《Puedo sentir tu miedo, aun mas, puedo saborearlo. Es tan excitante...》
Con la mudanza a un pequeño pueblo - lejos de todo lo que conocía. - Lara deberá enfrentarse al destino que le depara su nuevo hogar. Un nuevo hermano y extraños sucesos que com...
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Mis párpados parecían pesar toneladas, pero en ese momento no le tome importancia, seguí peinando mi cabello con mis dedos mientras repetía una y otra vez en mi cabeza que esto no era más que una pesadilla.
— Lara. — Mire sobre mi hombro y mi mirada reparo en los ojos opacos de mi padre, parecían estar muertos. — Ya es hora. — Un hilo de voz salió de sus pálidos labios.
Asentí sin emitir ni un sonido — No me quedaban fuerzas para hacerlo. — Alice una vez más mi vestido y me asegure de que la chaqueta que llevaba puesta cubriera mis brazos.
Arrastre mis pies en su dirección procurando apartar mi mirada del espejo. — Papá. — Murmure al estar frente a él.
— No te preocupes por mí, cariño. — Elevó su mano temblorosa hasta mi mejilla y la acarició. — Ve por tus hermanos, los espero abajo. — Finalizó dando un paso atrás bajando las escaleras del ático.
Di una gran bocanada de aire viendo como llegaba al final del pasillo y se perdía por la puerta. Imite su acción y baje peldaño por peldaño hasta descender al segundo piso.
Una larga fila de puertas me esperaba, pero mi mirada estaba puesta en la última puerta de la galería pintada de un color azul apagado.
Como si mi cuerpo se fuera a desvanecer en cualquier momento, arrastre lentamente mis pies hasta llegar a mi destino.
Elevé una mano y golpeé la puerta con suavidad.
— ¿Thomas, ya estás listo? — Al no recibir respuesta insistí nuevamente. — ¿Thomas?
Pero al querer golpear nuevamente la puerta, está cedió dejando una pequeña abertura.
— ¿Tommy? — No pretendía que mi voz se escuchaba tan débil.
Estire mi mano y termine por abrir su puerta. Al instante la oscuridad choco con mis ojos, solté todo el aire que tenía acumulado en mis pulmones y termine de entrar.
Mis dedos se deslizaron por la pared hasta dar con el interruptor, al instante lo presione logrando que toda la habitación se iluminará.
— ¿Thomas? — Paseé mi mirada por toda la habitación intentando encontrarlo, sin embargo, al no dar con el retrocedí intentando irme.
— No quiero que se marché. — Me detuve a mitad de camino escuchando sus sollozos. — No ahora. — Exclamó. — No cuando la amaba. — El dolor abrazaba sus palabras.
— Tommy. — Mi corazón se hundió en mi pecho, el dolor comenzó a quemar en mi ser.
Parpadee repetidas veces intentando alejar las lágrimas que intentaban escaparse de mis ojos.
— Quiero a mamá, Lara. — Camine hasta llegar junto a su cama. — Has que regrese. — Me agaché y con mis manos levanté las mantas que caían cubriendo el espacio que había entre la cama y el piso. — Por favor. — Mis ojos se encontraron con los suyos, aun con la poca luz que se introducía en ese espacio pude ver su pálido rostro asomarse entre las sombras. Sus ojos se veían cansados y rojos bajo esas ojeras negras que se habían formado en su rostro.
