Quince

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CAPÍTULO 15

Mica observó a Nacho sonriéndole tras del vidrio del edificio, una sonrisa se dibujo en su rostro cuando las puertas del ascensor se abrieron y lo vio, sin embargo el sentimiento de felicidad se oscureció, recordaba la pesadilla, lo que el Nacho de sus sueños le había hecho a Bruno. También estaba tensa porque su amante estaba oculto en las escaleras, en cuanto le abriera la puerta a Nacho iba a tener que ingeniárselas para dejarla abierta para que así pudiese salir sin que su hermano se diera cuenta que paso la noche – más bien madrugada – con ella.

– Hola – saludó entusiasmado Ignacio dándole un beso en la mejilla - ¿Estás bien? Te noto rara.

– Sí – intentó volver a sonreír Micaela. – Solo que recién me levanto – se excusó.

– Espero no ser yo quien te haya despertado – comentó apenado sintiéndose culpable. Mica lo empujó con delicadeza hacia el ascensor dejando la puerta de entrada solo apoyada para que Bruno pudiera salir con facilidad.

– No, justo estaba en el baño cuando sonó el timbre – mintió la rubia – por eso tarde en bajar.

– Te quise sorprender viniendo temprano a desayunar con vos, antes que vayas al trabajo – le contó el castaño. – Y como vi abajo el auto de Bru pensé que me había ganado de mano y estaba acá con vos – agregó lo que Micaela no quería escuchar.

– ¿El auto de Bruno? – fingió no entender. – Seguro te equivocaste, no lo veo hace días – volvió a mentir.

– No, era su auto, estoy seguro – afirmó Ignacio – que raro, ¿le habrá pasado algo?

– No creo – dijo aparentando duda. – Ahora lo llamó, pero es más que seguro que este en tu casa.

– Ahora que me decís que no está con vos me dejas preocupado.

– Tranquilo, seguro está bien. Ya sabes que las malas noticias son las primeras en correr.

Micaela no le quedo de otra que llamar a Bruno para disimular.

– Gorda, ¿paso algo? – le preguntó preocupado él atendiendo del otro lado de la línea.

– Bru, ¿cómo estás? Estoy con tu hermano en casa y dice que vio tu auto estacionado afuera.

– ¿Así que se dio cuenta? – Rió él - ¿Esta a tu lado ahora?

– Ajam – respondió nerviosa ella mirando a Nacho que estaba expectante a su lado.

– Bueno, decile que fui temprano deje estacionado el auto y fui hasta la panadería de la esquina a comprar para que desayunáramos juntos pero me di cuenta que se me hacia tarde a la oficina y por eso no pase. –inventó rápidamente el morocho para zafar la situación con su hermano menor.

– Ah bueno, porque estábamos preocupados. Espero verte pronto entonces – siguió respondiendo la rubia ante la atenta mirada de Ignacio.

Bruno rió del otro lado imaginándosela nerviosa – Te amo Viciconte.

– Yo también te mando un beso – esquivo ella cortándole el teléfono antes de empeorar la situación sabiendo que su amante se estará descostillando de la risa de ella tratando de controlar la mentira. 

AvariciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora