Cada vez más la maldad está cerca de acabar con todo el planeta. En el cielo se está forzando para que eso no ocurra. El mago Marcel y el ángel Noel, y también el elfo Emile con Alázul sin que ellos se den cuenta, siguen caminando para llegar al portal místico celestial en el sendero de piedra zudita, que se encuentra en el lago inmenso, donde se encuentra la montaña de nubes. El mago Marcel se dirige con un poco de desesperación por llegar.
–Apresúrate ángel Noel, tenemos que llegar al portal para averiguar qué es lo que sucede, ¡rápido! –le gritaba el mago al ángel Noel.
–Pues en eso estoy, sigo en camino, no es fácil caminar y caminar cuando tienes alas para volar. –Respondía el ángel Noel algo exhausto.
–Pues claro, cómo va a ser fácil para ti, después de que llevas acostumbrado siempre a volar, y nunca te preocupas por usar tus pies para caminar. Flojo. –Menciono indirectamente el mago al ángel.
–No puedo creer que el mago Marcel esté humillando al pobre ángel Noel sin querer Alázul, ¡es tan gracioso! –Decía el elfo riéndose inocentemente con la paloma del mago.
–Pero ya no me restriegue en la cara lo que no puedo hacer, estoy seguro que casi todos los ángeles han de ser iguales que yo, creo. –Dijo Noel detrás del mago caminando.
– ¡O más! –Afirmó el mago una vez más tratando de burlarse un poco.
El elfo junto con la paloma Alázul, se ríen de lo que dice el mago Marcel.
–Ya déjeme, parece que sólo está aquí para humillarme, solo le ayudo porque la felicidad y la bondad en la tierra se están agotando, si no, ni si quiera voltearía a verlo. –Respondía el ángel tratando de quitarse las palabras del mago de encima.
–Está bien, ya me callaré y no te diré nada más. –Respondió el mago Marcel, quien se dijo en su inconsciente mente–, por ahora.
– ¡Ay! pobre ángel Noel, ya se enojó por que el mago Marcel le restriega sus verdades en la cara, ya no me voy a reír yo tampoco, ni tu tampoco Alázul. –Dijo un poco inocente el elfo Emil.
– ¡Mira ángel Noel! ya casi llegamos. –Responde el mago Marcel.
Todos se detienen de caminar, y se siente la gran ola de aire frente a los cuatro.
–Ya estamos de frente con el volcán del viento. –Habló de nuevo el guardián de la magia blanca.
– ¿El volcán de viento? –se pensó preguntándose el elfo Emil.
– ¿Y qué es el volcán de viento?- preguntó el ángel Noel.
–El volcán del viento, es el lugar del cielo encargado de proteger el portal místico celestial. – Respondió el mago a la pregunta del ángel Noel.
– ¡Que increíble Alázul! ¿Oíste? –preguntaba con sorpresa Emil.
– ¿Enserio? ¡No puede ser! En los cielos hay varios secretos ocultos que muchos no sabemos. ¡¿Por qué hay tantas cosas ocultas en el cielo?! –Se decía el ángel Noel a sí mismo–. ¿Y cómo es? –preguntó el mismo Noel con curiosidad.
– Igualito a lo que estás viendo ahorita. –Respondió con un poco de imprudencia el mago Marcel.
–Ay mago Marcel, no puedo creer que aunque usted no se dé cuenta, siga de llevado con el pobre ángel Noel. –Dijo riéndose un poco el elfo Emil por las coas que hacia el mago Marcel.
–Si lo aprecio con mis ojos, pero sólo lo estoy viendo por fuera y no lo veo por dentro. –Le contestó el ángel Noel al mago Marcel un poco triste.
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EN BUSCA DE LA FE
FantasíaDos caminos van "en busca de la fe" para poder llegar a un logro que pueda mantener su existencia. La bondad se ha dado cuenta que la fe está siendo acechada sin saber que la maldad la está absorbiendo paso a paso para conquistar el bien. Un mensaje...