013° S i t a n s ó l o s u p i e r a.

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《013》
S I  T A N
S O L O  S U P I E R A

Aun no me acostumbraba al cambiante clima de McFoscor

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Aun no me acostumbraba al cambiante clima de McFoscor. Por lo usual llovía demasiado, hoy no había sido la excepción. Nos encontrábamos desayunando todos juntos, menos mamá. En los últimos días su presencia en la casa se había limitado a estar horas encerrada en su cuarto, sin embargo, en las últimas noches había escuchado el motor de su auto, sabía a la perfección su destino. El rastro que dejaba el olor a alcohol me advertía que mientras todos dormían ella se iba a ahogar en ese líquido infernal. Papá lo sabía, estaba segura de que lo hacía.

Bebí mi jugo sin despegar mi mirada de su rostro. No se veía bien. Nada bien. Tenía grandes ojeras que opacaban el verde de sus pupilas. Cada una de sus facciones estaban bajo los efectos del cansancio. Cada uno de sus movimientos eran desganados y vagos.

— Papá. — Escuche la voz de Lia y desvíe mi mirada por unos segundos para observarla.

— ¿Qué pasa cielo? — Papá hizo un intento de sonrisa mientras servía su café.

— ¿Te encuentras bien? — sus largas uñas pintadas de rosa mate golpeaban la mesa con nerviosismo esperando una respuesta.

Observe como Thomas llevaba una cucharada de cereal a su boca sin prestar atención a su alrededor, sin preocupaciones. Ignorando todo y adentrándose en su propio mundo.

Deje de comer y regrese mi mirada a papá.

— No te preocupes, no he podido dormir por un asunto del trabajo. — Se limitó a persuadir la pregunta mientras sus ojos conectan con los míos.

Lia asintió no muy convencida y siguió bebiendo su jugo de naranja. Pero yo no me conforme con esa respuesta. Sabía lo que sucedía. Sabía que era por mamá.

Hoy seria nuestro primer día en un nuevo instituto, nuevas caras y nuevos amigos, o eso es lo que intentaría

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Hoy seria nuestro primer día en un nuevo instituto, nuevas caras y nuevos amigos, o eso es lo que intentaría.

El claxon de un auto sonó.

— ¡Lara, nos están esperando! ¡Baja! — La voz de Lia me hizo salir de mis pensamientos.

Cogí mi mochila y una sudadera, procurando tapar las heridas — tres grandes líneas que se extendían a lo largo de mi brazo — Quería evitar que mi familia se diera cuenta, aún no se me ocurría que inventar para explicar lo que las había provocado. Eran tan grotescas y monstruosas.

Avlarks (En la oscuridad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora