EN BUSCA DE LA FE

LA PETICIÓN DE UNA MISIÓN. CAPÍTULO VIII.I

– ¿Oíste lo mismo que yo mi querido Lucifer? –preguntó con sonrisa el diablo Satanás–, el tonto del maguillo de circo dice que si la felicidad de los humanos de la tierra se agota, la maldad adquirirá fuerza. –Dijo Satanás con sonrisa mientras observaba a los dos seres celestiales a través de su pozo de oscuridad de agua mágica. 

–Miau... claro que lo escuché amo, pero creo que eso suena algo ridículo. –Argumentó contento y esplendoroso Lucifer– ¿no lo cree así amo?

– ¡Pues claro! Piensas igual que yo querido Lucifer, eso que dice el cirquero es ridículo.... –afirmó Satanás–, ¡porque la maldad ya está cobrando fuerza desde ahorita! –Al terminar de decirlo Satanás comenzó a reírse con la risa más malvada que había sacado.

–Y si no me equivoco, gracias a que nuestra maldad ya está adquiriendo fuerza en la tierra, es por eso que la felicidad se está agotando con los feos y horrorosos humanos. –Dijo Lucifer sonriendo sacando las garras de sus manos y pies.

–Nuevamente aciertas hijo mío. –Contestó el malvado demonio–. Y nadie, nadie del cielo se está dando cuenta que gracias a que hechicé la bola de cristal del cirquero ni él, ni nadie, puede observar lo que está pasando en el mundo humano. –Mencionó con todo el orgullo posible y delicadeza admirándose a sí mismo y se comenzó a reír.

–Miau... Es usted muy inteligente amo y señor ¿y cómo le hizo para hechizar la esfera? O más bien dicho.... ¿Cómo logró usted embrujar la esfera? –preguntó Lucifer volviendo a comenzar a tener curiosidad.

En eso el demonio dejó de reírse y de repente puso una cara pensativa y poco nerviosa.

– ¡Quiere saber cómo lo hice! ¡Quiere saber cómo le hice! –se repetía eso en la mente, varias veces–, eso ni yo mismo me lo sé ¿cómo le hice? No había predicho que Lucifer me lo preguntara, este felino es muy preguntón en todos los aspectos. Esto me pasa por ser tan presumido y orgulloso–. Se dijo en la mente la temible bestia maligna de Satanás, un poco preocupado por no perder su inteligente reputación al momento.

–Amo y señor mío, estoy esperando su respuesta, miau.... –Replicó el felino maullando–. ¿Cómo le hizo para hechizar, o encantar, o embrujar la esfera de cristal del mago Marcel? –preguntó la gatita misteriosa por ganas de saber.

– ¿Qué le digo? ¿Qué le digo? ¡Ya sé! –se dijo en la mente Satanás y después le comenzó a hablar–, lo siento mi querido Lucifer, pero es algo que no te puedo decir hasta el momento. Lo único que puedo decirte, es que mi magia ha evolucionado mucho. Pero dejemos de platicar y mejor hay que seguir observando al cirquero y su ayudante para ver que nos pueden decir. –Dijo el demonio tratando de quitarse las preguntas del felino de encima.

–Miau... miau... Si, sigamos observando para que vosotros podamos ver lo que ellos hacen y ellos no puedan vernos a nosotros. –Mencionó el felino con una pequeña inconformidad que sus bigotes se decayeron un poco por la respuesta de Satanás al no querer responder su pregunta.

Enseguida voltearon ambos seres malignos a ver de nuevo la bola de cristal, y se observan de nuevo el mago Marcel y el ángel Noel.

–De modo que si la felicidad de la tierra por los humanos se debilita cada vez más, la maldad de Satanás adquirirá demasiada fuerza. –Argumentó con una nerviosidad el ángel, que se notaba en sus manos imperativas.

–Si –dijo el mago Marcel–, claro que la maldad cobrará fue.... –pero en ese instante se queda pensativo y preocupado.

– ¿Qué pasa? ¿por qué se queda tan pensativo Marcel? –preguntó el ángel Noel también con preocupación al mirar pensativo y serio al mago Marcel.