el celular ignorándome por completo.

Un poco molesta y dolida a la vez camino aun agachada hasta la nevera, la abro y tomo una pizza congelada. La entro al microondas por tres minutos en lo que todo queda en un silencio incomodo. Coloco la humeante pizza de cinco pedazos en un plato y preparo un vaso con jugo de naranja. Camino con todo muy lentamente hacia la puerta y un fuerte mareo hace que todo se caiga de mis manos incluyéndome a mi misma. Caigo de rodillas viéndome obligada a cerrar los ojos ya que todo se vuelve negro mientras respiro con dificultad.

Siento los brazos de Jaxon cargarme pero el mareo aún no se me pasa por lo que no pongo resistencia mientras el me hace mantenerme de pie. Me aferro a sus brazos mientras el me hecha aire con no se que al rostro. Suspiro profundo sintiendo como todo se me pasa. Miro a Jaxon que tiene un gesto de total enojo en su rostro, mientras inspecciona el mio. Me separo bruscamente de el.

¿quien se cree que es para dejarme abandonada cuatro días sin importarle si como o no y luego mirarme supuestamente preocupado?

- sientate - ordena señalando el taburete. Niego - o sientas tu maldito trasero en esa sillas y te comes lo que te daré o te juro que te pego a ella y te meto la comida aunque sea a la fuerza.

Miro sus ojos buscando algo de brillo en ellos pero no veo nada mas que un par de canicas grises vacías. Cabizbaja me siento en el taburete mirando el patrón de granitos en la encimera mientras el se mueve de un lado a otro moviendo cosas sin decirme nada mas. Unos minutos después veo un plato con un enorme pedazo de carne y mucho brócoli humeante frente a mi. Por poco me niego a comerlo pero al ver su mirada me quedo callada. Tomo el tenedor y el cuchillo y empiezo a comer de a poco la carne.

- también las verduras - dice en tono duro.

Contra toda mi voluntad, me llevo un pequeño arbolito de esos a mi boca. Es la primera vez que mastico una cosa de estas y debo decir que no me arrepiento de no haberlo comido nunca. Es totalmente un asco. Creo que por eso Kendall es mas grande y fuerte que yo a pesar de se mas joven. A ella si le encantan al igual que a Jaxon.

Afortunadamente logro comer todo rápido y mi estomago lo agradece. Siento a mis dos bolitas de sangre aun no formados moverse de un lado a otro quizás buscando comida y me siento culpable porque si algo les sucede será mi culpa.

- ¿por que me tratas así? - pregunto en un susurro jugando con el vaso de jugo que me ofrece.

- porque estoy cabreado hasta los huevos contigo, Alexandra - responde de forma tosca colocando los vidrios rotos de mi caída en un bote de basura.