EL MENSAJE DE LA CARTA. CAPÍTULO VI.II

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–Hola mi buen querido amigo ángel Noel, me imagino que estás con los traviesos elfos que ayudas con los regalos para la navidad, así que los saludaré, buen día mis queridos elfos. –Contestó el fuego del copal con la misma voz y el mismo cuerpo del mago Marcel.

–Buen día señor mago Marcel. –Dijeron los niños, pero el fuego nuevamente se dirigió a hablar con el ángel. 

–Ángel Noel, necesito que vengas rápido a la casa de bronce, hay algo que quiero contarte pero debe ser solo en nuestro secreto. –Contestó el mago Marcel.

– ¡Otra vez! –contestó el ángel triste y con flojera a la vez.

Después el mago de fuego se voltea con los elfos.

– ¡Otra vez! –repitieron tristes todos los elfos.

–Lo siento pequeños, pero esto es algo solo para seres celestiales adultos, o sea los ángeles. –Contestó el mago Marcel de fuego–. No puedo decirles nada, pero sé que ustedes lo entenderán mis pequeños.

–Sí, no se preocupe. –Hablaron los elfos un poco tristes sobre sus sillas unos y otros caminando de traviesos.

–Ángel Noel, necesito que vengas rápido a la casa de bronce porque tengo que decirte una cosa de adultos que es de suma importancia. –Dijo el Marcel de fuego con un tono pasivo para que los elfos no se preocuparan.

– ¡¿Pero los elfos?! –preguntó Noel con una cara algo triste, pues no quería alejarse de sus cómplices que son lo mejor junto con Dios para él.

–Y por los elfos no te preocupes, solo será por un pequeño momento largo el que estarás aquí conmigo. –Mencionó el mago Marcel de fuego, tratando de convencer al ángel Noel de ir a la casa de bronce.

–No lo sé. –Se dijo por un momento el ángel Noel– pero....

Mis queridos elfos –interrumpió el mago Marcel de fuego–, ustedes sigan esparciendo el amor y el espíritu con sus regalos como siempre mis pequeños traviesos, y no dejen de ser esos bellos niños que son.

Después de escuchar eso, los elfos se alegraron por las motivaciones que había puesto el mago en la carta.

–Te espero en mi casa de bronce para hablar de esto ángel Noel. –Respondió el mago de fuego.

El ángel Noel y los elfos no tuvieron otra cosa más que aceptarlo.

–De acuerdo mago Marcel, pero necesito que me diga....

Y en eso el mago Marcel de fuego se comenzó a desvanecer, tomando de nuevo la forma del fuego del copal que después se apagó.

–Le quería preguntar cuánto tiempo no iba a estar con los elfos. –Lo pensó completamente triste.

Y en eso el ángel Noel se volteó hacia atrás.

– ¡No puedo creer que solo eso decía la carta! –lo dijo triste el ángel y frustrado por no saber el tiempo ausente con los elfos.

–No se preocupe ángel Noel, nosotros seguiremos teniendo nuestro espíritu en los regalos. –Dijo el elfo Emil mientras tejía con hebras una bufanda para ángeles que había hilado la misma máquina.

–Sí, nosotros le daremos de su parte toda la fe a los regalos para que sean unos regalos de amor y no signifiquen algo material. –Agregó el elfo Elsaddi.

–Sí, seguiremos haciendo los regalos con amor para los seres celestiales, para que esté orgulloso de nosotros. –Complemento el elfo Santiago, mientras echaba unos pedazos de tela de seda sobre la maquina mágica.

–Muchas gracias mis queridos elfos. –Lo dijo con mucha alegría y mucho sentimiento el ángel Noel y comenzó a caminar hacia la puerta.

–Lo extrañaré mucho en el tiempo que tardará en la casa de bronce. –Contestó Emil completamente con sentimiento de tristeza por irse.

– ¡¿Lo dices enserio Emil?! –preguntó el ángel feliz por lo que le dijo el elfo Emil.

–Pues claro. –Lo dijo Emil con una cara triste y después se dirigió hacia el ángel Noel.

–Muchas gracias Emil. –Mencionó el ángel desde la puerta tocando la cerradura.

–Pues claro que lo extrañaré, sino entonces después ¿con quién pelearé? –Exclamó Emil pero ahora riéndose de lo que dijo como una broma inocente.

–Un día de estos Emil. ¡Un día de estos! –le dijo el ángel Noel también queriéndose reír de lo que dijo el elfo Emil.

–La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena. –Dijo Emil mientras le advertía con su dedo índice de una manera de broma.

–Mira, ya mejor dejemos de discutir e iré con el mago Marcel para ver qué es eso que tiene que decirme. –Habló el ángel Noel.

El elfo Emile se rio con alegría y siguió ayudando a envolver regalos.

–Adiós ángel Noel. –Le dijeron todos los elfos.

–Hasta pronto mis queridos elfos, y espero que se porten bien, no hagan cosas de travesuras. –Advirtió el ángel de una manera noble y cerró la puerta del salón Fungi.

–Hasta pronto ángel Noel. –Se lo dijeron todos los elfos despidiéndose con la mano.

–Adiós mis queridos elfos. –Mencionó gritando el ángel con una voz suave y tenue de alegría.

Y el ángel Noel salió por la puerta haciéndose grande para caminar por el bosque. ¿Qué pasará al mismo tiempo en el mundo de las tinieblas?


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