¿Apostamos?

Capítulo 5: ¿Enserio no recuerdas nada?

CHARLOTTE

Desperté sobre mi cama, con un dolor en la frente y recordando apenas qué fue lo que sucedió exactamente. Me miré al espejo.

     —Genial, se me ha hecho un chichón en la frente— camine hacia la puerta, pero no llevaba gafas y todo era más borroso de lo normal.
Caí y  bufé.

     — ¡Pero quién diablos dejó esto aquí!— exclamé sobando mi frente, —perfecto, ahora se hará más grande.

     —Tú, es tu habitación ¿no?— dijo Nicolás recargado en el marco de la puerta. Lo mire con los ojos entre cerrados y de mala gana.

     — ¡Charlotte! ¡Ya despertaste! ¿Te sientes bien? ¿Te duele algo? ¿Estas molesta? ¿Mareada? ¿Con vomito?, ¿ya dije, estas bien? dime tus síntomas pequeña—  una muy preocupada Marcel entró de repente a la habitación aventando lejos a Nicolás y acercándose a mí.
Me golpee la frente con la palma de mi mano... aunque creo que no fue tan buena idea. Me dolió.

     —Marcel, tranquila ¿sí?, estoy bien... sólo me duele la frente— res-pondí levantándome del piso.

     —Y cómo no dolerte con el golpe que te diste— dijo Nicolás. Lo miré inmediatamente y vi cómo sonreía, sabía que había hecho algo, lo sabía; me moría de la vergüenza.

     —No otra vez— me dije a mi misma.

     —Sabes, en realidad hace tiempo que no había visto que te pusieras en ese estado. “Super-Man”. ¿Querer vender mis…?— negó sonríen-te— Tú sí estás loca. 

     Nicolás se sentó en mi cama y me colocó mis gafas con cuidado.

     —En mi defensa debo decir: que no tenían que permitir que comiera chocolate.

      —Sí bueno… para la próxima no permitiré ni siquiera que lo mires.

      —Me parece buena idea.

NICOLÁS

     Salí de casa a tiempo para el colegio. Así que conducía tranquilamente por el asfalto.

     *Si a tiempo significa que podrías llegar 10 minutos tarde sí*

     No me molestes ahora, estoy conduciendo.

     *Y mirando chicas, pero da igual*

     Yo no tengo la culpa de que esas “chicas” salgan a correr tan temprano.