033° Y a n o p u e d o

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Estaba agotada, no podía mantenerme ni un minuto más en pie. Mis nudillos ardían. Escuchaba el crujir de mis huesos cada vez que intentaba abrir mis manos.

— ¡LIHAN! — Grite una vez más. Sentía que mi garganta se desgarraría, había perdido la cuenta de cuantas veces había pronunciado su nombre. — ¡Lihan! — Insistí dándole otro golpe a la pared delante de mí. — ¡Sácame de aquí! — Di otro y otro golpe más. — Por favor. — Suplique en mi desesperación.

Vire mis ojos hacia un costado intentando aventurarme a ver más allá de la infinita masa de oscuridad, pero fue imposible percibir algo en aquello que me atormentaba. La escasez de luz me había entorpecido.

Casi podía tocar con las yemas de mis dedos aquel vacío negro que me rodeaba. Se sentía como una capa fría de hielo, hielo oscuro y ardiente que cortaba mi piel.

Si no fuese porque sentía el piso debajo de mis pies, juraría que me encontraba flotando en la mismísima nada. Como si de pronto la pared que había destrozado mis nudillos se hubiese esfumado en las sombras.

Apreté mis ojos con fuerza evitando seguir observando aquello que me producía terror, pero me estremecí cuando al tener mis párpados cerrados choque nuevamente con la oscuridad.

— ¡Lihan! — Explote en llanto. — ¡Quiero volver!, déjame volver. — Murmure con amargura.

Intente volver a gritar, pero las palabras murieron en mi boca al notar como el ambiente había cambiado radicalmente. El vacío — que antes me transmitía frío — comenzó a irradiar una calidez que abrazo mi cuerpo.

— ¿Adrien? — Susurre esperanzada.

Esa calidez, aquello solo ocurría cuando él se encontraba cerca. Quería que así fuera. Una parte de mi aun albergaba esa esperanza.

— Lara. — Escuche una voz, era irreconocible y estaba distorsionada. — Lara, ven.

Un diminuto y débil destello parpadeo a la distancia. Era pequeño, pero apenas mis ojos lo captaron, sin dudarlo un segundo, corrí en su dirección.

— ¡Lara! — Una nueva voz se sumó. — Aquí, ven. — Era una mujer, lo sabía, pero no la reconocí. Nunca la había escuchado.

Acelere mi paso, y a medida que me aproximaba note algo. El calor había aumentado abrupta mente y aquella luz incremento su tamaño.

Está jugando conmigo. — Pensé.

Una puerta pareció materializarse frente a mis ojos cuando creí estar frente a aquella esfera lumínica. El color rojo vino de la madera se me hizo familiar, y aquel olor a azufre que se deslizaba en el aire removió algunas memorias que mantenía resguardadas.

Avlarks (En la oscuridad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora