009• R o j o S a n g r e, a z u l m a r

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《009》
R O J O   S A N G R E,
A Z U L  M A R

Abrí mis ojos, mi vista fue recuperando la nitidez hasta que pude contemplar unos inmensos árboles cerrándose a mi alrededor

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Abrí mis ojos, mi vista fue recuperando la nitidez hasta que pude contemplar unos inmensos árboles cerrándose a mi alrededor. Tonos negros y rojizos pintaban el cielo. Sentía demasiado frío. Solo, una fina tela cubría mi cuerpo y mis pies descalzos se congelaban sobre la helado superficie. Traté de pararme, pero fue en vano — No sentía mis piernas — Como si hubiera olvidado como caminar, caí de bruces al suelo. Mi cuerpo completo temblaba y el miedo había invadido cada célula de mi cuerpo.

Y una sola pregunta que rondaba por mi mente, ¿Era una pesadilla?

Un gruñido me saco de mis pensamientos. Entrecerré mis ojos hacia lo oscuridad en busca de algo, entre los árboles vi una inmensa silueta moverse con rapidez, escondiéndose, acechando. Unos ojos enormes y rojos brillaban en la niebla imponiendo terror a mi persona. Gruñidos feroces y aterradores fueron lo único que mis oídos podían captar en ese momento. Pero no reaccione sino hasta que vi a la bestia correr en mi dirección mientras la oscuridad la seguía.

Mi primer instinto fue arrastrarme hacia atrás, pero cuando mis manos se enterraron en un líquido espeso supe que había sido mala idea. Mire hacia abajo. El suelo estaba cubierto por una asquerosa y repugnante sustancia que hizo revolver mi estómago.

Escuche un gruñido y levante mi vista nuevamente, mis pupilas chocaron contra unos grandes ojos, su iris estaba inyectado de un color rojo sangre. En una milésima de segundo la horrible criatura se lanzó contra mí. Mire directo a los ojos de la enorme bestia, parecían cargados de diversión y cinismo. Era como un enorme lobo, tenía unos dientes muy filosos que no dudo en incrustar en mi brazo. Sus garras se encargaban de desgarrar y abrir profundas heridas en mi abdomen. Gritos, sollozos, quejidos mi cuerpo no paraba de retorcerse de dolor.

— P-por favor. — Mi voz tembló, no tenía energías para intentar escapar, solo podía suplicar por mi vida.

Si era una pesadilla, ¿por qué todo se sentía tan real?

Clave mis uñas en la tierra mientras veía como de a poco mi cuerpo se cubría con mi propia sangre.

¿Tienes miedo, lucecita? — Rio. Una profunda y tenebrosa voz retumbó en mi cabeza.

— Déjala ya Lihan. — Ordenó otra voz, pero esta si la reconocí.

Apoyado contra un árbol se encontraba la silueta de un hombre, mis ojos no me permitían ver su rostro, apenas podía ver con claridad el color intenso de sus ojos azules.

Me estoy divirtiendo — Contesto la otra voz.

— ¡Te ordenó que te detengas! — Vocifero imponente.

¿Quién eres tú para hacer tal cosa? Estoy aquí porque Dhallene me ha autorizado.

— Va contra las reglas. — Respondió el chico de ojos azules.

Tu no puedes exigirme algo, no estas al nivel para hacerlo

— Retírate ahora mismo si no quieres sufrir las consecuencias.

Eres un amargado, nos estás usando a tu Azelux correctamente. — Contesto despreocupado.

— No te metas en mis asuntos.

Luego de un par de segundos deje de sentir el peso de la enorme criatura sobre mí. Comencé a toser, sentía que me estaba ahogando con mi propia sangre. Mi cuerpo no reaccionaba a las órdenes que daba ni cerebro, ya no podía mover ni mis dedos.

— Lara. — Detecte un deje de preocupación en su voz. — Lara. — Insistió nuevamente. Sentí su frío tacto sobre mi mejilla. — Lara despierta. — Su voz se fue apagando hasta convertirse en un murmullo, se hizo cada vez más lejano hasta ser remplazado por la voz de mi madre.

— Lara despierta. — Un olor a alcohol inundó mis fosas nasales.

— ¿Mamá? — Susurre presa de la confusión.

— ¡Estas maldita! Maldita desde el día de tu nacimiento. — Vocifero moviendo una botella en su mano, entorne mis ojos leyendo lo que decía en la etiqueta.

Vodka.

— E-Estas bebiendo. — Mi voz se quebró. — Mamá suelta esa botella. — Intente quitársela, pero me apartó.

— Estas maldita, y yo condenada. — Sus gritos fueron disminuyendo hasta convertirse en sollozos. — Condenada.

— ¿Anna? — Gire mi cabeza hasta cruzar mi mirada con mi padre. — ¿Qué estás haciendo?

— ¿Qué haces aun aquí? ¿Por qué te condenas junto a mí? — Cuestiono con la voz quebrada.

— Anna, jamás te dejaría. — Susurró mi padre de la misma forma.

— ¡Ese es el maldito problema! Mira lo que soy. Soy un desastre. ¿Qué esperas de mí? ¿Por qué sigues aquí?

— Prometiste que jamás volverías a hacerlo. ¿Por qué rompes tus promesas? — Sollocé.

— Dijiste que no volverías a hacerlo, era una promesa Anna, volviste a caer.

— Lara. — Los ojos de mamá me miraron fijamente. — Lo siento, lo siento mucho.

Papá se acercó a ella y la abrazo a su cuerpo, mamá rompió en llanto y se dejó guiar por papá fuera de mi cuarto. Baje por detrás de ellos, papá la dejo dormida sobre su cama y bajo a dormir en la sala. Me asegure que Julia y Thomas no hubieran escuchado nada y al verlos dormidos regrese a mi cuarto y me encerré.

Mi corazón dolía, no entendía como mi madre había roto su promesa, como se había dejado llevar nuevamente por el alcohol. Al verla en ese estado recuerdos de años atrás vinieron a mi mente. Volvió a caer.

Apenas mi cabeza tocó la almohada dejé de retener las lágrimas, me sumí en la tristeza y la desesperación. Mientras miraba la marca de una gran mordida en mi brazo un par de ojos rojos se proyectaron en mi cabeza. Solo fue una pesadilla, me recordé una y otra vez.

.

Me quede toda la noche viendo por la ventana, estaba convencida de que si cerraba nuevamente mis ojos volvería a tener pesadillas, pero al final cuando el sol salió y la oscuridad quedo atrás, el sueño me venció y me quede dormida. Antes de cerrar mis párpados alcance a ver unos ojos azules mar reflejados en el cristal.

En la oscuridad, LaraSu susurro fue apagado por el sonido del silencio. — 《Allí nos veremos.

***

Abby los ama Avlarksitos ❤

Avlarks (En la oscuridad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora