Capítulo 26: Auch.

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CHARLOTTE

Mi caída de la espalda de Max, no resultó muy bien que digamos. El doctor que me atiende, comienza a asustarme. Me tiene con la horrible bata del hospital color verde vómito (y no sé de donde la sacaron, todas las demás que he visto son azules), sobre la camilla de sábanas blancas, y examina con cuidado mi tobillo izquierdo. No dice nada, sólo apunta en un bloc que trae consigo, con una mano lo sostiene y con la otra se rasca la cabeza y apunta cosas. Mientras él se toma el tiempo de examinar mi tobillo, yo me tomo el tiempo de examinarlo a él. No tiene más de cuarenta años, pero no menos de treinta, es robusto, no tiene cabello, usa gafas, no mide más de 1.65. Muevo la cabeza de un lado a otro, observando más rasgos de aquel doctor, que según su bata blanca, su nombre es Cornelio; cuando se da cuenta de que lo observo y muevo la cabeza como muñeca diabólica, se irguió un poco incomodo, mueve los hombros y por fin me dice el resultado.
     —Usted señorita, tiene una fractura en el tobillo.
¿Eso era todo? ¿Y todo lo que apuntaba en el bloc? ¿Qué se supone que hacia ahí, dibujitos graciosos?
     —Mmm, ¿Puedo hacerle una pregunta, doctor?
     —Claro. 
     —¿Qué es lo que apuntaba en el bloc?
     —Oh, eso. Estaba resolviendo un crucigrama, pero, también atendía su caso. El tobillo tardará unas cuantas semanas en sanar, pero... no se preocupe, podrá usar muletas, o silla de ruedas. Además, podrá ir a la escuela y hacer sus actividades normales, bueno, con un poco de ayuda...— explicó cambiando rápidamente el tema y después de decir no sé que cosa de analgésicos, salió de la habitación dejándome asombrada. ¿UN CRUCIGRAMA?
Segundos después se escucharon algunos gritos, pasos, y mejor dicho eso parecía una estampida afuera de la puerta de la habitación.
Los chicos.
Cerré los ojos, me acomode en la camilla y me hice la dormida.
Abrieron la puerta cuidadosamente, escuché un "shh" se parte de Marcel y entraron de puntitas, tratando de no despertarme. Marcel comenzó a llorar, sí, escuche como lloraba. No era para tanto, sólo tenia el tobillo roto. 
     —Tal vez ya nunca pueda volver a caminar... es horrible.— decía mientras sorbía por la nariz. Repito: sólo es un tobillo roto. 
     — Lo sé, es triste, pobrecilla— le consoló Nick. ¡Es mi tobillo, nada más!.
     —Sigo sintiéndome culpable.— dijo Max. Pero, no había sido su culpa.
     —Ya, dejen de decir eso. No es para tanto.— Vaya aunque sea Nicolás tiene un poco de sentido común.
     — ¡Ella no volverá a caminar! ¡El doctor lo dijo!
A mí no me dijo lo mismo —SÓLO ES UN TOBILLO ROTO.— recalqué.
     — ¡Charlotte, despertaste!— saludó mi paranoica amiga acercándose a mí, dándome un abrazo.
     —No estaba dormida— ella frunció el ceño, — como sea, sólo tengo el tobillo roto, no es para que llores como Magdalena, volveré a caminar.
     —Ah, eso, lo sabemos. Pero no hablábamos de ti, estábamos viendo avances de una serie.
Entrecerré mis ojos, ¿era enserio? — ¿Por qué se sentía culpable Max entonces?
     —Oh, es que yo les mostré esa serie. Era de muerte, pero se torno cursi, y Marcel se obsesiono, es por eso que me siento culpable.  
     —Oh.
     — ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?— preguntó Nick desde el sofá.
     —Pues me siento como si tuviera un pie de elefante, pero, todo bien.
     —Llamamos a tu mamá, papá, a Ty, León, y... Alexis.— me informó la pelirroja.  
     —Fue mala idea. Mi madre llegará como Magdalena pensando que pude haber muerto, mi padre va a llegar como alma que lleva el diablo para saber exactamente que pasó y atrapar al culpable— Max me miró con los ojos como platos —Max, tu no tuviste la culpa, ya te lo dije; mis hermanos van a llegar a hacerme preguntas de lo más obvias, Alexis, a él sí lo quiero aquí, también a Ty y a León,  pero, volviendo a lo anterior probablemente, después de un interrogatorio tipo FBI, a la mano con la CIA y la INTERPOOL, todos terminen saliendo de esta habitación con una sonrisa en la cara. Y yo, con un pie de Dumbo.
      —Entonces habrá un final feliz— animó Max. Yo le sonreí como respuesta.
     — ¿Si no hubiéramos llamado a Ty y a León, qué hubieras hecho?— preguntó Nicolás, dejándome confusa, ¿esa pregunta de donde venia? —sólo respóndeme.
     —Bueno, les hubiera informado, son mis amigos, además saldría con ellos el fin de semana y...
     —Y si lo que te pasó, te hubiera pasado con ellos ¿nos hubieras llamado, y nos querrías aquí?— me interrumpió, a la vez que apretaba la mandíbula al hablar.
     —Nicolás, ¿a qué viene todo esto?
     —Respóndeme, sólo eso.
     —Los llamaría, son mis amigos, claro que lo haría.
     —Bien— dijo y salió de la habitación dando un portazo. ¿A este que le pasa?. Todos se miraban entre sí esperando una respuesta de alguien, una explicación, algo, pero nada, sólo silencio. 
Mi madre y mi padre irrumpieron en la habitación como tornado, casi me asfixian del gran abrazo de oso que me dieron, y por dejarme a solas con mi familia los chicos salieron de allí, dejándome confundida, aunque también, les hubiera pedido que secuestraran la camilla y me llevaran a otro lugar, pero... era demasiado tarde, la familia había llegado. 

˜***˜
El tener el tobillo roto  no es tan malo como parece. Todos están al pendiente de lo que necesites, como nunca antes, ahora si me siento como una reina. Mis hermanos hacen mis deberes, mi madre me ayuda en todo momento, hasta puedo comer en mi habitación. Es genial.
En la escuela, es muy distinto, pero igual es cómodo, los profesores me ayudan, me dan preferencia cuando hay que entregar un trabajo, van a mi lugar... para trasladarme, con las muletas es difícil, pero Alexis y Marcel me ayudan en todo momento, y además es divertido, Marcel carga con mis muletas y Alexis carga conmigo.
Nicolás cada vez está más y más distante, desde que salió de aquella habitación,  no me ha dirigido la palabra, no me mira siquiera. Pero, qué puedo hacer, no quiere verme ni en pintura.
Hoy saldré con Ty,  León y Marcel, queremos esa revancha de zombies, de la que fuimos interrumpidos; además, por ser "la enfermita" según León, hoy me complacerán en lo que quiera.
El sonido de un auto se escucha estacionar fuera de la casa de Eduardo, y después de un largo camino escaleras abajo, y otras tantas instrucciones de como tienen que cuidar de mí, me despido de mi familia y salgo.

˜***˜
Como hoy me quedo con Eduardo, la sala de videojuegos está del otro lado de la ciudad, así que tenemos que hacer un recorrido un poco extenso, para llegar allí.
Antes de ir a la sala de videojuegos, llegamos a tomar una malteada, en mi lugar favorito, claro, tenían que complacerme.
Cuando salimos de las malteadas "las batidas" (el nombre se me hace tan... no sé, me da risa), vemos a un grupo de amigos salir de un mini-casino, allí hacen apuestas, toman alcohol, y hacen ese tipo de cosas, pero el lugar es pequeño, y nada parecido a un casino de verdad. Es sólo diversión clandestina para jóvenes.
Se notaba que uno de ellos iba más que tomado, estaba cayéndose de borracho. No me gusta ver a personas en ese estado, todos negamos con la cabeza y nos disponemos a entrar al auto.
     —¡Charlotte!— gritan desde el otro lado de la acera, y me doy cuenta que el borracho es quien me grita, y a la vez me doy cuenta que... es Nicolás.
Marcel se alarma de inmediato, y trata de ir a su encuentro, pero él cruza la calle rápidamente y la empuja hacia un lado. Me mira con rencor, pero a la vez con tristeza, cariño... no lo sé, son demasiados sentimientos encontrados.
     —Perra.— me dice.
     — ¿Qué?— preguntó incrédula, muevo las muletas hacia adelante, y me acerco más a él. Ty y León rodean el auto y se acercan a nosotros. —Repítelo.— le retó, fuera de mí, ¿cómo se atrevió a llamarme así?
     — ¿Acaaaaso, tee ofeende?— balbucea. Sus ojos están muy rojos, llorosos. No sé si es por el estado en el que está o le duele decirme eso. —Eres eso... y más.
     —No la llames así, Nicolás, estas bastante tomado, por favor, déjame llevarte a tu casa.— le dice Ty dando un paso adelante, posicionándose adelante de mí.
     — ¿Cómo le haces, eh? ¿CÓMO CARAJOS ME HACES ESTO?— grita.
     —No sé de qué me hablas.— respondo. 
     —Cómo carajos puedes hacer para tener a tus pies tantos hombres a la vez ¿eh? ¿eres bruja o algo así?. Por que si es así, quítame ese embrujo ¡no lo quiero!
     —Nicolás, déjame llevarte a tu casa.— repite Ty, se acerca a él, y trata de tomarlo del brazo pero el se zafa y se aleja.
     —Ni te atrevas— advierte. —Sólo déjame que esta me responda... ¡dímelo!— trata de acercarse a mí, pero Ty hace que retroceda; Marcel está en shock, no sabe que hacer, se aferra a la camisa de León cada vez más, y si siguen con este alboroto, las personas de las malteadas tal vez llamen a la policía.
     —Esta, tiene su nombre, es Charlotte, y no sé de qué diablos me hablas, ¡estas tomado, ya vete!— defiendo y pido. Nunca me imagine que lo vería en este estado, es horrible. Trata de acercarse otra vez a mí, yo retrocedo, pero Nicolás no se deja, le propina un puñetazo a Ty, y él le responde. 

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¡SUSPENSO!
jajajaja xD
Vamos, vamos ya quiero leer sus comentarios de cómo pude haber dejado así la historia. En realidad, los amo :** Amo todos sus comentarios, mil gracias por todo C: #Soy malota B)
¿Les gusto el capítulo?
Jajaja, hoy andaba muy violenta... eso resultó.
Bueno, aquí tienen el cap.
Lamento no poder subir pronto, pero entre la escuela, vida personal y lo demás, no tengo mucho tiempo, pero enserio, subo cada que puedo.
¡GRACIAS, GRACIAS, GRRACIAS!
LOS AMODORO :**
Son mis amores de limón c: 
Hasta el próximo cap zanahorias zombimentesensuales ;)
    

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