《Puedo sentir tu miedo, aun mas, puedo saborearlo. Es tan excitante...》
Con la mudanza a un pequeño pueblo - lejos de todo lo que conocía. - Lara deberá enfrentarse al destino que le depara su nuevo hogar. Un nuevo hermano y extraños sucesos que com...
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Me quede inmóvil viendo en dirección a los restos de la nube de humo que flotaba en el aire, parecía mezclarse con la lluvia y dispersarse por el aire.
No entendía como de pronto un gran nudo cerro mi garganta. La confusión y la curiosidad habían invadido mis pensamientos tras oír sus palabras. ¿A qué se refería? Acaso lo conocía o solo estaba jugando conmigo.
«Talvez el pasado está lleno de recuerdos ocultos»
Estaba alucinando. La imagen del cuerpo de Thomas deformándose hasta convertirse en eso hizo que mi estómago se revolviera. Sin querer proyectar nuevamente esa imagen en mi mente obligue a mis piernas a caminar. Con pasos dudosos y débiles halle el camino de regreso. Antes de salir por completo del bosque volteé mi mirada una vez más hacia atrás, tratando de ver algo más que los gigantescos árboles, pero no había nada allí, ya no.
Mis pies se enterraban en el piso cubierto de lodo sin poderlo evitar, un pensamiento cruzó por mi cabeza haciéndome reír como desquiciada.
«El bosque no quiere dejarme ir» — Por un momento creí enloquecer.
Salte ante el abrumador rugido de los truenos. El cielo parecía ponerse más agresivo con cada paso que daba.
Sentí una sensación rara en mi estómago e instintivamente miré en dirección a la ventana del ático. La silueta de una persona pasar por enfrente del cristal me alarmó. Estaba tan paranoica que estaba segura de que la criatura había entrado en mi habitación.
— Thomas y Lia. — Gemí asustada. Corrí con más velocidad como si mi vida dependiera de ello, como si las suyas dependieran de ello.
Mis pies se tropezaban con torpeza cuando crucé la entrada, la puerta aún seguía abierta. — Como yo la había dejado antes de salir. — Sin detenerme subí los peldaños, uno por uno hasta llegar al segundo piso. Mis ojos recorrieron cada puerta hasta detenerse en la última del pasillo, corrí y la abrí, detrás de ella se pronunciaba la segunda escalera que chocaba con el ático. Las puertas y escaleras comenzaban a marearme. Tuve que sostenerme de la pared para no caer mientras cruzaba el pasillo. Al llegar arriba abrí la última puerta que me separaba de mi cuarto y me desplome sobre el piso al ver que estaba completamente vacío.
— ¿Lara? — Giré mi rostro y encontré a Thomas al principio de la escalera. — ¿Lara, que te sucedió? — Exclamó terminando de subir.
— E-estas b-bien. — Toque su rostro. — E-estas a-aquí. — Intente sonreí, pero mi cabeza comenzó a dar vueltas.
— Estoy aquí. — Sollozó en un susurro. — ¡JULIA! — La llamo con desesperación.
Sin esperarlo mi vista se nubló y cerré mis párpados débilmente sumiéndome en la oscuridad, dejando que mi cuerpo cayera al vacío.
