004° N u n t i u s

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《004》
N U N T I U S

Hoy ya era lunes, las tormentas habían cesado y la humedad era abrumadora y sofocante

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Hoy ya era lunes, las tormentas habían cesado y la humedad era abrumadora y sofocante. Mis padres habían llevado a Thomas a su primer día de clases. Lia y yo no comenzábamos sino hasta la semana siguiente.

Sentía que la rutina comenzaba a gobernar de apoco la nueva casa. Todo volvía a su lugar. Todo menos yo.

Había algo que estaba mal, lo sabía perfectamente, pero aun no podía hallar lo que me tenía así, fuera de lugar.

No había sido capaz de repetir ante otra persona los sucesos escalofriantes que me habían perturbado unos días antes, tan solo pensar en esa noche un escalofrió recorría mi columna, pero esa no era la razón por la que me negaba a contarle a alguien lo que había pasado, si no que el contar tal disparate me aseguraba de por si una risa y un pase directo al loquero.

Observe la cocina, como queriendo guardar en mi memoria cada detalle de aquella vieja casa, era un poco escalofriante, pero sin dejar de ser acogedora en una extraña manera.

Perdida en mis pensamientos y delirios me tomo unos minutos notar la presencia de mi Lia a mi lado, de todos modos, dudaba que ella hubiera notado la mía. Se encontraba sentada en la silla frente a la mía, tarareando una tonada melosa y alegre mientras jugaba con su cabello.

Tenía la mirada perdida mientras suspiraba con aires de soñadora. Algo que me causo gracia y cierta extrañeza viniendo de ella, mi hermana como toda adolescente se encontraba en una etapa en la que estaba determinada a estar de malhumor y quejarse hasta del aire.

— ¿Y tú qué? — Pregunté mientras llevaba una tostada a mi boca.

— Estoy bien. — Sonrió apoyando su brazo sobre la mesa y dejando caer el peso de su cabeza sobre él.

— En serio, asustas. — Musite intentando que la tostada que tenía en la boca no se escapara.

— Cállate, Lara. — Pronunció mientras estiraba su mano para coger una de mis tostadas.

— ¿A qué se debe tu alegre despertar? — Manifesté mi curiosidad en cada palabra. Esto se merecía un festejo, era un milagro ver a Julia Madden de buenas.

— Conocí al hermano de Lupe, y es tan... — Suspiró y sonrió.

— ¿Tan? — La anime a que continuará.

— Tan irreal.

Irreal, quise soltar una carcajada. Cualquier chico con suficiente atractivo para despertar las hormonas de mi hermana, era según ella "un dios digno de contemplar".

— ¿Quién rayos es Lupe? — Cuestione en mi desconcierto. — Guadalupe, es nuestra vecina y mi futura cuñada. — Respondió mirando sus uñas con autosuficiencia.

— ¡Tú tienes novio! — Exprese mi disgusto. — Eres imposible.

— Que va, Dean no se enterara. — Respondió dándole otra mordida a su tostada. — Es broma. Quita esa cara. — Soltó una risilla que me pareció irritante.

Avlarks (En la oscuridad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora