《Puedo sentir tu miedo, aun mas, puedo saborearlo. Es tan excitante...》
Con la mudanza a un pequeño pueblo - lejos de todo lo que conocía. - Lara deberá enfrentarse al destino que le depara su nuevo hogar. Un nuevo hermano y extraños sucesos que com...
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Con la respiración entrecortada y mi mente a punto de colapsar me deje caer en el frío asfalto de la calle.
¿Qué mierda estaba sucediendo?
— ¿Por qué haces esto? — Murmuré.
El silencio golpeo mi mente como un balde de agua fría. Nadie contesto — nadie estaba junto a mí — estaba enloqueciendo.
Me paré del cordón de la vereda y comencé a caminar, sabía a la perfección que estaba demasiado lejos y tardaría en llegar.
Me costó demasiado llegar, aun no conocía el camino de regreso a casa, era la primera vez que salía sola, y temía perderme. Pero una vez que reconocí el camino solo tuve que seguirlo.
Después de una hora de caminar llegue, el viaje de regreso fue mucho más largo, no sabía si era el hecho de que no conocía el lugar o el que la escena de los cuervos golpeando el cristal aun nublaba mi mente.
Con pasos largos y apresurados me vi corriendo hasta llegar al umbral de mi casa. Con la manga de mi blusa limpié los restos de lágrimas que se alojaban en mis mejillas y suspiré.
— ... ¿Por qué no puedo? ¡Es mi maldito novio! — Los gritos de Lia me recibieron apenas abrí la puerta.
— ¡Es un bueno para nada que solo intenta aprovecharse de una chiquilla ingenua con aires de grandeza!
— ¿Con que derecho hablas así de él? Ni siquiera lo conoces.
— Se lo suficiente sobre el para negarme a que salgan juntos. ¡Tienes quince años Julia!
— ¡Odio toda esta mierda! ¡Odio fingir ser la familia perfecta! ¿Por qué siempre actúas así?
— Soy tu madre.
— ¡No lo eres! Y te odio. — Escuche el portazo en su habitación y los pasos de mamá en la escalera.
Mamá y Julia vivían en una discusión constante, Lia era demasiado rebelde para su edad y siempre colmaba la paciencia de mamá, eran tan contradictorias. Pero Julia nunca había dicho palabras tan hirientes.
Subí corriendo las escaleras sin detenerme a avisar mi llegada, apenas ingrese en el ático cerré la puerta con cerrojo y me deje caer en mi cama.
Sentía que estaba mal, algo estaba mal conmigo.
— ¿Lara? — Me alarme al oír la vos de Thomas.
— ¿Q-qué? — Mi corazón comenzó a palpitar con una velocidad sobrehumana al recordar el suceso en la mañana.
— Te estaba esperando. — Murmuró.
— ¿Estabas aquí? — Trague saliva ruidosamente.
— ¿Te encuentras bien? — Sentí la cama hundirse a mi costado y luego sus ojos se conectaron con los míos.
