《Puedo sentir tu miedo, aun mas, puedo saborearlo. Es tan excitante...》
Con la mudanza a un pequeño pueblo - lejos de todo lo que conocía. - Lara deberá enfrentarse al destino que le depara su nuevo hogar. Un nuevo hermano y extraños sucesos que com...
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Capítulo dedicado a Feycedillo Y Laura Miranda Gmuchas gracias por leerme — Abby ❤
— ¿Lara? — La voz de mamá llego a mis oídos y me levante de inmediato del suelo.
Mi mente estaba apuntó de colapsar, no recordaba cuando ni como había llegado a mi cuarto. Ni siquiera me había molestado en cambiarme la ropa que aún portaba el líquido oscuro.
Metí las manos en mi sudadera mientras exhalaba lentamente el aire que contenía mis pulmones.
— ¿Por qué? — Fueron las primeras palabras que salieron de sus labios apenas sus ojos conectaron con los míos.
Su mano temblorosa aun reposaba sobre el pomo de la puerta. Sus piernas débiles se desplazaron en mi dirección.
— ¿Por qué lo hiciste? — No halle ni una sola gota de enojo o irá. El único sentimiento que predominaba en su rostro era decepción en su forma más pura. Nunca la había visto así, tan lejana, tan fría. La luz que solía recubrirla parecía desvanecerse, poco a poco. La pantalla de calidez y paz que solía trasmitir se estaba cayendo.
— ¿Mamá? ¿Qué sucede? — La amargura cubrió mis palabras al escuchar mi propia voz, al escuchar como las mentiras se escapaban de mis labios.
— Fui a buscarlas. — Sus ojos me escudriñaron. — Julia trato de en cubrirte diciendo que habías regresado temprano. — Su labio inferior tembló. — Fui a hablar con el director y adivina lo que me vengo a enterar. ¡Te corrieron de una clase Lara! — Dio un paso en mi dirección. — Y lo peor, no entraste a las demás.
— Lo siento. — Murmure, los ojos se me humedecieron.
Me sentía fatal, demasiadas aventuras por un día. Demasiadas cosas surrealistas, pero este era el mundo real.
— ¿Qué es esta actitud? — Meneo la cabeza en desaprobación. — Esperaba esto de Julia. Pero de ti, Lara. — Me miro con decepción. — De ti no.
— Tuve un accidente. — Susurré — caí en un charco. Creí que ya no podía volver así. — Señale mi ropa, la sudadera negra había absorbido el repugnante líquido y ahora se veía como manchas de lodo. — Creí que lo entenderías. Anoche no pude dormir, te escuché discutiendo con papá. Estaba tan cansada que me dormí en clases y el profesor me corrió.
¿Desde cuándo te volviste una mentirosa? — Pregunto mi subconsciente.
Me costaba creer que le estaba mintiendo a mi madre, ¿cuándo es que había cambiado para hacer algo así? Es que no lo podía creer. Sabía los problemas que estaba teniendo con mi padre, y esto lo empeoraba.
— No quería preocuparte, te he visto mal estos últimos días. — Respondí sentando me en la cama, mis manos temblaban. Sus ojos me enfocaron y su mirada se suavizó.
