Mi Prohibición ©

19# Es real

Despierto por los gritos de Rayan.

-¡La cena está lista!- dice gritándome en la oreja.

-¡Para de gritar subnormal!- le grito.

Se da media vuelta y sale de la habitación, pero sin antes decir
-Hoy tengo una cita no me esperes- doy un suspiro y me levanto.

Yo creía que se quedaría un poco pillado por Ana, la vecina de mi tía, pero no, al día siguiente al que llegamos ya quedó con una zorra de la universidad.

Oh no, oh no

Creía que había sido un sueño, pero ¡aún llevo la ropa del instituto!

-Pero ¿qué he hecho yo para merecerme esto?

"-Si te acercas, mueres.-"

Aún resonaba en mi cabeza esa frase que me dijo cuando desperté en su casa.
¿Y si se acerca él? ¿sigo siendo yo la que terminará mal de todos modos?

Es real, ¡Adam y Alex están aquí!

¿Cómo? ¿porqué? ¿cuándo? ¿para qué?

Me voy a volver loca, tengo que llamarle a Sara.

Cojo el móvil y marco su número, no hemos tenido contacto directo desde hace más de un mes.

-El número al que a llamado no se encuentra disponible en este momento...

¡Mierda!

¿Y ahora qué hago? ¿Porqué me han seguido? ¿me quieren matar?

Cálmate Bella, a lo mejor no son los nuevos y sólo ha sido una coincidencia.

¡Sí y una mierda!

Necesito ayuda. Marco a Sofia y coge al tercer tono.

-Hola

-Sofi, por favor te necesito- hablo asustada, no puedo quedarme sola en casa, y no puedo decirle a Rayan que se quede porque tengo miedo de dos traficantes o lo que sean.

-Bella, ¿qué pasa? me estás asustando

-Te lo explicaré todo, pero ahora necesito que vengas.

-Estoy en tu casa en diez minutos

Cuelgo y miro la hora, son las siete, me voy a duchar y escucho a Rayan detrás la puerta.

-¡Ya me voy! si necesitas algo llámame.- dice y yo pego un grito.- ¡¿Qué pasa?!

-¡No! espera no te vayas aún- le digo y termino de ponerme mi pijama, abro la puerta desesperada.

Me mira de arriba a abajo y empieza a reír como un demente.

-Pareces una bruja mojada- dice entre carcajadas.

-Va a venir Sofia- le digo sin prestarle atención a su burla e intentando que se quedara hasta que viniera Sofia porque en verdad tengo mucho miedo.

-Pues me alegro- dice y baja las escaleras.

-Espera, quedate hasta que venga- le digo desesperada.

Me mira raro y frunce el ceño.

-¿Porqué?¿Tienes miedo?- me mira y sonríe burlón.

-Claro que no, solo es que...- llaman a la puerta bajo las escaleras corriendo y abro la puerta. Salvada por la campana.
Está Sofia con cara de preocupación y se lanza a abrazarme, un gesto que aprecio mucho ya que lo necesitaba.