LA MALDAD DE SATANÁS. CAPÍTULO IV

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–Pobre ángel Noel, pobres elfos, pobres ángeles, pobres todos los que piensan que mi fiel conocido y su adorado mago Marcel, el maldito guerrero de la magia luminosa los ayudará.... –dijo Satanás con una expresión y risa seria de maldad–. ¡Espera...! creo que el si los va a ayudar... ¡si, él los va a ayudar! ¿pero entonces porque pienso que no los va ayudar mi querido Lucifer? –se preguntó el demonio burlándose descaradamente con una risa macabra mirando a todos los seres celestiales por su pozo mágico de magia negra.

–Miau... miau... no lo sé, ¿por qué dice que el mago Marcel no los va ayudar? –preguntó Lucifer mientras estaba reposando sobre una piedra, lambiendo sus manos y tallando su cabeza con ellas para bañarse.

–Ni yo lo sé mi querido Lucifer, creo que.... ¡Ah no! Si lo sé. –Dijo Satanás con descaro distraído.

El demonio se levanta de la silla de su trono hecha con pedazos de alas de murciélagos y huesos. Llega hasta un pequeño geiser de fuego en donde pone sus brazos y el geiser inmediatamente lanza un fuego intenso con un objeto encima. El objeto cae en las manos de Satanás, y cuando voltea con Lucifer, este felino mira que es una pequeña mascara sin parecerse a nada. Lucifer se queda pensando mirando esa mascara.

–Miau... ¿Qué es eso mi querido amo y señor? –preguntó Lucifer con una mirada clavada el felino sobre esa mascara. Satanás coloca su máscara sobre su cuerpo y en eso comenzó a cambiar físicamente, transformándose en el mago Marcel, sus sombras se disfrazan físicamente de ángeles y Lucifer cambia de pelaje negro a blanco y sus ojos rojos al azul del cielo.

– ¡¿Miau?!... ¡¿Qué es lo que está pasando con todos nosotros...?! –cuestionó Lucifer con mucha confusión y asombro, pero también con un poco de susto por el cambio de su apariencia.

–Lo que pasa, es que alguien se va a disfrazar del mago Marcel, para que los seres de los cielos no sospechen del gran Satanás. –Habló gritando con todas sus fuerzas orgullosas que se oía por todos los rincones del infierno.

–Miau... miau... Vaya señor amo, ahora si me está sorprendiendo.... Miau... miau.... –Maulló Lucifer con orgullo de desesperación.

–Pues claro que si querido Lucifer. –Habló Satanás–. Por el momento saldremos del inframundo y al llegar ahí, nos comenzaremos a alimentar poco a poco, hasta tener energía suficiente para poder derrotar al bien....

– ¿Qué es lo que hará para conseguirlo? –preguntó Lucifer misteriosamente.

–Iremos al mundo donde habitan los seres vivos y los humanos que utilizaremos a nuestro favor. –Comentó Satanás orgulloso–. Haremos muchas cosas divertidas mi querido Lucifer, pero lo esencial, es obtener la fe de las bastardas almas de los seres humanos para apoderarme del cosmos.

– ¿Necesita la fe que tienen las personas hacia Dios porque quiere hacer algo con ella verdad? –interrogó Lucifer con satisfacción contenta.

–Si hago poner en duda la fe de las personas hacia Dios, y hago que pongan esa bella arma en un camino hacia el mal, toda la fe bondadosa se convertirá en fe de maldad y lo único que se producirá será el pecado y odio hacia Dios, sus almas serán completamente mías, en sombras esclavizadas por toda la eternidad. ¡Por toda la eternidad! –Afirmó dramáticamente Satanás con una increíble risa orgullosa del mal.

Lo que acaba de decirnos el rey del pecado Satanás junto con el apoyo del príncipe del pecado Lucifer que van "en busca de la fe" de las personas para encomendarla al mal y así conquistar el bien, es algo totalmente desastroso.

¿Qué pasará con los cielosde Dios, si los seres del mal logran tentar la fe de los humanos? ¿Los humanospagarán las consecuencias de sus actos? ¿Las almas de los humanos que tengan fehacia la oscuridad se transformarán en almas en pena y sombras esclavizadas portoda la eternidad?    

EN BUSCA DE LA FEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora