032 N o t e m a s l u c e c i t a

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《033》
N O T E M A S
L U C E C I T A

Un frío comenzó a trepar mi cuerpo sacándome de mis sueños, intente abrir los ojos, pero mis párpados parecían estar pegados

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Un frío comenzó a trepar mi cuerpo sacándome de mis sueños, intente abrir los ojos, pero mis párpados parecían estar pegados. Había recuperado la conciencia, pero no podía ver a mi alrededor. Trate de no alarmarme, pero la desesperación comenzó a nublar mi mente, al notar como el frío iba creciendo y quemaba cada parte de mi piel.

— Espere demasiado. — Un susurro rompió el silencio, cesando de inmediato el intenso dolor. — Ya no lo soporto Larissa.

Sentí como el manto de frío dejaba de deslizarse por mi cuerpo y desaparecía. Me senté en la cama con el corazón latiendo desesperado. Como si hubiera estado sumergida por horas bajo el agua al abrir mis ojos tomé una gran bocanada de aire.

— ¿Por qué haces todo más difícil lucecita? — Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. — Esta vez recuperaré lo que me pertenece. — Sus ojos rojos me observaban desde la esquina de mi cama, con tal intensidad que quemaba.

— Lihan. — Apenas su nombre salió de mis labios se desvaneció en la oscuridad dejando una nube de humo como rastro.

Sin poder evitarlo el miedo invadió cada célula de mi cuerpo.

Mi primer instinto fue correr, pero apenas mis pies tocaron el suelo algo me jalo — derribando me. — Me arrastre intentando regresar a la cama, pero esta parecía haberse desvanecido en la oscuridad.

Podía escuchar el sonido perturbador de voces que gritaban sin parar dentro de mi cabeza. Las voces se sintetizaron con un siniestro y demoníaco tono. — Síguenos. Síguenos. ¡SÍGUENOS A LA OSCURIDAD! — Cubrí mis oídos en un intento de silenciarlas, pero fue inútil.

— Lara. — Levante mi vista y mis ojos se posaron en mi padre. — ¿Qué estás haciendo allí? — A la par del umbral sosteniendo con una mano la puerta y con la otra buscando el interruptor mi padre me miraba asustado.

— No lo hagas papá. — Murmure en un susurro casi inaudible. — No enciendas la luz. — Trate de pararme, pero el suelo parecía ser un imán para mi cuerpo.

Dejo de intentar buscar el interruptor y corrió en mi dirección: — Hija. — Se dejó caer junto a mi envolviéndome en sus brazos. — Estas volando de fiebre. — Hablo desesperado. — ¿Qué te sucede?

Sus ojos desorbitados se encontraban presos del miedo mientras me miraba sin saber qué hacer. Acarició mi cabeza mientras me susurraba que solo era un ataque de pánico. — Pero no lo era, — esto no era como mis demás ataques. Esto era mil veces peor.

— ¡N-no puedo respirar! — Grité mientras mi cuerpo convulsionaba en busca de oxígeno. — Papá, voy a morir. — Lleve las manos a mi garganta sintiendo como esta se contrajo al intentar buscar aire.

Sentí los brazos de mi padre envolverme y levantarme del suelo con torpeza mientras corría conmigo escaleras abajo: — ¡Lara! — Me llamo histérico. — ¡Lara! — Sus ojos se movían con desesperación en busca de algo.

Avlarks (En la oscuridad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora