NICOLÁS
Desde que Alexis y yo hicimos las pases, a las chicas se les ocurrió recibir el año nuevo juntos, como los mejores amigos que alguna vez fuimos, y que volvemos a ser.
Hemos estado preparado todo desde la mañana; decidimos que el lugar sería mi casa, ya que hay un patio grande con una terraza y es cómodo estar ahí.
Estoy hecho un puñado de nervios: no sólo por volver a ver a los padres de Alexis, sino también el tener ante mis ojos el dilema de Charlie/Charlotte; no puedo creer que haya sido ella quien… me conquistó, con sólo bailar una pista conmigo.
Es totalmente sorprendente todo lo que puede hacer el maquillaje. Por mí parte, y ha quedado claro, que yo no hubiera podido descifrar esto, pude haber quedado engañado toda mi vida y seguramente Marcel no me hubiese dicho nada de no ser por el alcohol.
No se cómo voy a volver a verla a los ojos.
El equipo de DJ que trajo Cinthia (y aun no sé quién es) sigue en la terraza, nos hemos divertido como niños pequeños con eso, hasta mamá nos ha tenido que quitar de ahí.
Le he contado a mi hermana todo lo que ha pasado desde la última vez que vino; absolutamente TODO, hasta lo de Cuchirrión. Y por decir que no se lo tomó tan mal… es poco; ella se ha estado burlando de mi a espaldas de mamá claro, ha hecho de todo, menos tomarme por loco y querer mandarme con un psiquiatra. Ella también me ha contado cosas, que me hacen desear ser ninja: Tiene novio.
Y yo no podría ser más celoso.
He inventado un plan para que no se vaya; es bastante sencillo y práctico: mandaré a Marcel en ese avión en vez de a mi hermana.
Aunque he tomado en cuenta los inconvenientes: Marcel es pelirroja, mi hermana es pelinegra; Marcel es morena clara, mi hermana es morena; Marcel tiene casi 17, mi hermana 22; en realidad… no creo que funcione.
Algún día conoceré al tipo. Y cuando lo haga, que se cuide, yo sabré ser ninja.
He hablado con ella al respecto y… al parecer no es tan malo, no ha intentado propasarse con ella, la trata como a una dama, es sencillo, estudia una buena carrera y… es muchísimo más alto que yo.
*Es un buen chico, para ella lo es*
Pero yo soy él hermano sobreprotector que no quiere que le quiten a su hermana mayor.
*Chiqueado*
No, sólo no quiero que tenga a otro tipo en su vida.˜***˜
La cena, cada quien la traería, y la compartiría.
Mamá está ayudando a papá a hacer su famoso y riquísimo bacalao, además de ponche; se me hace agua la boca de sólo mencionarlo. Es verdaderamente delicioso.
Cinthia insistió en ayudarle a hacer los cup-cakes, y yo no iba a negarme… esos también me encantan.
Después de terminar con nuestra cena, me dirigí a mi habitación para darme un baño, antes de que lleguen los invitados. Yo los recibiría a todos.
No me iba a vestir formal, con smoking o esas cosas; mi atuendo es un pantalón color azul, con un suéter tejido color beige (el cual Cinthia me obligó a usarlo), complementando con mis teni casuales y una bufanda para el frío.
˜***˜
Estaba tirado en el sofá viendo televisión cuando el timbre anunció la llegada de una de las familias. Me levanté de inmediato y me miré al espejo de las escaleras para asegurarme de que todo estuviera bien, baje rápidamente y abrí la puerta.
Marcel.
— ¿Por qué no se me hace extraño que llegues primero?— pregunte dándole un abrazo, el cual fue consecutivo para cada miembro de la familia.
—Ese suéter se te ve espantoso— comentó Francisco mirándome.
— ¿Enserio?— pregunté alarmado viendo el suéter y levantándolo un poco con ambas manos, buscando el defecto.
—Está bromeando, te vez adorable Nicolás— respondió mi tía tomando de mi hombro para tranquilizarme. Fulmine a mi primo con la mirada, mientras él trataba de contener una carcajada. Mire a Marcel y ella también quería reír.
—Ya, enserio…, la verdad.
—Te vez adorable, Nicolás— dijo Sergio imitando la voz de su mamá. Camine hasta él y me le lancé encima, cayendo en el sofá. Marcel y Francisco reían mientras yo… trataba de revolverle el cabello a Sergio; él odia que toquen su cabello.
Él timbre anunció la llegada de otra familia y le hice señas a Marcel para que abriera; yo estaba ocupado.
— ¡Marcel!— escuché la voz de Charlotte. — ¿Nicolás, qué haces?— preguntó. Sergio hizo un movimiento que me aventó lejos de él, caí al suelo y tratando de remediar la situación adopté la posición de indio e hice mi mejor cara de niño bueno.
—Jugamos— respondí sencillamente con una sonrisa; los pasitos agigantados de la pequeña Madeleine se hicieron presentes en toda la casa. Me miró y literalmente se tiró a mí. La elevé al aire con mis brazos extendidos mientras yo estaba a espaldas al piso, ella reía y yo sonreía. Voltee mi cabeza hacia la puerta y yacían al lado de ella Eduardo, Emma, Ruth, Josh y Meri junto con Marcel y Charlotte con una sonrisa en el rostro. Baje cuidadosamente a Madeleine, me sacudí un poco, y me dirigí a ellos para saludarlos de la mano a cada uno.
Mis padres y hermana bajaron poco después y nos instalamos todos en la terraza del patio; los únicos que faltaban eran la familia Lumbar. Decidimos dejar las mesas todas en una fila, es una larga fila. Del lado derecho se sentarán los adultos y del izquierdo los jóvenes y… niñas/niños pequeños.
Cinthia decoró el lugar (con un poco de mi ayuda) y la verdad quedó muy confortable y agradable. Las luces están por todos lados, en la terraza están arriba de nosotros, también hay una fila de bombillas atadas a una soga, un gran cartel que dice: Feliz año nuevo, las serpentinas en las mesas, las pequeñas lámparas en el jardín formando un cuadrado que se supone es la pista de baile… globos, esferas, velas… todo acomodado en su sitio perfecto para que dé esa sensación tan confortable.
Comenzamos a hablar de cualquier cosa que se viniera a nuestra mente, cualquier tontería que entre Josh, Sergio, Francisco y yo hacíamos para reír, y para que las chicas rieran.
Francisco y Sergio estaban contando todos los chistes que se sabían, eran bastante graciosos, y las chicas no podían más con la risa, estaban totalmente rojas, y Mad sólo veía sin entender nada.
El timbre anunció la llegada de la única familia restante.
—Ya era tiempo, tengo hambre— vitoreó Sergio; ya que desde el inicio de la cena mamá dijo que no teníamos que tocar nada de comida hasta que todos estuvieran en la mesa.
Me levanté y me dirigí a la puerta de entrada; abrí la puerta corrediza de la terraza, entré a la casa y respire hondo encontrándome con la puerta principal.
3… 2… 1…
Abrí la puerta con los nervios de punta, encontrándome con la familia Lumbar frente a mis ojos, sonreí en forma de recibimiento y ellos pasaron de uno por uno. El padre de Alexis, Horacio, su mamá Lucia, su hermano pequeño (de la edad de Mad) Luke, y Alexis; este último me dio un abrazo cariñoso y salude a los demás miembros de la mano.
—No estés nervioso— me susurró mi amigo pasando por la puerta corrediza después de su hermano pequeño y yo por atrás.
Los adultos recibieron a la familia con abrazos y saludos de mano. El pequeño Luke se sentó al lado de Mad y ambos comenzaron a jugar; los chicos nos recorrimos a un lado para que la silla de Alexis no quedará en la “parte de las chicas” (ellas decidieron que los chicos de un lado de la mesa y las chicas del otro “porque somos muy fastidiosos y entre nosotros nos entendemos mejor y nos aguantamos más”).
Sergio prácticamente se tiró encima de la comida; para ser estudiante de medicina no sabe que comer en exceso es malo. Cada quien —aparte de Sergio— tomó una porción moderada de cada cosa.
La cena transcurrió normal; aunque los padres de Alexis, no dejaban de mirarme, creo que todavía no me tienen mucha confianza.
Yo no podía dejar de mirar a Charlotte; lo sé, creo parecer acosador (y creo que ella ya se dio cuenta) pero… no puedo sacarme de la cabeza que ella… sea, Charlie; digo, es… todo lo contrario, hasta me pareció que Charlie me coqueteaba, no sé, es… raro, esta situación es rara, y estoy casi seguro de que Marcel tuvo que ver en eso.
Charlotte nunca había ido a una fiesta de Vanessa, y ella claramente dijo que NUNCA lo haría.
˜***˜
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¿Apostamos?
Teen Fiction—Esto será sencillo. Y después descubrirás por ti misma primita, que un hombre como yo no cambia, hombres como yo no nos fijamos en ese tipo de chicas. —No estés tan seguro. Charlotte Gómez: el objetivo. Nicolás Western: el apostador. Marcel Col...