Todo Puede Cambiar {Gonuh} TERMINADA

~Capitulo 6~

Los días pasaron y de lo único que hablaban después de cada video era del viaje a Francia.

Los cinco estaban emocionados, al fin iban a salir todos juntos, al mismo tiempo que conocían un hermoso lugar.

Ya los subscriptores de cada uno sabían sobre lo que iban a hacer, y al igual que ellos, estaban ansiosos.

--Joder-- el susurró de Luh se había escuchado por toda la silenciosa casa. Este había dejado caer la maleta recién hecha, provocando que toda su ropa se esparciera por el piso de la habitación.

Se agachó para recoger sus pertenecías hasta que una llamada por skype lo distrajo... era Sara, quien lo llamaba tarde de la noche.

--Hola Luh-- saludó con una gran sonrisa en cuanto él apareció en su pantalla-- ¿Qué haces?

--Preparando las maletas para mañana. ¿Y tú?-- dijo Luh.

--Preparándome para salir a las cuatro de la mañana de mi casa-- hizo un respiro profundo y largo-- no me gusta levantarme tan temprano.

--Tía, yo tengo que salir de aquí incluso más temprano, no te quejes tanto-- dijo sonriendo-- ¿A qué hora es que tenemos que estar en el aeropuerto?

--Creo que era a las seis--ella se frotó los ojos con cuidado-- espero que los demás lleguen a tiempo, odiaría esperarlos.

--Lo sé... ¿Crees que nos gustará Francia?

--Eso es obvio, lo que no sé es si ustedes se comporten, solo imagina... los cuatro retrasados juntos, me avergonzarán.

--Como si tú fueras muy normal-- Luh rió.

--Soy más madura que ustedes, eso está claro.

--Sí, la que siempre habla "ashi"-- dijo salpicando de saliva la pantalla.

--Tío, eres un asqueroso-- dijo ella, riendo--bueno, te llamé para que que me respondieras algo... ¿Cómo sigues con el asunto de tu ex?

--Estoy bien, digo... ya no pienso tanto en Mah. Desde que lo hice público, los subs no dejan que me deprima-- sonrió de oreja a oreja-- y aquella visita de Gona me ayudó mucho.

--Me lo imagino. Él siempre está cuando lo necesitan, se preocupa más por los demás que por él mismo, y ahora que lo pienso... es un poco preocupante.

--Sí, pero eso lo hace el amigo perfecto.

--Tienes razón en eso. Bueno, ya es tarde-- dijo mirando la hora en su computador-- deberíamos dormir, tenemos un gran viaje mañana.

Los dos se dijeron adiós para acto seguido apagar la computadora e irse a dormir.

A las tres de la madrugada sonó la alarma, ese ruido que todos odian se escuchó por toda la casa, provocando en Luh un leve enojo.
Se levantó y la apagó inmediatamente, para luego irse a bañar.

Salió de su casa a las tres y media, apenas viendo por donde caminaba por la obscuridad de la noche. Cerró la puerta con llave y llamó un taxi para ir al aeropuerto.

--¡Luhser!-- Exo apareció, con solo una pequeña maleta que llevaba en su espalda.

--¿No trajiste nada?-- preguntó Luh aplastando la maleta, viendo como aún se hacia más pequeña.

--Traje un poco, quiero comprar ropa nueva, ropa francesa.

--Te verás como un extranjero en España-- dijo Sara, apareciendo detrás de ellos.

Ella, al igual que Luh, llevaba una maleta grande que estaba a punto de explotar por su contenido.

--Hola, Sara-- Exo le dio un abrazo inesperado, provocando en ella una sorpresa.