Epílogo

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Una rubia de ojos verdes subía con cuidado y delicadeza al avión. Estaba agitada, mucho. Había discutido con una señora en el baño del aeropuerto porque su hija casi la había hecho caer. La rubia de preocupaba mucho por la salud y bienestar del bebé que tenía en su vientre y que sólo faltaban tres meses para conocerlo.
Al subir una de las azafatas la guió a su asiento reservado en clase ejecutivo. La rubia se dio cuenta que iba a tener un compañero de viaje. Ya que en el asiento de al lado reposaba leyendo el periódico un hombre joven y apuesto, de cabello castaño y ojos chocolates, ella sonrió al reconocerlo.

- ¿Puedo traerles algo antes de retirarme? - Les preguntó la azafata.

- Un agua para mi esta bien - pidió amablemente la ojiverde ocupando su lugar. Mientras que el muchacho negó la cabeza y sólo le dedico una sonrisa.

- Es una sorpresa verte acá. - Dijo ella acomodándose a su lado.

- El mundo es un pañuelo - comentó restándole importancia él y ella no pudo estar más de acuerdo. - Me enteré que le firmaste el divorcio a Ignacio, sin pedirle nada de lo que te correspondía por derecho.

- Nada de la fortuna Sainz Micheli me correspondía. Te lo dije muchas veces, Nacho merece ser feliz y estar con alguien que lo amé como se debe. Por eso me voy - le explicó Micaela - lejos, para que él no tenga nada que la recuerde lo que vivió este tiempo - acotó acariciando su vientre. Sabía que su hijo iba a ser muy inquieto, se la pasaba dándole pataditas.

- ¿Y cuál es tu destino? - preguntó interesado él.

- Roma - afirmó ella recibiendo el agua que le había traído la azafata. - ¿El tuyo?

- Roma - contestó el joven sonriendo y Micaela rió.

- Todos los caminos conducen a Roma.

***

Comencé a publicar una nueva novela, ya está en mi perfil. Pueden pasar a verla si quieren.
Si les quedo una duda sobre esta novela o lo que sea, pueden preguntarme, ya que es el final les contesto todo.
Gracias y besos 😙

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