012° M e a l i m e n t o d e t u s m i e d o s

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《012》
M E  A L I M E N T O
D E  T U S  M I E D O S

《012》M E  A L I M E N T O D E  T U S  M I E D O S

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Había notado que algo tenia inquieto a Tius. Llevaba horas corriendo de un lado a otro mientras gruñía. Había intentado acercarme a él con la intención de averiguar lo que lo afligía, pero el pequeño gato lo había evitado clavando sus colmillos en mi muñeca.

— ¡Nuntius! — Le advertí asustada mientras resguardada mi mano dentro de mi chaqueta. Las heridas que me había provocado ardían como el demonio. — ¡Maldición! — Gemí de dolor.

No entendía como en tan sólo un par de horas el comportamiento del animal se había transformado por completo.

Abrí la puerta del ático con cuidado para no asustarlo, sin embargo, en el acto — cuando iba bajando las escaleras — Tius huyó pasando entre mis piernas y corriendo a la ventana próxima que se encontraba abierta.

— ¡Tius! — Grite horrorizada cuando salto desde la segunda planta. Me acerqué corriendo a la ventana justo para verlo escabullirse entre los árboles en el bosque.

No lo sigas — Grito en mi cabeza, pero lo ignore.

Mis piernas no eran tan rápidas, por eso me apresuré a salir por la puerta trasera que daba directo al bosque y comencé a correr detrás de Tius. Los árboles se cerraban a medida que seguía con mi persecución. Me era difícil ver el camino de regreso, ya que se había quedado oculto tras cientos de árboles. Con cada paso que daba sentía como el ambiente comenzaba a tornarse frío y pesado.

No vayas, regresa — Suplico.

Cuando creí que estaba apuntó de alcanzarlo unos gruñidos feroces me hicieron frenar mi paso y retroceder.

— Dime que está sucediendo. — Mire en todas direcciones buscando el origen de los sonidos feroces.

Te ha encontrado

— ¿Quien? — Cuestione con el corazón latiendo desbocado.

《Corre》 — Ordenó.

— ¿Qué? — Retrocedí con torpeza cayendo al suelo.

¡Ahora, corre! — Grito haciéndome reaccionar.

Les ordene a mis piernas hacerlo y comencé a correr como si mi vida dependiera de ello.

Mis pulmones ya no podían trabajar con normalidad, pero sentía que si me detenía moriría.

A lo lejos vi la salida, unos metros más y estaría fuera del bosque, intente apresurar mi paso cuando estaba por llegar al final de la larga fila de árboles, pero eso nunca paso, unas enormes garras se incrustaron en mi brazo y me arrojaron al suelo.

Un grito de dolor se escapó de mi garganta.

¡LARA! — Grito alterado.

Intente responder, pero mi mente se había bloqueado en el momento en que los ojos de la bestia estaban frente a mí — La bestia de mi pesadilla. — Pensé mientras observa el rojo de su mirada. Rojo sangre, sus ojos eran del mismo color de la sangre que manchaba la manga de mi sudadera. Un charco rojo se formaba a mi alrededor. Cerré mis párpados sintiendo que ese sería mi final.

Abrí mis ojos nuevamente cuando sus garras dejaron de hacer presión en mi brazo, otra bestia apareció de entre los árboles y se arrojó en su dirección derribando la.

Verde y azul.

— ¿Tius? — pude reconocerlo por sus ojos llamativos. Con un pelaje gris con matices dorados, era incluso mucho más grande que la bestia de ojos rojos. — No es posible.

Nuntius desvió su mirada en mi dirección y la bestia de ojos rojos aprovecho para atacarlo.

— ¡No! — Grite cuando Tius cayó al suelo y la bestia incrustó sus garras en su pecho.

Intenté pararme, pero mis piernas fallaron y caí de bruces.

— ¡Ayúdale! — Grite, podía sentir las lágrimas caer por mis mejillas.

Lara — Susurro.

— Por favor... — Mi vista comenzó a nublar se hasta que lentamente mis párpados se cerraron.

— Lara. — Escuche el eco de su voz.

Luchaba por despertarme, pero solo pude ver el azul mar de sus ojos por un segundo antes de desvanecer me en el vacío.

Me senté de golpe con el corazón acelerado, lleve una de mis manos a mi pecho y trate de regularizar mi respiración.

Mis ojos se pasearon por mi habitación. Estaba tal y como la había dejado, a excepción de la poca iluminación. Solo la luz de la luna alumbraba el ático. Me puse de pie y bajé las escaleras hasta el baño, cuando entre me metí en la tina sin molestarme en deshacerme de la ropa, solo entre y abrí el grifo.

Mire mi brazo en donde se encontraban las tres heridas de sus garras.

El foco en el techo empezó a titilar hasta apagarse, escuche unos pasos acercarse hasta colocarse a un lado de mí.

— Te advertí, no debías continuar. — Escuche su voz.

— ¿Dónde está Tius? — Mi voz tembló. Aun aceptar que él era real y no un invento de mi imaginación, me aterraba.

— Esta con Thomas. — Su frío aliento choco contra mi rostro.

— ¿Qué eres? — Cuestione con una mezcla de curiosidad y miedo.

— Soy tu Avlark. — Escuche sus pasos nuevamente.

— ¿Qué es exactamente lo que eres?

— Soy un demonio. — Me quede muda.

Eso ya lo sabía, pero las demás veces estaba convencida de que su existencia era producto de mi dañada mente. Pero ahora que aceptaba que era real el miedo no tardó en asomarse e invadir cada célula de mi cuerpo.

— Es fundamental que no mueras, así que deja de meterte en problemas. — Reconocí un deje de diversión en su voz.

— ¿De qué hablas? — Trate de sonar calmada.

— Me alimento de tus miedos.

Pero al escuchar esas palabras mi mente estalló.

— ¿Qué? — Unos dedos fríos se envolvieron alrededor de mi muñeca. Intente que notará mi evidente pánico.

— Los Avlarks necesitan alimentarse de los miedos de su Azelux, tu eres mi Azelux. Lara, me alimento de ti. — Finalizó dejándome helada.

***

Chan chan chaaan

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Avlarks (En la oscuridad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora