Ocho

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CAPÍTULO 8

– Hola – los interrumpió Nacho logrando la atención de su hermano y de Micaela.

– Nacho, qué bueno que llegaste justo para el postre – dijo muy sonriente Bruno llamando a la mucama para que sirviera tres platos.

– No sabía que habías invitado a Mica – le hizo notar el más pequeño saludándola.

– Lo olvidé, pensé que ibas a estar. De cualquier forma hoy almorzaron juntos – Bruno le hizo ver que ya sabía que la estaba cortejando.

– Al parecer se cuentan todo – mencionó un poco celoso sentándose al lado de Mica.

– Somos mejores amigos, no hay secretos. – comentó Bruno guiñándole un ojo a Mica.

– ¿Muy amigos no? – preguntó receloso Nacho.

– Sólo somos amigos Nacho. Te hubiera dicho si no fuese solo eso – remarcó Micaela.

– Les creo – respondió él no queriendo que la rubia se enfade – solo que se los ve muy cómplices y cercanos.

– Sí, debido a la amistad – sentenció su hermano mayor dando por terminado el tema.

Cuando acabaron con el postre, Bruno se excusó diciendo que tenía que responder unos mails de trabajo para dejar solos a su hermano y su amante.

– Lamento ser tan insistente en el tema, es solo que hoy cuando los vi cenando y riendo parecían tan... íntimos – dijo Ignacio caminando por el pasillo de la mansión con Micaela.

– Créeme, no tenes que afligirte. – le restó importancia ella incapaz de mirarlo a los ojos. Si bien todavía estaba conociendo, sabía que no se merecía lo que estaban por hacerle.

– Micaela, por si no te diste cuenta me gustas y mucho – le confesó él tomándola dulcemente de la cara para mirarla a los ojos. – Y si no estás interesada en mi es momento que me lo digas ahora, no me ilusiones.

– También me agradas Nacho – se ruborizó ella – y me gustaría que vayamos conociéndonos más – agregó sincera.

– A mi igual – coincidió con una radiante sonrisa él. – ¿Te parece que concretemos una cita para mañana por la noche? – ella asintió con timidez y a él le pareció adorable.

– Podríamos ir al cine – propuso Mica – hay una película que deseo ver.

– Bien, me gusta la idea. Paso por vos a las 8 – dijo él pero luego se dio cuenta que no sabía hasta que hora trabajaba ella con Matt. – ¿Ya estas desocupada a esa hora cierto?

– A esa hora salgo, ¿podes pasar por la agencia a buscarme?

– Sí, voy por ahí entonces – Nacho se acercó y ella creyó que iba a besarla podía sentir su aliento muy cerca de su boca, pero él quería ir despacio y aunque se moría por hacerlo, depositó un tierno beso en la frente de la rubia.



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