~Capitulo 14~

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Luh y Gona estaban cada vez más cerca, hasta llegar al punto donde sintieron la respiración del otro. Un beso se iba a dar ahí, bajo la luz de un poste de electricidad en medio de una acera, a media noche.

--¿Que hacen?-- Exo apareció, interrumpiendo la acción de ambos.

Los dos se separaron rápidamente, para luego dar media vuelta y quedar frente a Exo, quien los veía de una forma muy confundida.

--Los estábamos buscando-- habló Sara, apareciendo junto a Macundra--¿Dónde estában?

--Nos... perdimos-- respondió Gona, cabizbajo.

--Ya estábamos preocupados, no vuelvan a hacerlo-- los regañó Sara, con una expresión de preocupación y enojo a la vez.

Exo seguía mirándolos de una forma extraña, se daba cuenta de las mejillas ruborizadas de ambos y sus respiraciones agitadas y nerviosas. Sabía que algo pasó o iba a pasar en ese lugar, pero no se quería hacer ideas falsas por lo que solo trató de ignorar los hechos.

--Es tarde, tengo sueño. ¿Nos vamos o no?-- habló Macundra, viendo la hora en su reloj de muñeca.

El camino al hotel fue silencioso, era tarde, por lo que no querían hacer mucho ruido. Al llegar, cada uno se fue a su habitación para dormir y estar descansados para el largo viaje que les esperaba el día siguiente.

Hubo dos personas que no pudieron dormir nada... Luh y Gona.
Se acostaron en sus camas sólo para permanecer boca arriba mientras miraban el techo.

Ninguno de los dos podía creer lo que casi hicieron... ¿En serio se iban a dar un beso?
¡¿En qué estában pensando?!

Después de esa larga noche, cada uno se levantó de la cama para alistarse e ir al aeropuerto. Todos se encontrarían allá, pues nadie quería esperar en el lobby, por lo que fueron al aeropuerto para comprar el boleto y sentarse en un cafetería del lugar.

Gona fue uno de los primeros en llegar, y en cuanto compró su boleto fue directo a la cafetería, donde estába Sara, sentada en una mesa.

--Hola, Sari-- saludó Gona, sentándose frente a ella.

--¿No dormiste nada? Tienes muchas ojeras-- mencionó ella, tomando un sorbo de su café.

Efectivamente... Gona no pegó ojo en toda la noche, por lo que era obvio que tendría unas enormes ojeras.

--No pude, creo que tengo insomnio-- respondió frotando sus ojos.

--¿Ese insomnio tiene nombre?

La pregunta de su amiga le causó un pequeño paró de corazón, provocando que desviara su mirada nerviosa y diera un largo suspiro.

--Los vi anoche-- continuó hablando-- no sé si los demás se dieron cuenta, pero yo sí lo hice.

--¿De que hablas?-- preguntó sin mirarla.

--Gona... estábas a punto de besarlo... y él te estába correspondiendo-- dijo de la manera más seria posible.

--No, estás imaginando cosas-- dijo casi explotando de nervios.

--Estoy segura de que no fue mi imaginación-- rió un poco-- dime... ¿Qué pasó para que llegaran a eso?

--No lo sé, solo fue un momento de... no sé como decirlo...-- sonrío avergonzado.

--Adivino. Se vieron a los ojos y sintieron ese amor que tienen guardado hacia el otro, eso los llevó al beso-- dijo dramática para luego comenzar a reír, tosiendo un poco por el café recién tomado.

Todo Puede Cambiar {Gonuh} TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora