~Capitulo 33~

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Gona había avisado a toda su familia y amigos, ya todo se encontraba listo para mudarse.

Claro que le daba un poco de pena irse de su casa, pues echaría de menos a las personas y el ambiente del lugar.

Sus maletas estaban sobre la cama, listas para ser sacadas de ahí. Toda su ropa, su computadora y cosas que usa para grabar, algunos adornos que tenía en la habitación que quería llevarse, y un par de cosas más, llenaban esas cinco maletas de gran tamaño.

--¿Listo para irse?-- preguntó su hermano, colocándose en el marco de la puerta.

--¿Me extrañarás?-- Gona estaba sentado en su silla de escritorio. Mantenía una expresión triste.

--Ya sabes que sí, eres mi hermano favorito-- respondió acercándose a él para alborotarle el cabello.

--Soy el único que tienes-- sonrió un poco-- Yo sí te extrañaré, a todos los voy a extrañar-- dijo cabizbajo.

--Gonzalo, deberías estar feliz por ir a vivir con Luh, así que te prohíbo que pongas esa cara, sonríe que no cuesta nada-- dijo apretándole el cachete.

--Sí, estoy feliz-- Gona se puso de pie y alzó una maleta-- ¿Me ayudarás a llevarlas al coche?

--Ya te había dicho que sí-- respondió sonriendo-- después de todo eres mi hermanito menor, tengo que ayudarte en todo.

Después de que todas las maletas fueron llevadas al auto de Gona, tocó despedirse.

--Te quiero-- dijo su hermano, mientras le daba un fuerte abrazo-- cuidate, y pasala muy bien con tu noviecito.

--Yo te quiero más-- Gona dejó de abrazarlo, para acto seguido entrar al carro-- Adiós-- dijo despidiéndose con la mano.

(..........)

Un largo viaje había pasado. Gona al fin llegó a la casa de Luh, donde se estacionó en frente para luego salir del carro.

Arregló un poco su apariencia para estar más presentable, dio un gran y profundo suspiro, y luego tocó con suavidad la puerta.

Se escuchó a Luh corriendo para abrir, pues éste estaba muy emocionado por ver a su pareja.

--¡Gona!-- exclamó cuando abrió la puerta, lanzándose inmediatamente hacia él para abrazarlo.

--¿Te alegra verme?-- preguntó Gona, correspondiendo felizmente la acción de Luh.

--Hombre, me hiciste esperar tres días desde que me dijiste que vendrías, obvio que me alegra verte-- respondió abrazándolo aún más fuerte.

--Sueltame o moriré asfixiado-- dijo riendo con poco aire, por lo que Luh obedeció.

Entre los dos metieron las maletas a la casa, dejándolas en la habitación que anteriormente era de Mah. Ésta estaba decorada con una pintura color rosa claro, y los muebles amontonados en una esquina.

--Tendré que ayudarte a acomodar todo-- dijo Luh-- y si quieres, podemos ir a comprar una pintura que te guste.

--Sí, quizá después-- Gona se sentó en la cama, rebotando un poco en el colchón-- ¿Qué tal si hoy tenemos esa cita que te prometí?

--Bueno... esperaba que la pasáramos en casa, ya sabes, un rato a solas los dos-- dijo tímidamente.

--Yo quiero una cita romántica, salgamos a algún lugar. ¿Te parece un restaurante?

--No, tengo una mejor idea-- Luh se sentó a su lado-- una amiga hará una fiesta mañana, podríamos ir y así tener este día solo para nosotros.

Todo Puede Cambiar {Gonuh} TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora