Mi Prohibición ©

45# Un infierno

Paul estaba detrás de Jerry apuntándolo con la pistola en medio de su cabeza.

¿De qué me perdí?

-¡Baja el arma!- grita otro.

Jerry estaba pálido, pero no mostraba ningún signo de miedo o algo parecido.
Él siempre no ha mostrado sus sentimientos, pero...

-¿Creéis que soy estúpido?- dice Paul con una sonrisa.

Marc se pone a mi lado y lo observa con desprecio.

-Vaya Jerry, cuánto tiempo- dice y da un paso al frente sin miedo de que Paul lo dispare- No creía que después de tanto tiempo sin vernos terminaría siendo la última.

Veo a Jerry sonreír en dirección a Sara- Bueno, yo tampoco creía volverte a ver y mira- abre los brazos y nos señala.

-¿Quieres morir ya? ¿Tan rápido? No te recordaba tan cobarde hermano- dice Marc y abro los ojos de la impresión.

¿Hermanos? ¿El enemigo de Jerry era su hermano?

-Yo ni te recordaba- contesta distraído. Mentiroso.

Paul estaba nervioso, se le notaba mucho. ¿Qué pretendía? Si quisiera hubiera disparado contra nosotros y le hubiera dado a cualquiera.

-Has llegado muy lejos Jerry- dice Marc poniendo detrás suyo a Sara- Tienes que pagar por todo lo que has hecho. No puedes morir sin haber sido castigado antes.

-Después de todo he ganado yo- le responde el aludido- Te he arruinado la vida y con eso ya tengo total satisfacción- pasea la mirada por todo el lugar hasta posarla en mí.
-Un traidor más a la lista- dice y Marc me mira de inmediato.

-Eres el menos indicado en hablar de traición- habla Marc y veo que pasa la mano detrás de Sara y la mano en un puño.

Jerry suelta una carcajada y veo que Marc saca dos dedos. Es una señal, pero ¿de qué?

Siento el ruido de una bala y sé que significaba eso. Me giro y veo a Paul en el suelo y dos hombres agarrando a Jerry por los hombros.

Suspiro y miro a Alex que me da una sonrisa.

Ha terminado, somos libres al fin.

Alex se acerca y me abraza y yo no dudo en devolverle el gesto.

-Se terminó Adam- dice y se separa- Siento la libertad correr por mis venas- dice y río.

-Eres un cabrón esto lo sabías y no me dijiste nada- le digo cruzándome de brazos.

-Seamos realistas, tú no ibas a pensar con la cabeza fría, solo pensabas en Bella- dice y yo dejo de sonreír.

-Bella- digo afligido.

Veo cómo se llevan a Paul que se está quejando del dolor y siento un nudo en la garganta.

Bella no me va a perdonar.

Antes de salir de ese caos me encuentro a Marc y Sara viéndome de una forma extraña.
Los ignoro y salgo al exterior para coger mi coche y dirigirme hacia casa de Bella.

En menos de veinticuatro horas mi vida ha cambiado por completo.

Le tengo que explicar que ella para mí nunca ha sido un pasaje para nada. Todo este tiempo he estado enamorado de ella, esa es la única verdad.

Llego antes de lo previsto y salgo del coche preocupado.

Le doy al timbre y espero hasta que Sofia abre la puerta y me mira como si hubiera visto un fantasma.