Veintiuno

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CAPÍTULO 21

- Es sobre otra cosa - habló él con una voz suave, diferente tono al usual. - Mira, sé que no soy el mejor hombre del mundo, estoy lo más lejos de serlo pero en verdad te amo, sos lo único que amo Micaela y por eso estaba esperándote acá para decirte que no voy a dejar que hagas esto - ella lo miró sorprendida, no podía creer las palabra que su amante decía. - Porque te amo y en verdad quiero que el día de mañana formemos una hermosa familia, ahora mismo vamos a irnos de acá, lejos, solo los dos y vamos a ser felices y amarnos libremente como siempre lo hicimos- agregó apuntando hacia fuera donde estaba esperándolo el chofer en el auto de él.

Micaela soltó el ramo y se arrojó a sus brazos abrazándolo con efusión y besándolo sin importarle nada. Ya no podía sostener sus lágrimas que comenzaban a salir sin permiso, arruinándole gran parte del maquillaje.

- Solo quiero que me respondas una cosa mi amor - le pidió ella aún entre sus brazos y él asintió. - ¿Para vos es tan importante lo material, el dinero? ¿Tener todo? ¿Toda la fortuna de tus papás? - le preguntó ella con un tono sin juzgarlo y esperando que le respondiera la verdad.

- Gorda, vayamos yendo antes que alguien entré y se dé cuenta - esquivó Bruno empujándola suavemente hacia la puerta de entrada de la mansión.

- Bru, por favor, antes contestame lo que te pregunté - insistió Micaela.

- Vos sos lo principal en mi vida - le confesó él verdaderamente y ella supo que no mentía.

- Pero aún así no sos del todo feliz teniéndome solo a mí, también queres la riqueza - dijo afirmando ella y no preguntándoselo. - Yo te amo Bruno, tanto como vos me amas a mí y si estás dispuesto a renunciar a tu felicidad completa para darme la mía. Yo estoy dispuesta a hacer lo mismo por vos mi amor. Voy a renunciar momentáneamente a mi felicidad, para seguir con el plan y conseguir que seas completamente feliz y una vez que todo acabe, vamos a estar juntos y yo voy a ser feliz a tu lado - concluyó ella dándole un último beso y reincorporándose se limpio la cara como pudo y se agachó a levantar el ramo.

- Gracias mi amor - murmuró emocionado él y ella solo le sonrió acariciándole la mejilla.

- ¿Me llevas al altar? - preguntó estirándole la mano que él agarró después de dudarlo unos segundos.

- Llevarte al altar, entregarle tu mano a mi hermano, genial, que doloroso - comentó él y ella rió.

- No quiero ser la única que sufra este día - atinó a decir la rubia mientras se asomaban al jardín del patio trasero donde estaban todos esperándola. Diviso a Nacho sonreír al verla caminar y diviso un atisbo de sorpresa en su cara al ver a su hermano mayor caminando a su lado.

- Créeme que sufrimos los dos por igual - expuso Bruno. - Pero cuando todo acabe vamos a ser felices, muy felices.

Para todos fue un poco extraño verla caminar hacia el altar junto a su amigo, sin embargo nadie comentó nada al respecto. Cuando llegaron hasta Ignacio, Bruno le dio la mano de Micaela.

- Te la prestó momentáneamente - le dijo con doble sentido que solo ella entendería. - Cuídala - le pidió a su hermano menor que asintió gustoso sin despegar la vista de su hermosa novia, que estaba más esplendida que nunca y eso es mucho decir.

AvariciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora