005• L o s i e n t o.

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《005》
L O  S I E N T O

Tome a Tius entre mis brazos y lo deje caer con cuidado sobre mi cama

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Tome a Tius entre mis brazos y lo deje caer con cuidado sobre mi cama.

— ¡Lara ya llegué! — La voz de mamá rompió el silencio en el que la casa se había envuelto.

— ¡Ahora bajo! — Le respondí lo suficientemente alto para que pudiera oírme. — Pequeño, no te muevas de aquí. — Le susurre al pequeño felino mientras acariciaba su cabeza.

Sin demorarme más tiempo me calce mis viejas botas y baje con cuidado los peldaños que rechinaban bajo mis pies. La madera estaba vieja y gastada, temía que en cualquier momento la casa se derrumbará.

Apenas llegué a la sala me encontré con mamá y Thomas sentados sobre los sofás.

— ¿Y Papá? — Cuestione al no verlo con ella.

— Tenía que ir por unos papeles a su consultorio.

— ¿Qué hace Thomas aquí? ¿No tiene escuela? — Pregunte mientras me acercaba a él.

Fruncí el ceño al ver los ojos llorosos del pequeño, su cara aun tenia restos de lágrimas y sus labios temblaban. No pregunté nada, solo lo miré buscando una respuesta.

— Thomas ve a tu habitación, por favor. — Susurró mamá llevando una mano a su cabeza. Se la veía agotada, como si su luz se hubiera apagado por un momento.

— Quiero quedarme con Lara. — Apretó sus pequeños puños a los costados.

— ¡Joder! ¡Vete ahora mismo a tu habitación! — Profirió perdiendo los estribos. — ¿Por qué haces todo tan difícil? — Abrí mis ojos sobresaltada, jamás había levantado la voz así.

— Lara. — Los ojos del pequeño se llenaron de lágrimas y en un instante corrió en mi dirección.

— Mamá. — Pronuncie desconcertada.

— No te metas, Lara. — Me interrumpió con cólera. — Soy su madre, se lo que hago.

— Esta no es la forma. — Me limite a responder. — No estás pensando bien. — Cargué a Thomas entre mis brazos y me dirigí hacia las escaleras. Subí lentamente cada peldaño mientras Thomas se aferraba a mi y escondía su cara en mi cuello. Sollozando, murmuró una y otra vez que lo sentía, que no había sido su culpa.

Al ingresar en su cuarto un sentimiento de amargura se instaló en mi cuerpo. Su habitación era fría y oscura. Transmitía un sentimiento de tristeza y soledad.

— ¿Qué ha sucedido Thomas? — Intenté dejarlo sobre la cama, pero no me soltó así que me senté con el sobre mis piernas.

— Soy una mala persona, Lara. No puedo cambiar, nunca voy a cambiar.

— No digas eso Tommy. — Lo abrace a mi cuerpo. — Eres un buen niño.

— Golpeé a alguien. — Con una mano limpie sus lágrimas. — Eso no hacen las buenas personas.

Avlarks (En la oscuridad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora