002• E l B a ú l

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《002》E L B A Ú L

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《002》
E L B A Ú L

Mis ojos se abrieron con pesar, al instante un rayo de luz cegó mi visión y tuve que cerrarlos nuevamente hasta acostumbrar mi vista al cambio de luz. No entendía porque mi cuerpo se sentía tan pesado y me dolía cada extremidad, hasta que me incorporé de la dura superficie sobre la que estaba recostada, que reconocí como el piso de mi cuarto.

— Thomas... — Su nombre se escapó de mis labios. Su rostro aterrado y desesperado había sido el último recuerdo antes de caer inconsciente. — ¿Que sucedió aquí? — Mi cuarto era un caos, las cosas estaban tiradas por el piso, mi cama desordenado y el colchón de esta se encontraba desparramado unos metros más lejos. — ¿Por qué...

— ¡LARA! — La voz de Lia corto mi pregunta por la mitad. Su voz se escuchaba enfada y para nada amigable.

Como pude termine de levantarme y apresurada baje las escaleras del ático, en la segunda plata Lia me esperaba de brazos cruzados.

— ¿Acabas de regresar? — Enarque una ceja viendo el estado deplorable en el que se encontraba. — Mira tu cara hermana.

— Cállate estúpida. — Escupió para acto seguido tambalearse hasta llegar a mí. — haz silencio perra, si mamá se despierta te matare.

— No puedes ni mantenerte en pie Lia, deja tus amenazas. — Me planté frente a ella, de cerca pude observar su estado. Tenía el cabello revuelto, su maquillaje corrido y dos grandes ojeras que opacaban sus grandes ojos. — Le diré a mamá. — Intente alejarme de ella, pero fue demasiado tarde, subestime su estado, en un movimiento me tomo por los hombros y me estrello contra la pared.

— Si le dices a mamá que no dormí en casa anoche las pagarás muy caro, Lara. — El tono de su voz me hizo temblar, su cuerpo me tenía acorralada contra la pared impidiendo cualquier movimiento de escape de mi parte.

Julia era dos años menor que yo, pero era incluso más alta, su aspecto podía confundirse con una muchacha mayor y su carácter la podía hacer parecer muy madura, pero no lo era, era una niña pequeña fingiendo ser una mujer.

— Julia. — La voz aguda de Thomas nos interrumpió.

Olvidando me dé la situación en la que me encontraba me pregunte a mí misma como aquel diablillo se las había arreglado para aparecer sin emitir ni un sonido, ¿De dónde había salido?
¿Hacía mucho estaba allí?

— ¿Qué quieres? — Gruño con rabia mi hermana menor.

— Ayer me pareció raro no verte dormida en tu cama. — Camino unos pasos hasta detenerse justo en frente de ambas.

— No te metas, mocoso. — Mascullo entre dientes. — No es tu problema...

El pequeño diablillo me miró fijamente y luego dirigió su mirada exasperada a Lia, lo que paso a continuación no me lo hubiese creído si no lo hubiese visto con mis propios ojos. Thomas elevo su mano y se golpeó a sí mismo en la mejilla con una fuerza impresionante. Sus ojos se cristalizaron en una milésima de segundos y mientras cubría su mejilla roja con sollozos temblorosos balbuceaba.

Avlarks (En la oscuridad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora