-Seguramente lo habrás perdido en el agua.- decía Cristina mientras volvía a revisar el escritorio.- Hemos mirado por toda la Residencia y también hemos preguntado a todas las chicas.
-Me lo quité para nadar. Estoy segura.-replicó Elizabeth al tiempo que dejaba de deshacer la cama algo desesperada.- No logro entenderlo, siempre soy muy cuidadosa con las joyas y más con el primer regalo de Will.
Cristina pensó que tal vez no había sido un accidente, que quizá no lo había perdido y por eso abrió con disimulo los cajones de la mesa de Sophia. No pudo echar más que un rápido vistazo porque entró de repente.
-¿Qué habéis hecho con la habitación?- exclamó sorprendida al ver todo revuelto por el suelo.
-He perdido el reloj.- suspiró Elizabeth- No te preocupes, ahora lo recojo todo.
-Eso espero- sentenció con un evidente malestar en el rostro.- No me gusta que husmen en mis cosas.
-Tu parte del cuarto está intacta- refunfuñó Cristina, quién creía haber visto una fotografía algo extraña antes de la interrupción de su compañera.
Elizabeth se fue al Comedor sola más temprano de lo habitual ya que David les había aumentado el número de horas semanales en el Lago debido a su preocupación de no ganar el torneo. Se encontró desayunando sola a excepción de dos chicas de primero violetas y de Nicki. Nicki. Un escalofrío la recorrió entera al tener sus ojos clavados en ella durante varios minutos. Muy pocas veces la había visto pero siempre tenía la misma apariencia de palidez que reflejaba miedo e intimidación. Era evidente que llevaba todo el curso evitándola y tampoco es que Elizabeth buscara lo contrario pues su presencia no la confortaba en absoluto. La sorprendió cuando esta se levantó y con pasos torpes se acercó hasta sentarse a su lado.
-Hola. Me alegro de verte- tartamudeó.- No he tenido oportunidad de hablar contigo antes, oí que entraron en tu habitación y hicieron algo espantoso.
-Nicki.- no dejó de analizarla, tenía un mal presentimiento- No te preocupes. El pasado pasado está.
-¿Claro, pero estás bien?- insistió.
-De maravilla, te lo garantizo.- una pausa incómoda para ambas, quienes querían decir más de lo que se atrevían.- Me temo que nunca te di las gracias por tu advertencia.
-No seguiste mi consejo, no te fuiste de Pierce. Si lo hubieras hecho esto no te habría ocurrido jamás.
-No pude irme, tampoco quería. Y respecto a eso puedes decirle a esa persona que me es indiferente, que se dedique a estudiar y puede que le vaya mejor. También a ti.
-No puedo hacerlo, ya no. No le infravalores, sigue este consejo al menos.
-No existe modo ya con el que pueda herirme. No estoy sola, la acción de mi cuarto le delató. Está al corriente toda la junta directiva,también mis amigos y mi hermano. Soy inaccesible.
Nicki abrió mucho los ojos y contuvo la respiración. Para Elizabeth estaba mucho más turbada de lo habitual. No pudo esta descifrar si era miedo. Puede que no, puede que fuera algo más.
-No sabía que tenías un hermano.- ladeó la cabeza- Igualmente y sin intención de perjudicarte te diré que sigues sola. Ahora mismo estabas sola y para la persona que busca hacerte daño no serás inaccesible nunca.
-Nicki, dame un solo motivo por el cual no he de ir a la directora y contarle esto. O Edward, Theo y Gale, somos nosotros quienes te estamos cubriendo. Tú tienes todas las respuestas y me amenazas con ellas. Eres un interrogante y en cuestión de minutos todo podría acabar.
-Muy sencillo, Elizabeth. Yo no diré nada ya que tengo demasiado horror a esa persona, al contrario de ti. Me expulsarían muy probablemente y aún quedarías más expuesta.
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Elizabeth
RomanceElizabeth ha conseguido una beca de dos años para estudiar en la prestigiosa escuela "El Castillo de Pierce". El Castillo, sin embargo, tiene una manera muy peculiar de organizarse y en más de una ocasión traerá problemas a nuestra protagonista. Amo...