NICOLÁS
Desperté sobre mi cama, con un dolor bastante grande en la parte derecha de mi cara; di un par de toquecitos en la misma, pero ni siquiera podía hacerlo, dolía demasiado. Guau, parece como si me hubieran dado una paliza, hasta la cabeza me duele.
Me levante de la cama, y sentí un gran mareo, caí sentado sobre mi cama de nuevo, y volví a tratar de levantarme. Cuando lo logre, me mire al espejo, ¿qué me había pasado? Parezco un ebrio recién despierto. Tenia la ropa totalmente desordenada, mi cabello también lo estaba, además tenia los ojos rojos. Pero que rayos...
*Lo eres, idiota*
Cuchirrión, me dolió.
*¿Física o sentimental?*
Ambos. Espera, ¿Por qué dices que lo soy?
*Porque lo eres*
Me lleve una mano a mi boca, y sople un poco sobre ella, mi aliento apestaba a alcohol. Mi aliento... ¡apestaba a alcohol!; Dios, ¿qué hice?
Salí rápidamente de mi habitación; cuando iba bajando las escaleras, escuché como mis padres hablaban con unos chicos. Y esos chicos, eran Ty y León, ¿Qué demonios hacen ellos en mi casa?; baje un poco más, y logre ver a Marcel sentada en el sofá con los codos sobre sus rodillas y las manos sobre su cara, parecía estar llorando. Ty estaba a su lado derecho, y León a su izquierda.
No me podía quedar aquí parado, tenía que averiguar qué estaba pasando.
En cuanto puse un pie dentro de la habitación, carraspee la garganta; todo el mundo se volvió a mí, con una mirada que sencillamente, me mataba. La de mi madre era triste, pero enojada, la de mi padre, él parecía que quería golpearme, Ty me vio con rencor, al igual que León, y Marcel con coraje.
— ¿Puedo preguntar qué pasa aquí?— dije. Me sentía como un cachorro pequeño acorralado por perros grandes y bravos.
— ¡¿Con que derecho, Nicolás Western?!— vociferó mi prima con lagrimas en los ojos. Se levantó del sofá y camino hasta mí con furia, en realidad nunca la había visto así de molesta conmigo, sólo significa una cosa: hice algo, bien grave. Ella mantenía las manos echas puños a sus costados, se detuvo justo frente a mí, y con toda su fuerza me propino una buena cachetada.
Realmente dolió, levanté la mirada con una mano sobre mi mejilla y antes de que pudiera preguntar el por qué, me propino otra cachetada en la mejilla restante.
— ¡Y esa fue por Charlotte!— me gritó. Moví mi mandíbula de un lado a otro, ahora dolía más que antes.
— ¿Y ESO POR QUÉ FUE MARCELA?
—Llámame por mi nombre completo una vez más, ¡y te juro que te dejo sin dientes! ¡ya estoy bastante molesta Nicolás!— advirtió entre dientes. Mire a mi madre, tratando de obtener una explicación o ayuda, pero nada, sólo retiró su mirada. Estaba decepcionada, lo sé, pero no sé qué hice, no recuerdo nada.
—Marcel, él no recuerda nada querida, es mejor que le expliquemos y se castigue a sí mismo.— dijo mi madre, con la mirada en la alfombra. Ty y León se levantaron, mis padres les agradecieron y se llevaron a Marcel consigo. —Sube a tu habitación.— ordenó. Subí, con ellos detrás mío. Cerraron la puerta y yo me senté sobre mi cama.
˜***˜
No podía sentirme más miserable, estúpido y desalmado. Mantenía mis manos tapando mi cara, las lagrimas estaban a punto de salir, pero... no quería, no podía llorar frente a mis padres.
—Castígate a ti mismo, lo que hiciste, causo bastante daño.— dijo mi padre seriamente, abandonado la habitación.
—Sólo recuerda Nicolás, no prometas cuando estés feliz, no respondas cuando estés enojado, y no decidas... cuando estés triste.— Mi madre también abandono la habitación, y me quede solo. Ahora sí podía llorar en paz.
˜***˜
Soy el ser más horrible, miserable, idiota, sin cerebro... sin corazón, que existe en este planeta. Tal vez sea la reencarnación de Hitler... sí, tal vez sea eso.
*Hitler mataba judíos, idiota*
Bueno, si sigo así, pronto mataré a alguien.
*¡Mataba judíos! ¡Sólo judíos!, además tenia un inmenso ejército*
Okay, tal vez no sea Hitler, pero sí soy una muy mala persona.
*Eso no lo discuto, mira que decirle todo eso*
Me distraje tanto hablando con Cuchirrión que no me di cuenta, ¡casi mato a un perro! Dios, esto va de mal en peor. Baje del auto y vi al pobre animal tirado en medio del camino; me acuclillé a su lado y lo revise, cuando llegue a su pata delantera derecha, el soltó un sonido extraño, creo que le dolió. Es un perro bastante grande, revise su cuello, no tenia identificación ni nada que le otorgara a un dueño, ¿y si lo conservo?
Es un pastor alemán, siempre había querido uno de estos. Son bastante caros, por eso mamá y papá nunca me han comprado uno.
Le acaricie la oreja — ¿Estas perdido amigo? ¿Eh? ¿Quieres ir conmigo?
*O lo recoges ahora, o te van a atropellar con todo y perro*
Levante con cuidado al animal y lo subí al Jeep, le costó trabajo hacerlo, ya que tenia la pata lastimada. Tengo que llevarlo con un veterinario, no puedo cuidarlo mientras estoy en la escuela.
Di vuelta al Jeep y tome el camino hacia el veterinario más cercano.
˜***˜
— ¿Puedo dejarlo aquí hasta que salga de clases?— pregunté a la secretaria.
—Niño, esto es una veterinaria, no una guardería de perros.
—Por favor...— le rogué. Era una señora de unos cuarenta y tantos años, ya acercándose a los cincuenta, se le notaba que era una solterona, está demasiado amargada. —Déjeme hablar con el veterinario, por favor... —insistí.
Y después de tanto rogar y rogar por fin pude dejar al perro allí.
Ahora tendré que rogarle a la Directora que me deje entrar.
˜***˜
Estacione el Jeep, tome la mochila y baje, corrí hasta la entrada de la escuela y el guardia ya había cerrado la puerta, le rogué que me dejara hablar con la Directora, y después de unos cuantos minutos entré a la oficina.
—Roberto me dijo que usted ha llegado hasta esta hora, ¿Se podría saber por qué?
—Señorita Directora— eso siempre funciona, además de un tono suave —Mi perro fue atropellado, escuche cuando el auto arranco a toda velocidad, mis padres no estaban y el tipo sólo huyó, ¿Qué más podía hacer? a ese perrito lo he tenido desde cachorro, lo amo, y... no podía dejarlo en casa con la pata rota— casi se le salen las lágrimas —lo tuve que dejar en el veterinario, era bastante grave. Que más quisiera que haberme quedado con él, pero... tenía que venir, señorita directora... por favor ¿puedo entrar a mi aula?— se pueden hacer tantas cosas con una historia desgarradora. Tantas.
—Señor Western, avise a su maestro de clase, yo le doy la autorización para entrar, y si no le cree, que venga a hablar conmigo... vaya a su clase, y espero que su perro se mejore. Enserio.
—Muchas gracias señorita Cleen, se lo agradezco mucho.
Salí de la oficina y llegue a mi aula, el profesor de Historia me fulminó con la mirada y como no me creyó, salió del aula para hablar con la directora. Yo pase y me senté en mi butaca. Todos comenzaros a levantarse de su lugar y a hablar. Alguien llegó por atrás y me dio un golpe en la nuca.
— ¡Ey! ¿Qué te pasa?— reclamé a Nick.
— ¿Qué te pasa a ti? ¿Cómo pudiste decirle todo eso a Charlotte?
— ¿Qué?, ¿tu cómo lo sabes?
—Toda la escuela lo sabe.
— ¿QUÉ?
— ¿Acaso crees que una noticia —chisme— de esa magnitud no se iba a saber por aquí?; por cierto, Alexis está que te mata.
—Soy un idiota— dije golpeando mi cabeza contra la paleta.
—Metiste la pata, bien duro.
˜***˜
A la hora de recreo todo el mundo me miraba. Lo que me faltaba. ¿Cómo se enteran estas personas de lo que haces fuera de la escuela? ¿Son periodistas o algo así? ¿Me siguen?
Logre ver a Charlotte, estaba sola, perfecto. Podría hablar con ella.
—Las muletas te sientan bastante bien— le dije. Ella me miró, y puedo jurar que casi se echa a llorar allí mismo. Me partió el alma ver como luchaba por que el llanto no saliera. —Ey, Charlotte, escucha... y-yo, soy un idiota, uno de primera... pero si pudiera hacer algo para que me perdones, lo haría, enserio. Te quiero, mucho. Por favor... perdóname.
— ¿Quieres hacer algo para que te perdone?
—Lo que sea.
—Desaparece de mi vida. Tal vez, algún día se me olvide que existes y asunto acabado.— Me respondió fríamente y se fue.
Eso me dolió más que el golpe que me dio Ty. Y eso que fue un buen golpe (practica boxeo).
Pero si ella quiere que me aleje, y se le olvide mi existencia, creo que haré justo lo contrario.
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¡AYAYAYAYAYAYA! ¡NICOLI! ¡ERES UN VERDADERO PEPINO!
Jajaja xD no sé de donde salió eso, pero de ahora en adelante, nuestro código zanahoristico para decir idiota/tonto/idiota será: Pepino.
Me agrada... Cx
¿A ustedes?
¿Qué tal si ponemos sobrenombres a las malas palabras?
Jajaja bueeeeeno: ¡Ya saben!
VOTEN&COMENTEN!:3
¡SE LES AMODORA!
¿Qué creen que va a hacer el Nicoli?
Se los dejo de tarea.
Sale Bye!
C: :B :V :3 :D :) ;)
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¿Apostamos?
Teen Fiction—Esto será sencillo. Y después descubrirás por ti misma primita, que un hombre como yo no cambia, hombres como yo no nos fijamos en ese tipo de chicas. —No estés tan seguro. Charlotte Gómez: el objetivo. Nicolás Western: el apostador. Marcel Col...