001• M i e d o s

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《001》M I E D O S

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《001》
M I E D O S

- Bienvenido a la familia, Tommy. - Mi madre le sonrió tiernamente al pequeño niño frente a nosotros. Sus ojos desprendían chispas de júbilo, algo que siempre había admirado de ella era la luz que desprendía, la facilidad que tenía para encender un lugar.

- Yo no quería venir aquí. - La voz del niño tembló con recelo. Se encontraba a la par de la puerta, sus manos se ceñían con fuerza a los tirantes de su mochila. - Yo no quiero otra familia. - Examinó toda la casa hasta que sus ojos recayeron en mí y una sonrisa burlona se posó en sus labios.

- Estúpido niño. - Murmuró Julia junto a mí, de reojo pude observar como apartaba la mirada de su móvil y fruncía el ceño con notable disconformidad.

El ambiente había cambiado en unos pocos segundos, casi podía sentir la tensión en el aire.

- ¡Lia! - Mi madre le reprochó disgustada, tomó la mano del pequeño y lo arrastró hacia la cocina seguida por mi padre.

- No entiendo porque tanto empeño en tener un hijo varón; yo hubiese adoptado un perro o un gato. - Rodó los ojos y se giró en dirección a las escaleras. - No esperen que lo trate como a mi hermano. - Sus pasos fuertes y ruidosos me advirtieron que lo hacía con el único objetivo de molestar.

Malcriada. - Por supuesto que lo era, aun no conocía a una persona que superará lo sumamente caprichosa, mimada y consentida que podía llegar a ser la pequeña Lia. - Ni tan pequeña. - A veces cuando hacías sus rabietas de niña pequeña me olvidaba que tenía quince años.

Cerré mis ojos y suspiré con pesar, dispuesta a marcharme tras mi madre giré sobre mis talones encontrándome con una mirada oscura que me estremeció.

- Hola hermanita. - Sonrió con malicia reflejada en sus ojos, en una de sus manos apretaba el mango de un cuchillo, extendiendo lo en mi dirección. - ¿Quieres cortar el pastel?

- ¿Qué haces con eso, Tommy? - Trague saliva con nerviosismo.

Trate de serenarme, la paciencia no era una de mis virtudes, pero debía hacerlo. Después de todo era un pequeño, no habría modo de que yo actuará de la misma forma que Julia.

- Creía que tu podrías cortar el pastel. - Me miro con sus ojos encendido en algo que no pude reconocer, diversión, tal vez burla. No lo supe con exactitud en ese momento.

- Eso es un objeto peligroso, no deberías andar con algo así caminando por la casa. - Fruncí mis cejas y él sonrió.

- Por supuesto, hermana mayor. - Dio un pasa atrás y dejo caer el utensilio sobre el piso. - No debí hacerlo. - Giro sobre sus pequeños pies y se marchó regresando a la cocina.

Mis ojos lo siguieron hasta que ya no quedo rastro de su presencia; recién en ese momento respire con tranquilidad. Aquel diminuto ser podía ser muy intimidante.

Avlarks (En la oscuridad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora