15# Su nombre

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Adam:

¡Ja! Navidad.

Mientras la gente se lo pasa en familia yo estoy aquí solo en un bar de las calles de Madrid, uno de los pocos bares que no cierran en éstas fechas.
Emborracharme es la única forma de olvidar toda mi vida que da asco.

Para el año que viene todo habrá terminado.

El bar estaba vacío, solo estoy yo y el supuesto camarero que me miraba con mala cara, supongo que se está perdiendo su fiesta de Navidad por mi culpa, así que le pago y me voy.

Alex me invitó a ir a su casa, pero no pienso estar rodeado de gente que tal vez yo sea un estorbo para ellos, aunque lo dudo ya que la familia de mi amigo me adora.

Me dirijo a mi coche y salgo hacia mi departamento, no pienso ir a la mansión y hacer ver que estoy feliz, porque no es así. Todos los años me ha pasado lo mismo, en realidad nunca he tenido nada, no tengo nada y no tendré nada, supongo que ese es mi destino, no tener nada.

Llego a mi departamento sano y salvo cosa que me extraña ya que me pasé de copas.

...

Escucho unos golpes en la puerta y me despierto.

-¡Adam abre la puta puerta ya!- esa voz la conozco.

Estoy durmiendo en el sofá y cuando me levanto un dolor de cabeza me mata, creo que ayer bebí mucho.

-¡Ya voy!- le grito y abro la puerta.

-Me debes una explicación ¿porqué no me cogías el móvil?- me dice fastidiado.

-Ni puta idea Alex ¿qué quieres?- entra y yo cierro la puerta.

-Estaba preocupado por ti creía que te mataste. El dueño del bar me llamó y me dijo que te fuiste pasado de copas.- me dice con mala cara. Miro la hora y son las cinco de la mañana.

-No me acuerdo- le digo y me tiro al sofá, Alex hace lo mismo en el otro y ya no me acuerdo de nada más.

...

Los rayos del Sol me despiertan, miro la hora y son las once.

Me giro y veo el idiota de mi amigo durmiendo.

-Alex, despierta- le digo, pero parece estar muerto.- ¡Alex!- le vuelvo a gritar y lo veo removerse.

-Sí, cariño ahora...- le oigo balbucear.

Me levanto a la cocina y lleno un vaso de agua, vuelvo a donde se encuentra mi amigo soñanado y le tiro el contenido en la cara.

Abre los ojos de golpe y me mira con furia.

-¡¿Pero qué haces subnormal?!- dice gritando y se levanta.

-Hacerte levantar cariño- le digo y me mira con el ceño fruncido.- creo que ayer tuviste una noche muy caliente.- le digo y empiezo a reír.

-Sí, es cierto y también recuerdo que por culpa de alguien, se me terminó mi noche.- me dice con cara de pocos amigos. Creo que no se ha levantado con buen pie.

-Yo no te he obligado a venir- le digo y me voy a duchar.

Salgo después de una buena ducha y me dispongo a vestirme, lo hago y voy a la sala.

-Tengo hambre, voy a pedir pizza, ¿qué quieres tú?- le digo a Alex.

-Son la una, creo que podemos ir a comer algo fuera, estoy cansado de casa.- me dice y se levanta del sofá.

-No me apetece mucho- le digo con dolor de cabeza.

-Vamos, no te vas a quedar aquí deprimido- me dice.

Mi Prohibición ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora