CAPÍTULO 2
– Mi más sentido pésame – dijo Micaela sorprendiendo a Bruno que estaba de espaldas. – ¿Qué paso? – le preguntó cuando lo vio pálido y más serio de lo normal.
– Mi hermano, llegó – anunció él mirando hacía una esquina donde había un chico rubio que se notaba que estaba muy compungido.
Mica lo miró curiosa, si bien Bruno le había contado que tenía un hermano menor que estudiaba en el exterior, no sabía más que eso.
– ¿Cuándo llegó? – le preguntó Mica.
– Hace una hora, empleados entrometidos lo llamaron para avisarle – respondió molesto el morocho.
– ¿No pensabas llamarlo para avisarle que tus padres fallecieron? – inquirió sorprendida la rubia.
– Lo que menos quiero ahora es tenerlo rondando por acá – contestó con frialdad.
– ¿No se llevan bien? - quiso saber Micaela.
– No nos llevamos directamente. - le restó importancia él.
– Se lo ve afectado. - comentó ella observándolo.
– Es sensible - dijo con ironía Bruno.
– ¿Cuál es el problema que este por acá? - indagó ella.
– Va a interferir en mis planes, en mi vida. – dijo él aniquilando con la mirada a su hermano quien estaba llorando siendo consolado por unos tíos. – Me había olvidado de su existencia, voy a tener que compartirlo todo.
– Son herederos de una gran fortuna, obtener la mitad no te afectaría en nada. – intentó tranquilizarlo Mica, ella era una mujer humilde y sencilla, sin afanes de grandeza y sin interés por los lujos, al contrario de su amante.
– Por supuesto que me afectaría, quiero todo, me lo merezco – afirmó con soberbia el joven.
– Señor Sainz Micheli – fueron interrumpidos por una señora de mediana edad, que se notaba pertenecía a la alta sociedad. Aunque bastante ridícula, al parecer de Micaela. – No sabe como lamento lo que ocurrió, usted sabe cuánto apreciaba a sus padres.
– Lo sé señora Lozada – respondió educado él. – Mis padres siempre la consideraron una buena amiga.
– Y yo a ellos, nunca voy a olvidarme como me ayudaron cuando falleció mi marido – dijo acongojada la mujer. – Por eso si tu hermano o tú necesitan algo, voy a estar para servirles.
– Gracias – Bruno notó como la mirada de la importuna amiga de sus padres se posaba en la joven y hermosa mujer que estaba acompañándolo. – Señora Lozada, ella es Micaela Viciconte, una amiga de años – se la presentó antes que se pusiera a sacar conclusiones.
– Un gusto señorita Viciconte – estiró su mano para saludarla. – Puedes llamarme Julia, eres una joven verdaderamente hermosa.
– Muchas gracias señora Julia, un placer conocerla. – sonrió con amabilidad la rubia.
Julia Lozada, una mujer de cabellos oscuros y ojos grises, que rondaba los 60 años, se había casado en su juventud con un gran empresario, el difunto Ernesto Lozada, un muy buen amigo de la familia Micheli. El hombre falleció hacia casi 10 años y su viuda heredó todo, ya que nunca pudieron tener hijos. Julia se había apoyado en su amiga Ana durante todo este tiempo, y conocía a Bruno e Ignacio desde pequeños, considerándolos sus sobrinos; como ella no tenía hijos, ni otra familia, planeaba dejarles a ellos su fortuna y cuando iba a comentarle su idea a su amiga se entero del accidente de avión. Seguía con el mismo pensamiento, así que iba a esperar unos días para comentarles directamente a los hermanos que les iba a dejar su patrimonio.
***
Capítulo doble de inicio :) Ámenme jajaja.
Actualizo lunes y jueves esta novela. Voten y comenten que les va pareciendo.
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Avaricia
FanfictionUna herencia. Dos hermanos. Uno de ellos, inescrupuloso y ambicioso le pide a la mujer con la que sale que seduzca a su hermano para así conseguir el resto de la fortuna. Todos los hechos son inventados y pertenecen a mi loca imaginación.